Exutilero de la Roja sancionado por la FIFA : "La exseñora de Roberto quemó los guantes"

Maldonado

Nelson Maldonado fue castigado por un año luego del fraude más oscuro del deporte chileno. Todavía asegura que no tuvo nada que ver. A 30 años de los hechos, el recordado colaborador de la Selección reabre el capítulo que cambió su vida.



Nelson Maldonado (81 años) es una enciclopedia viva. En su hogar cuelgan fotos y banderas que ha recopilado durante todos los años que ha dedicado al fútbol y de su boca no dejan de salir anécdotas del balompié de antaño, que él vivió en carne propia, siendo uno de los utileros más icónicos de los 80. Trofeos, medallas, y hasta el botín de oro que Humberto Suazo recibió al transformarse en goleador del campeonato de apertura de 2006 (19 goles), decoran su jardín, frecuentado esporádicamente por figuras de la talla de Iván Zamorano o Fernando Astengo.

Pero de un episodio que marcó su vida no hay indicios. No, al menos, a primera vista. El utilero sancionado un año por la FIFA tras el Maracanazo sabe que todos quieren conocer los detalles que él y la cofradía del 89 guardan tras el fraude más oscuro que el deporte chileno recuerde.

¿Qué siente a 30 años del Maracanazo de la Roja?

Siento muchas cosas. Pienso que pude haber tenido un mejor pasar ayudando a la Selección y no pude seguir haciéndolo por algo en que no tuve nada que ver.

¿Conversó alguna vez con Roberto Rojas del por qué lo acusó?

Nos hemos encontrado varias veces, pero nunca hemos tocado este tema. Es como que ni él ni yo quisiéramos caer en palabras, porque él tampoco se ha abierto a pedirme disculpas. Yo no tenía nada que ver con esto, pero como el hilo se corta por lo más delgado, me tocó no más. Estoy seguro de que todos esos jueces que nos castigaron sabían que no tenía nada que ver, pero había que cagarse a alguien.

¿Usted realmente no tuvo nada que ver?

Nada. Con decirte que ni siquiera vi el partido, porque estuve en el camarín todo el tiempo, pero había que involucrarme de alguna forma. Me culparon de que se perdió un polerón de Roberto y también los guantes, pero ese polerón él [Rojas] se lo regaló a Hisis y Vera para el arquero del Creta, y los guantes él los fue a buscar a los ocho días de que esto pasó. Yo ni siquiera vi esos guantes, ahí quedaron hasta que vino él a buscarlos. El único acercamiento al tema fue que cuando se iba, me da un golpecito en la cabeza con los guantes y me dice: 'Negrito, con estos me hice famoso'.

¿Y qué ocurrió con esos guantes?

La ex señora de Roberto quemó los guantes. Eso me lo dijo Roberto. Ahí yo pensé que moría la historia.

Pero aún no ha muerto.

Bueno, pero si ella quemó los guantes ¿quién iba a ser la culpable?

¿Él traía esos guantes desde casa?

Los utileros tenemos todo siempre en orden, y sabemos bien qué va a utilizar cada jugador. A Roberto le llevé dos pares de guantes al Maracaná, con su nombre en cada uno, pero él llevó unos guantes distintos.

¿Y no sospechó que algo extraño ocurría?

O sea, después de que ocurre todo esto, en el camarín, uno comienza a ver una sonrisita por aquí, unos guiños de ojos por allá... Tampoco es que uno sospechara, pero sí me di cuenta de que algo pasaba.

¿En algún momento Rojas le confesó la farsa?

Días después lo acompañé al Sifup, porque nos seguimos juntando después de esto. Íbamos caminando por el Paseo Ahumada y la gente lo paraba para preguntarle cosas, algunos a favor y otros en contra. Le dije: linda cagada que te mandaste. Debo haber sido el único que se lo dijo en la cara. Él me reconoció: 'Está bien po, yo quería que fuéramos a Europa, que ganáramos plata'. Ahí me quedó claro que él estaba consciente de todo y que era el culpable directo. Me quedé callado.

¿Ya sabe cómo ocurrieron las cosas?

Sí, lo supe casi al tiro. Atando cabos sueltos y conversando con la gente que estuvo involucrada uno llega a la conclusión por lógica.

¿Y por qué nunca lo ha contado?

¿Qué saco? Podría decirte eso y mucho más, pero no conseguiré nada. Le voy a embarrar la vida a gente que ya rehizo su vida, que se retiró del fútbol o que aún está viviendo de él. He pasado por grandes penurias, me han querido quitar mi casa dos veces, pero nunca he pensado en denunciar nada. No creo que deba contarlo, porque sería ser malaleche.

¿Cuántos involucrados hay?

Involucrados, solo Roberto. Ahora, claro que sabía más gente. Te puedo decir que hubo un amigo de Roberto que influenció muchísimo todo esto, su nombre es José Amigo. Él fue quien le metió cosas en la cabeza a Roberto, amparado por su ex mujer. No sé por qué Roberto escuchó siempre a esta persona.

¿Ninguna otra persona estuvo involucrada?

Nadie más. Esta persona que te cuento y la señora, solo ellos. Siempre lo digo: el arreglo que Roberto tuvo en su guante para guardar el cuchillo lo hace solo una mano de mujer. Además, tampoco fue un bisturí, porque si se hubiese cortado con uno la herida hubiese sido mucho mayor. Con Orlando [Aravena] saqué todas esas conclusiones. Esto lo hizo Roberto. Lo instó Amigo y su señora lo siguió.

¿Entonces quién le hizo los demás cortes que tenía en la cabeza?

Ahí sí que no sé. Yo estaba en el camarín, no te podría responder eso, es una incógnita.

Usted sabe.

¡Qué voy a saber yo! No sé nada.

"Me da bronca"

Pero se debe conocer la verdad en algún momento ¿no cree?

La verdad ya la contó Roberto, se la contó a todo el mundo deportivo.

Pero a 30 años, aún no sabemos quiénes estuvieron detrás de esto.

¿Qué más quieren saber? No entiendo.

La verdad: quiénes orquestaron esta farsa, por qué lo hicieron, si había dinero de por medio…

Yo no le sirvo para eso. Me da bronca, sabe, estar ligado tantos años a esta historia y no poder ni siquiera comercializarla. Soy un tipo que vive el día a día, pero muy atado a mis principios. No me gustaría que un día ofendieran a mis hijos o a mi señora diciéndole que soy un sapo de mierda.

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