Vivimos tiempos en los que todos los secretos sucios de los poderosos del mundo, en distintas áreas de la vida pública, se están destapando. Nadie con cadáveres escondidos en sus armarios está a salvo y no importa cuánto esfuerzo hagan para ocultar todo con abogados o cómplices. Uno a uno van quedando expuestos y el fútbol no se salva.

Der Spiegel junto a otros 14 medios europeos anunciaron una serie de revelaciones hechas gracias a la filtración informativa más grande jamás procesada: cerca de 80 periodistas investigaron por meses 3,4 terabytes, equivalentes a más de 70 millones de documentos con los que Football Leaks continúa abriendo la pútrida lata de gusanos que sigue siendo el manejo del fútbol.

Ya esta semana se destapó el acuerdo secreto entre Real Madrid, Barcelona, Bayern Múnich, Juventus, Manchester United, Arsenal, AC Milan, Manchester City, Chelsea, Liverpool y PSG para escindirse de sus competencias nacionales completamente y comenzar una súperliga europea que cambiaría para siempre el funcionamiento del balompié mundial. Todo a espaldas de la UEFA y sus respectivas asociaciones.

También se supo que Infantino, siendo aún secretario general de UEFA, ayudó sistemáticamente al Manchester City y el PSG a violar el fair play financiero, presionado por los gobiernos autoritarios a los que pertenecen los dueños de estos clubes.

Para las próximas entregas, la investigación revelará, entre muchas otras cosas, cómo el presidente de la FIFA interfirió con la creación de un nuevo código de ética para suavizarlo o los favores que le hizo a un fiscal para luego cobrárselos. Así, un suma y sigue del terror donde los futbolistas tampoco se salvan: la serie expondrá el positivo de "un multicampeón de Champions League" en controles antidopaje y la evasión de impuestos esquematizada de varias estrellas de la Premier League.

Lo más importante será esperar las posibles consecuencias y también cuál es realmente el poder de los hinchas que siguen viendo, sin mucha reacción hasta ahora, cómo les roban la pelota.

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