Colo Colo ve la luz

COLO COLO

En un partido que se retrasó una hora por fallas en las torres de iluminación , el Cacique gana su primera final autoimpuesta y ahora sí logra superar al modesto Delfín por 1-2.



Con 55 minutos de retraso arrancó la final que tenía Colo Colo ante Delfín por el grupo B de la Copa. Una hora más de suspenso antes de descifrar el destino albo en la arena internacional. Una hora que provocó nervios primero, enojo después y desahogo tras los 90 minutos. Al final, las fallas iniciales en la iluminación del estadio Jocay que provocaron la demora sólo fueron una anécdota para un Cacique que sigue vivo en la Copa.

Finalmente, en una acertada decisión, Héctor Tapia mandó a la cancha a los hombres que se anunciaban y con los que trabajó, pero dispuestos con un 4-2-3-1, con Opazo y Meza como laterales y Barroso y Zaldivia (muy erráticos en el inicio) como centrales. Pinares, un encendido Valdivia y Valdés eran los encargados de la salida. Y Paredes en solitario en punta.

El Cacique comenzó manejando la pelota a su gusto. El poblado mediocampo surtía efecto en cuanto a tenencia, pero no a profundidad. El problema se suscitaba cuando la perdían. Los blancos quedaban demasiado expuestos.

Así, a los 12' llegó un error grosero de Zaldivia y casi cayó el primero del Cetáceo. Lo tuvo Garcés, pero arregló todo Orión. De contra respondió Paredes y Ortiz contuvo de buena forma. Era el aviso de lo que vendría.

Al revés de lo que ocurrió en Santiago ante el cuadro ecuatoriano, los de Macul sí pudieron traducir en el tanteador la posesión de pelota. En los 21' se juntaron cuatro que saben. Y de primera: Baeza, Valdivia y Paredes la tocaron para que Valdés marcara el 0-1.

El gol le quitó presión al conjunto chileno. El Mago se soltó y con él, el resto del equipo. Y Delfín comenzó a mostrar todas sus limitaciones, las mismas con las que derrotó al Cacique en el Monumental pero que supo disimular con entrega, eficacia, y sobre todo con la ayuda del propio Colo Colo.

Ayer fue todo lo contrario: los albos fueron muy superiores, por fin demostrando las diferencias de presupuesto de planteles. En la cancha, los blancos llegaban con mucha facilidad hasta el área rival. Colo Colo sabía que no le servía otro resultado que la victoria para soñar con los octavos de final. Y así lo demostró.

Al filo del descanso, el caminó parecía despejarse definitivamente para el Cacique. Y que todo se le venía abajo al local: penal del portero a Valdivia y en los reclamos el juez Cunha expulsó a Nazareno por aplaudir irónicamente. Encima, 30 segundos después Paredes, quien alcanzó a Chamaco Valdés como máximo goleador chileno en la Copa, transformó la pena máxima en gol. Estaba todo dado para la fiesta blanca, pero el Cacique se acostumbró a sufrir.

Con uno más, los de Tapia sacaron el pie del acelerador en la segunda fracción. Y todo lo bueno hecho en el primer lapso desapareció en los últimos 45'. Delfín complicó más de lo esperado e hizo pasar susto al Cacique con el descuento alcanzado a 11' del final. El dueño de casa siguió machacando y la visita pidiendo la hora, porque había que ganarlo como fuera. Por eso el pitazo final fue un alivio mayúsculo.

Y aunque todavía es difícil la clasificación, ahora el Cacique al menos se permite soñar.

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