Se comunican poco. Lo justo, pero no lo necesario. Muy poco para ser el técnico y el gerente deportivo de un club profesional. Hoy, Guillermo Hoyos y Ronald Fuentes no logran encajar en el proyecto que busca posicionar a Universidad de Chile en lo más alto del torneo nacional. Su distanciamiento es evidente, aunque han intentado bajarle el perfil.

El quiebre entre ambos se arrastra desde el Torneo de Transición. Se acrecentó durante la reciente pretemporada, cuando el entrenador fue viendo cómo se caían los refuerzos que solicitó para enfrentar el torneo nacional y la Copa Libertadores. El deseo de contar con Carlos Carmona y César Pinares, quienes finalmente terminaron firmando en Colo Colo, acabaron por colmar su paciencia. Sigue sin entender cómo se le escapó el arribo del ex Unión Española, cuando él mismo le aseguró que su intención era recalar en el Centro Deportivo Azul.

Hoyos no confía en Fuentes. Se lo ha dicho a su cuerpo técnico. Desde su círculo más cercano, creen que el ex defensor es quien filtra información del plantel a la prensa. Algo que para los dirigentes parece poco creíble, más aún cuando el gerente deportivo es hoy por hoy la mano derecha de Carlos Heller, presidente de Azul Azul. Una traición de esa magnitud no tendría sentido, aseguran desde la institución.

El rol de interlocutor entre ambos lo ha asumido Pablo Silva, director ejecutivo de la concesionaria. Hoyos valora el trabajo del funcionario. Lo respeta. Le reconoce el mérito de haber cerrado los arribos de Ángelo Araos, Yeferson Soteldo y Felipe Saavedra. "Si no es por él, ninguno de ellos llega. Así de simple", sostienen desde el entorno del entrenador.

La molestia de Hoyos está latente. Más aún cuando en la presentación de Armando Cooper, refuerzo que espera debutar este fin de semana, Fuentes cuestionó los resultados de la pretemporada. El argentino tomó las palabras del gerente deportivo como un golpe innecesario a su trabajo, cuando ahora es el momento en que más necesitaba su respaldo. "El entrenador sabe muy bien qué hay que corregir en función de lo que él quiere lograr del equipo. Las pretemporadas son para eso, para ver los defectos y fortalecer las virtudes. El plantel está muy claro de eso también, pero claramente estamos al debe. Ahora empieza el campeonato y queremos iniciar de la mejor manera", decía Fuentes, días antes del debut frente a Unión Española por el Torneo Nacional.

La disputa entre ambos se ha ido incrementando en el tiempo. Hoyos, cuando quedaba poco para el cierre del Transición, dejaba ver sus diferencias con quien se supone debe ser su contacto con la dirigencia. Intentó suavizar sus declaraciones, fiel a su estilo. "¿Mi relación con Ronald? Quizás, a veces, los resultados te pueden alejar de las situaciones. Lo puedes interpretar de una forma, pero es algo sano. Mientras sea una relación sana y no me impida decir lo que siento, está bien, pero es algo de persona a persona. La honestidad es no traicionar lo que uno es. Yo no me traiciono a mí mismo. Yo sigo de la misma forma, no me mueve el campeonato ni la soberbia. La relación de mi parte es honesta", lanzó el argentino. Fuentes tuvo que salir a bajarle el perfil a la disputa: "No tengo ningún problema con él. Es una relación sana, profesional, de conversaciones. Acá hay una mancomunión. Queremos unificar el fútbol formativo con el profesional", dijo el gerente deportivo.

Fuentes, por su parte, no está conforme con el juego que arrastra la U desde que se coronó campeón del Clausura 2017. Como ex entrenador, cuestiona las decisiones del cordobés. También acusa que Hoyos tuvo un vuelco en su personalidad luego de conseguir el título local, cerrándose en su círculo más íntimo y dejando de lado todos los consejos que podrían haber evitado el complicado momento actual. Varias voces directivas aseguran que el transandino, cuando comenzó a sumar derrotas en el Transición, se alejó de las reuniones de comisión fútbol, a las que asistía regularmente. También se mostraba reacio a recibir críticas y, cuando sucedía, sacaba a relucir sus logros.

Hoyos intenta salir de la crisis que hoy tiene a la U sumergida en críticas. Siente, sin embargo, que duerme con el enemigo.