“El costo social del dióxido de carbono bajo la retroalimentación de la economía climática y la variabilidad de la temperatura”, se llama el paper científico publicado esta semana en la Environmental Research Letters, donde un equipo de académicos concluyó que para 2100 el PIB mundial podría ser un 37% más bajo de lo que sería sin los impactos del calentamiento global.

Chris Brierley, académico de la Universidad de Cambridge y uno de los coautores del estudio, plantea que “el cambio climático hace que los eventos perjudiciales como la reciente ola de calor en América del Norte y las inundaciones en Europa sean mucho más probables. Si dejamos de suponer que las economías se recuperan de tales eventos en unos meses, los costos del calentamiento parecen mucho más altos de lo que se suele afirmar”.

Si bien la investigación, en cuya elaboración también participaron investigadores de la London School of Economics, la International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) de Austria y la NERA Economic Consulting de Berlin, entre otros centros de estudio, actualiza el modelo de cálculo aumentando el costo proyectado del cambio climático, no alcanza a contemplar los daños más duraderos de los diferentes eventos, un aspecto que es complejo de dimensionar.

“Todavía no sabemos exactamente cuánto efecto tendrá el cambio climático en el crecimiento económico a largo plazo, pero es poco probable que sea cero, como han supuesto la mayoría de los modelos económicos”, recalca Brierley sobre la tesis que plantean. “Aún necesitamos una mejor comprensión de cómo el clima altera el crecimiento económico, pero incluso en presencia de pequeños efectos a largo plazo, reducir las emisiones se vuelve mucho más urgente“, agrega.

De todas maneras, dependiendo de la magnitud del impacto de las consecuencias de largo plazo, lo que a su vez depende de cómo la sociedad se adapta para reducir esos daños, los investigadores estiman que “los costos económicos del calentamiento de este siglo podrían llegar al 51% del PIB mundial”, según explica un artículo sobre el paper de la University College London (UCL), que también participó de la investigación.

Mejora en los cálculos

Para llegar a los resultados que apuntan a una merma de 37% en el producto interno bruto del mundo de aquí a fines de siglo, el estudio se centra en el cálculo del “costo social del carbono” (SCCO2), que se expresa en dólares estadounidenses por una tonelada de dióxido de carbono. Investigaciones previas apuntan a diversos cálculos, que van desde un mínimo de US$10 a un máximo de US$1.000.

La tesis presentada en el estudio en cuestión, que incorpora ciencia climática más avanzadas que permiten una actualización del modelo, considerando por ejemplo la variabilidad de las temperaturas medias anuales, apunta a un SCCO2 de US$3.000. Para graficar mejor ese cálculo, The Guardian consigna que un viaje en avión entre el Reino Unido y Nueva York emite alrededor de una tonelada de dióxido de carbono, lo cual repercutiría en una merma de US$3.000 para la economía mundial.

Esta actualización y sus resultados son relevantes para la formulación de políticas que pretender contener el cambio climático. Basado en modelos ya obsoletos, el gobierno de Estados Unidos fija el SCCO2 en alrededor de US$51, un cálculo muy similar al que realiza el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea, que supervisa las industrias de energía, manufactura y aviación.

“Es muy difícil calcular los costos generales del cambio climático”, reconoce Jarmo Kikstra, autor principal del paper y miembro de IIASA, a la luz de las diferencias que existen entre los diversos cálculos. En ese marco, destaca que “la ciencia del clima en esto ha mejorado mucho durante la última década y las mejoras que hicimos con la ciencia no cambian el orden de magnitud de las estimaciones de costo-beneficio”.

En la misma línea, Paul Waidelich, otro coautor del reporte, indica que “los hallazgos confirman que es más barato reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que lidiar con los impactos del cambio climático y que los daños económicos del calentamiento continuo superarían con creces la mayoría de los costos que podrían involucrados en la prevención de emisiones ahora”.

“El riesgo de que los costos sean incluso más altos de lo que se suponía anteriormente reafirma la urgencia de una mitigación rápida y sólida. Muestra que optar por no reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es una estrategia económica extremadamente arriesgada“, subraya el también académico del departamento de Geografía de la UCL.