Colo Colo se juega otra vez la vida

Los albos buscan ante Peñarol redimirse en la Libertadores de su paupérrimo rendimiento a nivel local. Un triunfo deja a los albos bien posicionados en el Grupo C. Vuelve Cortés al arco y Jara deja en la banca a Valencia, cuya no marginación del plantel fue defendida por Mayne-Nicholls. Hoy se pone a prueba la burbuja sanitaria de la Conmebol.



Colo Colo pasa la página. Se evade por un rato de sus problemas a nivel local. Frente a Peñarol, en el tercer partido por la fase de grupos de la Copa Libertadores, el Cacique debe redimirse y, sobre todo, recuperar el respeto en el Monumental si quiere seguir avanzando en el certamen sudamericano. Hoy cierra el Grupo C, con tres puntos. Esas unidades, las mismas que todos sus compañeros de grupo, las obtuvo en el triunfo sobre Athletico Paranaense, el ya lejano 11 de marzo.

Gualberto Jara mueve las piezas. En el arco, por ejemplo, vuelve Brayan Cortés, quien en los últimos dos encuentros, frente a O’Higgins y La Calera, le cedió el puesto a Miguel Pinto. El iquiqueño recibe una nueva oportunidad para ratificar las condiciones que lo llevaron a Macul en medio de los cuestionamientos a su nivel, que resurgieron después del Superclásico. En el ataque, los albos reciben un tónico: Esteban Paredes recupera el puesto y desplaza a Nicolás Blandi, el refuerzo de más nombre, quien todavía no responde a ese cartel.

Jara dispondrá una línea de cuatro zagueros. En el mediocampo, habrá tres hombres: Fuentes, Carmona y Suazo. Esta vez, prescindirá de Leonardo Valencia, titular ante La Calera. El volante sigue generando controversia. Ayer, Harold Mayne-Nicholls tuvo que exponer ante la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputadas y Diputados. Ahí respaldó la decisión de no tomar medidas contra el futbolista por la denuncia de violencia intrafamiliar que lo involucra. “En Colo Colo estamos contra la violencia sobre la mujer, pero debemos esperar a que la justicia falle. De lo contrario, seremos nosotros los que vamos a fallar. No tenemos ni la potestad moral ni legal de sancionar a alguien cuyo caso está en tribunales. No vamos a transar la presunción de inocencia”, expresó.

El duelo entre el Cacique y los charrúas tiene otro aditivo: pondrá a prueba la burbuja sanitaria que dispuso la Conmebol para el retorno del principal torneo de clubes de Sudamérica. Peñarol viajó en la tarde de ayer en un chárter desde Montevideo. La delegación aurinegra, que integran 43 personas, entre jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, se había sometido a un test de PCR el viernes. A su llegada a Santiago, debía realizarse otro. Chile y Uruguay añadieron esa exigencia al protocolo propuesto por la confederación.

Los charrúas, sin el suspendido Rodrigo Abascal, el lesionado Mathías Britos y el aún en recuperación Jonathan Urretaviscaya, quedaron concentrados en el hotel Hilton Garden Inn, pero ni siquiera volverán a ese establecimiento. El plan contempla que los jugadores se duchen en el Monumental y que inmediatamente después inicien el traslado de vuelta, otra vez en un vuelo especial. Ni siquiera llegarán a sus casas, pues volverán a Los Aromos, el complejo en el que esperaron el viaje a Santiago. Ahí aguardarán su próximo compromiso: frente a Plaza Colonia, por el torneo uruguayo.

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