El ADN de Vidal

18b


A poco más de un mes y medio de su llegada a las filas del Barcelona, la adaptación de Arturo Vidal al sistema de juego del equipo culé no ha sido fácil. Hasta ayer, que fue titular desde el minuto inicial -por primera vez en la Liga-, había sido utilizado con cuentagotas dependiendo de las necesidades que a Valverde se le presentaban en cada uno de los partidos. En ese plan, resulta difícil pedirle a Arturo una actuación consagratoria y definitiva que sirva para darle una camiseta de titular. Aun así, algunas voces han criticado la contratación del chileno aduciendo que no tiene el ADN del Barça, sin llegar a explicar exactamente qué es lo que quieren decir con eso.

El diario Marca, por ejemplo, hace unos días publicó una columna en la que el articulista planteaba no entender del todo a qué había llegado Vidal al plantel culé, argumentando que el chileno no encaja, no complementa ni tampoco ha sido un factor diferencial, para luego afirmar: "No tiene ADN Barça y no vive sus mejores años como futbolista. Se le nota desubicado, seguramente en plena fase de adaptación, pero por sus características ese proceso se alargará más de lo adecuado".

Pero, ¿qué es el ADN Barça? Si se refieren a la impronta de juego colectivo, a esa vocación por el pase que imprimió Guardiola a sus equipos, al buen trato del balón, Vidal no está ajeno a esos códigos. El chileno ha dado muestras de que sabe jugar colectivamente, de que su pierna derecha no solo es un instrumento que sirve para interceptar y recuperar balones, sino también para hilvanar jugadas, armar paredes o dejar a sus compañeros en ventaja contra el arco rival.

Joan Vilà, director de metodología de Barcelona, explicó hace algunas semanas en una charla, la esencia del fútbol culé. "Desde Johan Cruyff, la idea es tener el balón para jugar y disfrutar. Él nos instruyó en desterrar esa vieja idea de que había que morir en el campo. (…) El equipo que tiene el balón es el dueño del juego. Con balón, todos disfrutamos. Sin él, solo corremos. Por eso, nuestro juego se basa en no perder el balón ni la posición en el campo. El balón es nuestro tesoro", dijo.

Y más tarde añadió: "Cuesta creer que muchos jugadores piensen que la conducción es mejor que el pase. Es un desgaste, riesgo de lesión y miras menos a tu entorno. El balón siempre corre más que el jugador. (…) Decir pase es decir fútbol".

Es cierto que una de las cartas de presentación de Vidal tiene que ver con ese despliegue incesante y con la presión que ejerce sobre los rivales, pero en una segunda lectura también brilla el habilitador, el asistente, el compañero perfecto para plantear sociedades creativas en la cancha. Si había alguna duda de lo anterior, ahí está lo que hizo ayer ante el Girona, cuando a los 19 minutos se las arregló en el área para proteger una pelota y servírsela a Messi, en una asistencia brillante, para que pusiera el 1-0.

Pienso que quienes apuestan a que la adaptación de Vidal será demasiado lenta, a que le ocurrirá lo mismo que a Paulinho -quien al cabo de un año volvió a jugar en la liga china desde donde había llegado-, a que su ADN no es blaugrana, se equivocan de manera rotunda. Me atrevería a decir que quizá saben mucho de fútbol, pero de ADN ni un pizca.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.