El Grupo Wagner en primera persona: el detallado relato de horrores y lealtad a su líder de los mercenarios que combaten en Ucrania

Visitantes posan fuera de una sede del Grupo Wagner en San Petersburgo, en noviembre de 2022. Foto: Reuters

Bajo la promesa de indultos para salir antes de la cárcel a cambio de servir seis meses, ya son miles los que han hecho la riesgosa apuesta. Muchos no lo logran. La agencia Reuters logró entrevistar por primera vez a algunos de los que regresaron, quienes relataron el infierno por el que pasaron, pero también su interés por seguir trabajando como mercenarios.


Seis meses en el frente de la guerra más importante en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Seis meses que les podían cambiar la vida. Seis meses para entregar su vida por Rusia o, si no morían, para recuperar la libertad. Esa es la promesa que Yevgeny Prigozhin, fundador y líder del -a esta altura- famoso Grupo Wagner, hizo a convictos de cárceles rusas para que lucharan junto a los mercenarios que se han mantenido en la primera línea de los combates en Ucrania luchando a favor del Kremlin, sin importar la gravedad del delito que cometieron en el pasado. Y, por primera vez, la agencia Reuters entrevistó a exconvictos que sobrevivieron, quienes narraron desde el proceso de reclutamiento y entrenamiento, hasta los horrorosos combates a los que estuvieron expuestos.

Prigozhin, conocido como el “chef de Putin”, ha estado a la cabeza de la sangrienta batalla por Bajmut, la que ha evidenciado el constante conflicto de poder entre él y la cúpula política del Kremlin. Medios internacionales reportaron que calificó de “traidores” al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, por no entregar balas a sus dirigidos en momentos claves del combate en la ciudad ucraniana.

Pero, al mismo tiempo, envió una carta a Shoigu solicitando ayuda “para evitar que la empresa militar privada Wagner quede aislada de las principales fuerzas del Ejército ruso, lo que tendrá consecuencias negativas para la operación militar especial”, reforzando la complejidad en la relación de Prigozhin y Moscú. La inusual misiva publicada el lunes respondería a un supuesto contraataque ucraniano, aunque funcionarios occidentales aseguran que se podría tratar de una táctica para confundir a las fuerzas defensoras, o un intento por culpar al ministro de Defensa ruso en caso de una derrota en Bajmut.

Yevgeny Prigozhin, fundador de la fuerza mercenaria rusa Wagner, habla en Paraskoviivka, Ucrania, en un video sin fecha publicado el 3 de marzo de 2023. Foto: Reuters

Muchos de los exconvictos lucharon en aquella ciudad, y Reuters utilizó un software de reconocimiento facial, cruzándolo con videos y fotografías publicadas entre octubre de 2022 y febrero de 2023, documentos judiciales e información de redes sociales para dar con más de 30 de esos presos. Cinco de ellos accedieron a hablar por primera vez.

El proceso de selección

Durante octubre de 2022, un sitio de noticias ruso publicó un video en el que se veía a Yevgeny Prigozhin junto a cuatro hombres en la azotea de un edificio en Gelendzhik, ciudad turística ubicada en la costa rusa del Mar Negro. A dos les faltaba parte de una pierna, y a otro un brazo. Eran exconvictos indultados, quienes regresaban a Rusia luego de servir en el frente ucraniano.

“Eras un delincuente, ahora eres un héroe de guerra”, les decía a los hombres en el video, relató Reuters. Era el primer registro de personas privadas de libertad que salían libres luego de servir a la nación invasora.

Entre los nuevos soldados, quienes contaron con acotados pero intensos períodos de entrenamiento, hay asesinos, ladrones e incluso autodeclarados “satanistas”, aseguró la agencia de noticias, con muchos de ellos internados en hospitales, recuperándose de las heridas sufridas en combate.

Prigozhin comenzó a recorrer el vasto sistema penitenciario ruso desde el verano europeo pasado, a mediados de 2022. La promesa de que quienes aceptaran luchar en Ucrania recibirían un indulto se esparció rápidamente entre los presos.

Cuatro de los cinco exconvictos entrevistados por Reuters aseguraron que fueron reclutados personalmente por Yevgeny Prigozhin mientras este recorría las prisiones rusas. Rustam Borovkov, uno de los miembros del grupo mercenario que aparecía en el video, se unió en julio del año pasado desde la Colonia Penal Nº 6 de la región occidental rusa de Pskov. Borovkov, de 31 años, llevaba cumpliendo seis de 13 años de una pena por delitos de homicidio y robo, según los registros judiciales a los que accedió la agencia.

La noticia les llegó de otros reclusos de San Petersburgo, y no dudó un instante. “Supe de inmediato que iría”, dijo a Reuters, “incluso antes de que (Prigozhin) viniera a visitarnos”. Según el exconvicto, escuchó junto a otros cientos de presos el discurso del “chef de Putin”, y les dieron cinco días para decidirse. Cuarenta de ellos se alistaron.

Soldados de Wagner en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Bajmut. Foto: Reuters

En septiembre, cuando la contraofensiva ucraniana tomaba fuerza, un video mostraba al fundador de Wagner diciéndoles a convictos de la región de Mari El que tenían cinco minutos para tomar la decisión, y que si alguien se arrepentía después de alistarse, sería fusilado como desertor, aseguró la agencia internacional.

Un video de febrero de este año mostraba a Prigozhin explicando a los presos que si se unían, recibirían 100.000 rublos mensuales -equivalentes a US$ 1.300-, más la posibilidad de primas adicionales. El sueldo promedio en Rusia es aproximadamente de 65.000 rublos (US$ 845). Sin embargo, para Borovkov la motivación principal estaba en el indulto. “Tengo un hijo pequeño. Quería volver con mi familia”, dijo a Reuters.

Otros, como Yevgeny Kuzhelev, lo hacían por un sentido de patriotismo y compañerismo. Muchos de sus amigos habían partido ya a la guerra. “Recuerdo cómo a partir de febrero, cuando empezó todo, llamaba de vez en cuando a mi tía desde la cárcel. No paraba de decirme que este amigo tuyo se había ido (a Ucrania), luego otro, luego un tercero, un cuarto... Y supe que yo habría hecho lo mismo”, relató.

Con 29 años, Kuzhelev ha sido condenado seis veces por robo, y debía pasar tres años y siete meses en prisión. “Ya había cumplido dos años, así que no me quedaba mucho tiempo. Pero fui de todos modos. ¿Por qué? Lo pensé, y estoy seguro de que si hubiera estado libre en ese momento, habría ido al cien por cien a luchar. Habría ido como voluntario”, agregó. En su caso, el proceso de reclutamiento duró dos semanas y aseguró que los reclusos eran libres de arrepentirse sin consecuencias.

De vuelta con Rustam Borovkov, tres días después de ofrecerse como voluntario, le realizaron a él y al resto de los reclutados una prueba de polígrafo para detectar y descartar a drogadictos y comenzó su camino hacia la guerra.

Empezaron con la preparación. El entrenamiento está a cargo, en parte, de veteranos de las fuerzas especiales rusas, y fue definido por los hombres como breve, pero intensivo. Tanto funcionarios ucranianos como occidentales han dicho que Wagner estaría enviando a la guerra a soldados mal preparados a una muerte segura. Mike Kofman, experto en el Ejército ruso en el think tank CNA, dijo a Reuters que, incluso si los convictos contaban con una formación militar previa, dos o tres semanas de entrenamiento no los pondrían al día.

“Lleva tiempo aprender los fundamentos del combate, recibir entrenamiento individual y, además, se necesita algo de entrenamiento colectivo como unidad; un par de semanas por sí solas no van a hacer mucho por ti”, explicó.

Sin embargo, algunos de los exconvictos convertidos en soldados dijeron que le atribuían a este breve lapso la razón de que salieran con vida, confirmando que fueron entre dos y tres semanas las que tuvieron para prepararse. Borovkov afirmó que fue adiestrado por antiguos miembros de las fuerzas especiales, y que “no es que me dieran una ametralladora, me enseñaran a disparar y ya está. No, me lo explicaron todo, y con todo lujo de detalles. Minas, desminado, tácticas, tiro, entrenamiento físico. Todo”.

Los hombres también detallaron que la mayoría de los reclusos que se unían al Grupo Wagner contaban con algún tipo de experiencia militar previa. Mientras algunos sirvieron un año bajo el servicio militar obligatorio, otros fueron derechamente soldados profesionales en el pasado, donde los más experimentados incluso fueron nombrados comandantes de escuadrón, revelaron dos de los consultados por Reuters.

Una segunda oportunidad

Tres de los cinco exconvictos aseguraron haber servido en los alrededores de Bajmut, lugar que definieron como un “infierno absoluto”. Prigozhin también se ha referido a la ciudad como una “picadora de carne”, donde sus hombres buscan desangrar al Ejército ucraniano.

Los recuerdos contrastan entre ellos. Dmitry Yermakov, quien llevaba 10 de sus 38 años de vida en prisión debido a una condena por secuestro -donde le faltaban cuatro años para completar lo decretado por la justicia-, relató el miedo que veía en muchos de los presos. “¿Qué ven allí? Cadáveres despedazados. ¿Y qué hacen? Algunos vomitan, otros lloran y otros no quieren salir de la trinchera. El miedo se apodera de ellos”.

Otros, al contrario, van con emoción. “Fue increíble”, dijo a Reuters Andrei Yastrebov, de 22 años. Cumplía una condena por robo de autos cuando se unió a Wagner. “Tanta adrenalina. Ojalá todos los hombres de verdad se unieran a Wagner. Puedes escribirlo. Los ucranianos huyeron y Wagner los jodió”, aseguró sin tapujos.

Imagen tomada de un video donde se ven combatientes de Wagner con una bandera del grupo en un edificio en Bajmut. Foto: Reuters

Ahora, libres de las condenas impuestas por el Sistema Judicial, se mostraron, sin excepción, agradecidos de Yevgeny Prigozhin por entregarles una “segunda oportunidad” en la vida, describiendo que sentían una profunda gratitud personal hacia el “chef de Putin”. “Somos mejores que los ciudadanos de a pie”, dijo Yastrebov, quien volvió a su natal San Petersburgo luego de pasar seis meses en combate.

Los cinco hombres aseguraron a Reuters que se quedarían trabajando para el Grupo Wagner, o que están pensando seriamente en hacerlo. A los que regresaron sanos y salvos les ofrecieron unirse como mercenarios profesionales a tiempo completo, mientras que a los heridos, papeles secundarios en la organización.

Dmitry Yermakov afirmó que esperaba recuperarse lo suficiente de sus heridas como para volver al grupo, y que esperaba que lo destinaran a Libia, Siria o la República Centroafricana, lugares en los que operaba Wagner previo a la guerra rusa en Ucrania. “La gente trabaja duro, sin días libres, entre 12 y 14 horas al día, y en el mejor de los casos ganan entre 50.000 y 60.000 rublos (entre 650 y 780 dólares) al mes”, dijo Yermakov, quien añadió a la agencia de noticias que tiene dos hijas pequeñas. Y agregó: “Volveré a la empresa (Wagner) y seguro que podré ganar 150.000 rublos (1.950 dólares) al mes”.

Sin embargo, este martes la inteligencia británica aseguró que el grupo podría enfrentarse a una falta de personal durante las próximas semanas, puesto que “es probable que miles de convictos rusos que han luchado para el Grupo Wagner sean indultados y liberados”, lo que fue descrito por el Ministerio de Defensa como un “éxodo” de las filas mercenarias, consignó el portal Business Insider.

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