Hasta que partió la campaña legal: seis claves para entender el 11/A, la megaelección más delicada y decisiva

Unos comicios inéditos, en medio de restricciones derivadas de la pandemia y que se realizarán en dos días. Una elección de constituyentes donde la oposición llega con cinco candidatos por cada uno del oficialismo. Alcaldes que se juegan su reelección -y sus posibilidades presidenciales- y coaliciones que miran cuánto influirán en el debate constitucional. El disparo de largada que se dio ayer tiene mucho más de incertidumbre que en ocasiones anteriores.


1. Inédita elección en dos días: prueba de fuego para el gobierno y Servel

Ayer fue aprobada por la Cámara de Diputados la ley exprés que permite que la megaelección se realice en dos días: los próximos 10 y 11 de abril. Fue una iniciativa del gobierno apoyada por el Servicio Electoral, para cuya presentación -según declararon las autoridades de la Segpres- se tuvo a la vista varios factores. Entre ellos, el riesgo de contagios, la existencia de cuatro papeletas con gran cantidad de candidatos y la necesidad de mantener un distanciamiento social. El proceso no estuvo exento de críticas, incluso del oficialismo -parte de RN nunca estuvo cómoda con la legislación-, sobre todo por las eventuales repercusiones en la seguridad de las urnas, que quedarán a cargo del Ejército y con la posibilidad de que también vigilen apoderados de los sectores políticos en los locales.

Este verdadero experimento electoral implica una prueba de fuego para el gobierno y el Servel, cuya presidencia acaba de pasar de manos de Patricio Santamaría a Andrés Tagle. Si todo sale bien, será una demostración de cultura cívica. Si no, este servicio y el país podrían perder uno de sus grandes baluartes en tiempos de desconfianza: un sistema electoral intachable, por décadas sin escándalos de fraude ni sospecha de él.

2. La incógnita sanitaria

“Por supuesto que es preocupante. Estamos viviendo un rebrote”, dijo ayer el vocero de gobierno, Jaime Bellolio. Es que no hay dos lecturas: todos los indicadores muestran que la pandemia está en plena expansión en el país, con UCI y urgencias ya copadas, en medio de un exitoso proceso de vacunación, pero cuyos resultados a nivel de población general se verán en junio. En ese contexto, si la tendencia no cambia, la elección del 11 de abril podría llegar en medio de un escenario complejo. El fin de semana pasado, La Moneda cerró la posibilidad de una cuarentena total en la Región Metropolitana, sin embargo, ayer el ministro de Salud, Enrique Paris, anunció que pasará en su totalidad a Fase 2, reinstaurando la restricción de salida los fines de semana. En el oficialismo hay quienes plantean que junto con el avance de la inmunización masiva, este “encierro” era deseable a fin de controlar las cifras para el 11 de abril. En Palacio sostienen que no hay dudas en torno a hacer las elecciones en esa fecha, y que se está trabajando para eso. Hasta ahora, se avizora que en estos comicios -al igual que para el plebiscito de octubre- las personas asistan a votar sin permiso, sólo con su RUT, y que no sufraguen los contagiados con Covid-19.

3. Una campaña difícil

El inicio del plazo legal de la campaña encuentra a los candidatos en un escenario difícil, en el que las restricciones de movimiento están a la orden del día. Por ello es que muchos se han apoyado en las redes sociales y radios, mientras esperan que una apretada franja electoral en TV les dé algo más de vitrina. Además, entre los 1.190 postulantes hay muchos desconocidos, a los que incluso la mascarilla les juega en contra para mostrarse.

Sin embargo, el Ministerio del Interior ya ha publicado dos oficios, con los cuales pretende allanarles el camino. Los postulantes que compiten en la campaña constituyente, municipal y de gobernadores recibieron un primer instructivo el 11 de febrero, que les permite ir a comunas en Fase 1 y 2 -respetando aforos y sitios donde puedan usar un permiso temporal-, pero no moverse entre regiones. De forma excepcional pueden cruzar cordones sanitarios para “el traslado interregional en caso de que el candidato deba trasladarse a la sede nacional del partido para fines propios de la campaña electoral”. Y también se les habilitó para pedir “permisos únicos colectivos para un máximo de tres personas” para usos de campaña. Hace dos semanas, en tanto, Interior emitió el oficio 4671, el que autoriza “el desplazamiento de miembros de las directivas nacionales, regionales y colaboradores designados por los partidos políticos, por aquellas localidades y sectores que se encuentren en las distintas fases del plan Paso a Paso, con el propósito de realizar actividades de propaganda electoral”. Las tiendas pueden inscribir a los suyos, los que están facultados para desplazarse en zonas en cuarentena y a través de cordones sanitarios. Este último oficio abre la puerta para que los presidenciables puedan recorrer el país.

4. ¿Cómo se mide al ganador?

Difícil pregunta. Habiendo tanta elección de distinta naturaleza y dos completamente inéditas -convencionales y gobernadores-, la vara para medir qué partido y coalición será la ganadora no es fácil de determinar. Transversalmente, en la clase política se habla de que para la influencia en los próximos 50 años, la clave es la de constituyentes. Pero para la presidencial de este año, la de alcaldes. Esto dicen dos analistas.

“Esta es la elección más compleja que hemos tenido, y declarar a una u otra parte ganadora será una tarea difícil”, afirma Roberto Izikson, gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos en Cadem. “Lo más importante es la coalición que logre tener a la mayor cantidad de la población gobernada y eso sería a través de los alcaldes, lo que va a marcar un punto súper importante para la elección presidencial”, agrega. Izikson explica que “evidentemente la más importante” es la elección de constituyentes. “Ahí tendremos que estar atentos a, primero, si la derecha logra sostener el tercio o más. Segundo, cómo rendirán los independientes. Tercero, cómo se da la negociación política para elegir al presidente de la convención, porque nadie va a tener la fuerza de elegirlo por sí solo”.

Marco Moreno, cientista político y académico de la Universidad Central, sostiene que la elección de concejales predecirá el desempeño de los partidos políticos, y la de convencionales, el “cómo está pensando el país en términos de oficialismo y oposición, pero en el caso de la oposición tendremos que hacer un zoom a ese resultado, midiéndolo por pactos para saber si la oposición de centroizquierda o la de izquierda es la que tiene más adhesión ciudadana”.

“Esta es una elección inédita, entonces no sirve el criterio de la elección de concejales para establecer el peso de un partido político, sino que tendremos que recurrir a fórmulas mixtas para intentar hacer una explicación de quién ganó la noche del 11 de abril”, agrega.

5. La ventaja de la derecha y lo que se juega la oposición

Un 43% de los escaños para Chile Vamos en la convención constitucional, un 31,6% para la Unidad Constituyente, un 19,6% para Apruebo Dignidad y un 4,4% para los independientes. Ese es el escenario que el diputado y experto electoral Pepe Auth avizora para el día después del 11 de abril derivado de la dispersión de listas opositoras y la unidad del oficialismo.

Según un análisis que hizo La Tercera, por cada candidato de Chile Vamos a lo largo del país, hay al menos cinco candidatos de una lista de partido de oposición o de lista independiente, número que llega incluso a los ocho postulantes en el distrito 7 (Valparaíso-San Antonio). Con eso en mente, las proyecciones apuntan a que el sector quedará atrás del oficialismo. Una derrota contundente en constituyentes y municipales incidirá directamente en cómo quedan posicionados los presidenciables y también pondrá en entredicho a las actuales directivas.

En la contracara, mientras la derecha aplaude la dispersión del frente en la elección de constituyentes, teme que esa misma proliferación de candidatos lleve a un votante nuevo e impredecible que le mueva el tablero en términos de alcaldes y concejales. Ello, porque si en la megaelección de abril votan las mismas personas que el 25 de octubre pasado, los comicios municipales tendrán una participación que podría subir en 2.600.000 respecto de 2016, es decir, más de la mitad de participantes. Ello implica que los incumbentes -donde la derecha tiene más caras- enfrentan un resultado impredecible, sobre todo en la Región Metropolitana.

6. Factor predictor de la presidencial

En estos comicios, las posibilidades presidenciales se juegan a dos bandas. Por un lado, los partidos se juegan su influencia y plataforma territorial para la campaña en la elección municipal. Pero, por otro, tres figuras clave de la competencia se juegan su propio destino. No por nada gran parte de las colectividades han dejado sus definiciones para después de esta megaelección.

Aunque no va a la reelección, el alcalde UDI Joaquín Lavín espera dejar ahí a su “delfina”, Daniela Peñaloza. Funcionaria municipal y muy cercana tanto a él como a Ernesto Silva, comenzó en desventaja por no ser conocida, pero muy apoyada por Lavín en una carrera en que compite con el empresario Gonzalo de la Carrera, del Partido Republicano. Si Lavín no logra que salga electa, sin duda será un golpe para sus posibilidades presidenciales.

Su contendora UDI, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, sí va por la reelección, y en esta pasada se juega no sólo volver a ocupar ese sillón y por un porcentaje alto de votos, sino también arrasar en concejales. Si no ocurre eso, también se le complica el escenario para la decisión que, ya dijo, tomará después del 11 de abril. Y la probable carta del PC, el mandamás de Recoleta, Daniel Jadue, vive algo parecido. Mientras la definición de su partido espera el resultado de esta elección, él se juega ser reelecto y con un elenco de ediles que le garanticen al PC no perder la comuna si él va a la presidencial.

Para los demás candidatos, la campaña que ayer comenzó es una plataforma tanto para impulsar a los candidatos de sus partidos en vistas de la primaria legal de julio -como es el caso de la DC Ximena Rincón, el radical Carlos Maldonado o el PPD Heraldo Muñoz-, como para hacerse conocidos/as, en el caso de la PS Paula Narváez. Y, por otro lado, si José Antonio Kast y su partido no logran voltear ninguna ficha ni descollar en votación, habrá que preguntarse en los meses siguientes qué pasará con su pretensión presidencial (el 2017 sacó cerca de medio millón de votos) y una eventual negociación parlamentaria con Chile Vamos.

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