Ante Cobresal, Darío Osorio jugó pasado de revoluciones. Lo demuestra el desenlace que tuvo su partido, que terminó en los 74′, antes que el del resto de los jugadores que entraron al campo de juego. Un manotazo a Nelson Sepúlveda le costó la segunda amonestación. La primera la recibió en los 33′, por una fuerte entrada sobre Alejandro Camargo. Otra vez, el oriundo de Hijuelas se marchaba del campo de juego sin responder a las altas expectativas que existen sobre él. En Universidad de Chile, y también en la Selección, consideran que se trata de un jugador excepcional. Sin embargo, aún no logra explotar al nivel del entusiasmo que genera.

Osorio tiene la cabeza en otra parte. Puntualmente, en el extranjero. A fines de enero, estuvo a punto de cumplir un sueño: el Milan había puesto su mirada y una fuerte suma de dinero sobre la mesa para ficharle. US$ 6,6 millones por el 80 por ciento de los derechos económicos del jugador fue la propuesta formal que llegó a las oficinas del CDA. Los laicos la terminaron descartando, con la esperanza de que la explosión futbolística del nortino, sumada al potencial que ya mostraba Lucas Assadi, contribuyera decisivamente al rendimiento de Universidad de Chile en el Campeonato Nacional.

Mira a Europa

Otra vez, Osorio mira a Europa. Aunque el Milan había manifestado su intención de no darse por vencido en el intento por fichar al chileno, el equipo rossonero no será su destino definitivo. Lo que sí es concreto es que el Viejo Continente será la región que le acogerá. Y que incluso será pronto, pues la intención de todas las partes involucradas en la eventual operación están interesadas en que esta vez el negocio fructifique. Al margen del poderoso club italiano, el chileno ha sido apuntado por el Wolverhampton, entre otros elencos.

En el club laico, de hecho, se hacen la idea de que Osorio no formará parte del contingente de Pellegrino en la segunda parte del año. En esa convicción, el elemento más contundente es la decisión del jugador de buscar nuevos aires y de ponerse a prueba en un nivel más alto, acorde con la expectativas que generó su irrupción en el fútbol chileno.

Darío Osorio frente a Vicente Pizarro, en el último Superclásico (Foto: Agenciauno)

En la U aspiran a concretar un buen negocio en el plazo más próximo posible. Hay una conclusión que los lleva a tomar ese camino: consideran que un Osorio desconcentrado y desmotivado, como el que han visto en los últimos encuentros, les sirve de muy poco. Y, por contrapartida, que los antecedentes que están en manos de los veedores de los principales clubes del mundo, que más bien dicen relación con la mejor versión del jugador, permitirán cerrar un trato que allegará valiosos recursos a la economía de Azul Azul, golpeada, entre otros factores, por el castigo que les impide recibir público en cuatro partidos del Campeonato Nacional y restringe un quinto a la presencia de mujeres y niños.

Un jugador de parámetros internacionales

Los grandes clubes no solo se fijan en Osorio por la calidad que muestra cuando tiene el balón en los pies. Hay elementos mucho más concretos que lo han puesto en la mira de los scouting. En febrero, Lee Scott, autor de tres libros y jefe de Scouts en Vélez CF, se animó a compararle con una leyenda del fútbol europeo. “Cuando lo ves jugar, su juego tiene cosas de Arjen Robben”, sostuvo el observador. “Dará el salto directamente a una de las cinco grandes ligas de Europa”, pronosticó en el podcast Scouted Football.

A esa convicción también había llegado Francis Cagigao en la época en que detentaba la dirección deportiva de las selecciones nacionales. El español siempre consideró al hijuelano como un jugador con potencial suficiente para rendir en el primer nivel futbolístico. La velocidad de sus movimientos era uno de los parámetros que más le impresionaba. Cagigao tenía experiencia en la detección de talentos, pues había ocupado la jefatura de ese departamento en el Arsenal, de Inglaterra.

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