El fin de semana anterior el Manchester United le aguaba la fiesta al City en su propio estadio, dándole vuelta un partido que tenía ganado. La coronación como campeones de la Premier League debía seguir esperando hasta que los Ciudadanos ganaran y los Diablos Rojos perdieran. Esa combinación se dio hoy, de manera inexplicable, cuando el United perdió en Old Trafford frente al colista de la liga.

El West Bromwich asaltó el Teatro de los Sueños con un juego atrevido, temerario, conocedor de las falencias del rival. El alza en el juego de Alexis Sánchez duró dos partidos: si bien se muestra con más confianza con el balón, su gran cantidad de pases erróneos sigue preocupando y no pudo desequilibrar.

Foster, el portero del Bromwich, fue figura y tapó todo, hasta con la cara. Si bien no se cobró un penal a Ander Herrera en la primera mitad, solo un disparo de Lukaku que detuvo el arquero fue la única clara que tuvieron los Red Devils.

En el arco contrario, sin embargo, la visita tenía llegadas claras que convertían a De Gea en figura, otra vez. El portero español mantuvo el arco en cero con grandes tapadas.

Pero en el segundo tiempo el juego de los de Mourinho se desordenó. Alexis se fue a la derecha y desde allí empujó con lo que pudo, pero se vio errático y los pocos pases que lograban atravesar no eran concretados por sus compañeros.

Con el empate el Manchester City no era campeón, pero todo lo cambió Rodríguez a los 73', tras un pivoteo luego de un córner. Ni después de aquél gol el United fue capaz de crear peligro y encontrar el empate.

Así, Alexis Sánchez hace campeón al City.