Test Audi A4 S-Line: más estilo para un sedán muy clásico
<P>Audi lanza en un Chile una edición limitada de su sedán de entrada, el que incluye algunos elementos decorativos de carácter deportivo para conseguir un auto más personal.</P>
Esto de darle un toque deportivo a autos que mecánicamente no lo son, se está volviendo usual en nuestro aspiracional mercado premium. Lo inició BMW hace unos años con una Serie 1 M que de M tenía algunos cromados extras, algo de plástico adicional en los bajos, y el logo de la división deportiva de la marca puesto muy vistosamente por fuera y por dentro.
Nadie puede decir que aquello fuera una mala idea, sino todo lo contrario. Un hatch compacto con sólo 115 Hp se vendió como pan caliente por su look deportivo, asociado a un precio accesible.
Esta vez le tocó el turno al sedán A4 de Audi, que estrena una versión denominada S-Line, disponible como edición limitada en los modelos de 120 y 170 caballos. Vale decir que el trabajo estético de la marca de los anillos es más moderado que el de BMW y Mercedes Benz, ya que prácticamente todas las incorporaciones se hacen en el mismo color de la carrocería, lo que atenúa su efecto visual.
En este caso, el sedán de 4,70 metros de largo, que hace sólo unos meses había recibido un refresco de diseño que incluyó nuevos frontal y capó, y una doble salida de escape posterior, entre lo más visible, incorpora un nuevo parachoques con un diseño más deportivo, remarcado por grillas tipo panal de abejas abajo.
Por los costados se agregan faldones del mismo color de la carrocería, mientras que en la zaga se modifica el difusor para darle un tono gris Platinum, mientras que los tubos de escape reciben un tratamiento de cromo. El modelo introduce nuevas llantas de aluminio de 17 pulgadas, con un diseño de cinco radios, así como el logo S-Line instalado detrás del tapabarros y en las pisaderas delanteras.
Si bien son mejoras al look del auto, estos cambios no son relevantes en su diseño general, ya que el A4 sigue pareciendo un sedán elegante más que uno de corte deportivo, lo que además va en sintonía con la percepción que genera el modelo cuando se conduce.
El restyling al que fue sometido el Audi A4 a principios de 2012 le significó cambios importantes en su comportamiento. Quizás lo más relevante es la introducción de una nueva dirección eléctrica, con un resultado muy bueno por la suavidad de manejo, la disminución progresiva de la asistencia en velocidad, y porque no se pierde el tacto que todo conductor debe tener del auto, y eso es poco normal en direcciones eléctricas.
El motor turbo de 1.8 litro, pese a que sus números no impresionan (120 caballos y 230 Nm de par), se siente muy agradable para usarse en la ciudad, lo que se explica porque todo el torque está disponible a la 1.500 vueltas, lo que hace que se sienta ágil apenas se acelera.
El resto es un Audi muy normal, lo que es bueno. Es sólido en el manejo, suave y dinámico en equilibrio, moderno y elegante por dentro, aunque con algunas ausencias de equipamiento muy relevantes, como las luces led delanteras y el sensor de retroceso, algo impropio en un auto que con el kit sube a $ 17.300.000.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.