Agarra vuelo

Deportes Temuco, Universidad de Chile
Foto: Agencia Uno.


En la U conviven dos formas de buscar al arco rival. Una es el pelotazo largo, generalmente promovido por David Pizarro, aunque Jean Beausejour y Gonzalo Jara surgen como alternativas secundarias. No suele dar el resultado esperado. Los azules se diluyen cuando van por alto a la siga del pivoteo de Mauricio Pinilla o el espacio vacío detrás de los centrales rivales.

La otra manera es el juego asociativo, especialmente el que se da por las orillas, donde en la izquierda, en las combinaciones entre Bose, Yéferson Soteldo y Nicolás Guerra, se gestan sus estocadas más peligrosas.

Aunque por la derecha el asunto es más esporádico, porque ni Franz Schultz -ayer- o Matías Rodríguez -habitualmente- tienen la misma capacidad de subida que los zurdos, lo que cuenta es que cuando el elenco de Ángel Guillermo Hoyos confía en el toque y arma así sus ataques tiene muchas más posibilidades de hacer daño.

Sus mejores momentos ante Temuco, continuando lo que había hecho frente a San Luis, vinieron con esa idea de fondo. Cuando intentaba la llegada más fácil, más rápida, saltándose los eslabones de la cadena, le facilitó enormemente la vida a los locales.

Sin embargo, y porque el fútbol no es un software, el gol de Alejandro Contreras surgió de una mezcla de los lados flacos de la U. Pase largo y cruzado de Pizarro, control y cesión de Beausejour, centro de Pinilla y remate del descolgado defensa, que ingresó como lateral-volante por la derecha.

La victoria no llegó de la zona más recurrida y sincronizada ni con la contundencia que tuvo frente a los quillotanos, pese a las varias ocasiones que se armó, pero sí fue la confirmación de una propuesta que fue todo lo superior que requería la circunstancia y que, lo más importante, empieza a agarrar forma.

Situación similar pasa con Soteldo, su gran fichaje, al que le falta cada vez menos para ser la figura que se espera de él: un remate final más preciso (asunto circunstancial), algo menos de individualismo en ciertos momentos y poco más.

Sí, claro, la gran misión de esta temporada es la Libertadores y ese difícil grupo que le tocó ante Racing, Vasco y Cruzeiro, donde parte como el rival más débil. El torneo local es el ensayo general para esa gran obra y, después de un errático estreno ante Unión Española, la U agarra regularidad, confianza y fondo. Como para empezar a subir los niveles de ilusión.

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