Iván Ledezma: "Cuando vi a Valdivia me volví loco"

Ledezma

El Titi se ha transformado en una de las figuras del repunte audino. Reconoce que remó desde abajo y lo que le costó asumir la chapa de promesa.



El talento de Iván Ledezma (23) es incuestionable. Desde que vistió los colores de la escuela de fútbol de la Minera Escondida ha destacado por ser un jugador distinto. Eso sí, ese talento no siempre ha estado acompañado de buenas decisiones. Ejemplo de aquello, fue cuando quedó en la sub 15 de Colo Colo y al corto tiempo decidió devolverse a Antofagasta por extrañar a su familia. Su primer club fue Cobreloa, de inmediato deslumbró siendo sindicado como el futuro proyecto loíno. Fue ahí que sus ansias por salir al exterior y la presión por ser la próxima promesa, le pasaron la cuenta.

Cuento corto, Cobreloa descendió y el Titi merodeó por la Primera B durante largos años. La oportunidad de llegar a Primera llegó esta temporada y tras un comienzo dubitativo, el volante se ha alzado como uno de los mejores en el notorio repunte audino. Juan José Ribera y el cuidado personal, fueron las máximas claves.

Son los mejores de la segunda rueda, semifinalistas de Copa Chile y usted asoma como una de las principales figuras.

El equipo está muy contento con el desempeño que hemos tenido en la segunda rueda. Fue fundamental hacer una pretemporada en Talca y trabajar duramente la parte física. Veníamos de una primera rueda muy mala. En lo personal, me ha servido mucho la pretemporada y el cuidado personal. Todavía queda. Esperamos terminar en puestos altos. Esperamos ganar la Copa Chile y para eso debemos vencer primero a Barnechea en lo que será un partido difícil.

¿Qué importancia para usted tiene la llegada de Ribera?

Muchísima. El profe me conoce desde Coquimbo Unido. Desde las primeras conversaciones, me dijo que me iba a utilizar y que iba a ser un jugador muy importante para él. La confianza que medio fue fundamental para que mi rendimiento fuera en alza. También hizo hincapié en que me cuidara físicamente ya que es algo que me cuesta muchísimo. Estoy muy agradecido por todo lo que me ha ayudado y apoyado.

¿Por qué le cuesta tanto lo físico?

Desde que empecé mi carrera como futbolista el tema del físico me cuesta mucho. Hay pocos casos en los cuales comes pasado las diez de la noche y llegas al otro día con un kilo o dos de sobrepeso. Yo soy uno de esos, soy un caso especial y debo esforzarme como profesional para que no afecte.

¿Por qué cree que Hugo Vilches no confió en usted?

No sé si pasa por un tema de confianza. El ya tenía a sus jugadores y personalmente, creo que no me adapté bien a lo que él quería. No contó conmigo, pero estoy consciente de que pasó por mí. Luego el Coto me llenó de confianza y me cambió el chip.

Siente que por fin está explotando en Audax Italiano?

Es un buen momento, nada más. No creo que sea para tanto. El equipo anda bien y eso se ve reflejado en mi juego. Estamos viviendo un momento lindo y hay que seguir en eso.

¿Merecía una oportunidad en Primera?

Sí. La esperé muchísimo. Debuté en Cobreloa cuando estaba en Primera, pero después descendimos. Luego me fui a Coquimbo y ahí fui uno de los pilares de la campaña, así que creo que merecía jugar en Primera. Estoy muy contento, tenía muchas ganas de llegar acá. Todos los fines de semana veía fútbol de Primera y creía que podía jugar bien en esta categoría.

Su prometedor arranque en Cobreloa lo llevaron a ser catalogado como la próxima promesa del notable semillero loíno. De hecho, sonó en clubes italianos. ¿Qué sucedió en el camino?

Yo creo que los que nos afectó a todas las series juveniles fue el descenso. Nos desvalorizamos muchísimo y tuvimos que remar desde ahí. En la B ya no era el mismo Cobreloa, no se hablaba del club y dimos la vuelta larga junto a varios jugadores como Fernando Cornejo. Nos ha costado mucho y gracias al esfuerzo estamos en primera disfrutando de lo que es el fútbol.

¿Lo pasó mal?

La verdad es que sí. Justo en la temporada que descendimos estaba Marco Antonio Figueroa y no me consideró. Fue fome, pasé por un muy mal momento en ese minuto y el club también.

¿Sus ansias por salir tan tempranamente al exterior le jugaron en contra?

Sí. Cometí muchos errores. Quizás no me asesoré bien, no sé cómo explicarlo. Pero cuando se habló bien de mí a tan temprana edad, me equivoqué bastante. Tomé malas decisiones, no me cuidé en lo físico, no les hice caso a técnicos que querían ayudarme. Pero uno aprende, hoy en día tengo las cosas claras y soy un jugador maduro.

¿Es complejo asumir la chapa de promesa siendo un jugador tan joven?

Cuesta bastante. Antiguamente me afectaba más y me ponía esa presión encima. Entraba a la cancha muy nervioso, sabiendo que en ese tiempo era la promesa y que tenía que hacer las cosas bien. Hoy trato de disfrutar el fútbol y se me están dando las cosas.

¿Cuáles son sus metas a largo plazo?

Quiero irme al extranjero y triunfar. Mi idea es hacer una bonita carrera y si es que viene la Selección, obviamente hay que darlo todo y aprovecharlo.

Jorge Valdivia es de sus referentes. Usted compartió con él cuando fue sparring. ¿Qué recuerdos tiene?

Es un jugador distinto. Lo admiro muchísimo. Me acuerdo de ese tiempo y a Valdivia no lo citaban por un problema, pero Sampaoli lo fue a buscar. Ahí llegó y me volví loco. Pasaba al lado mío y no me podía concentrar. Es un tremendo jugador y lo admiro hasta hoy. Lo sigo y veo sus partidos.

Han comparado su juego con el de Claudio Borghi...

Me han dicho mucho eso. Este fin de semana estuve junto a mis padres y le pregunté a mi papá como jugaba Borghi. Él me dijo que sí, que tenía algunos parecidos, pero Claudio era extraordinario. Quizás es por el buen trato del balón y la pelota filtrada. Son comparaciones que hacen bien.

Jeraldino fue nominado por Rueda estando en Audax. ¿Le abre las esperanzas?

Obviamente. Es lindo ver que un compañero va a la selección, de hecho, Jeraldino lo ha hecho muy bien, ha mejorado su nivel y por eso lo llamaron. Personalmente, me deja ilusionado. Si estoy haciendo las cosas bien en Audax, quizás algún día, me pueda llegar un llamado. Es una motivación extra.

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