Jarry se alarga en Estoril

Nicolás Jarry

El chileno, tan superior a su rival como irregular en su juego, estira a 14 su registro de triunfos en arcilla y se cita en cuartos de final con Pablo Carreño.



Nicolás Jarry no leyó, probablemente, la entrevista que Marcelo Ríos concedió la semana pasada a La Tercera. En ella, el ex número uno del mundo aseguraba haberle dicho a la primera raqueta nacional: "Tú para lo que sacas, tienes que ganar más fácil". Y eso fue precisamente lo que el nieto de Jaime Fillol no logró hacer ayer en el Estadio Millennium; ganar cómodamente a un rival a todas luces inferior, tanto en ranking (206°) como en talento. Pero ganó, a fin de cuentas, el bueno de Jarry, remontando, para variar, un marcador adverso en el desempate de la segunda manga, e instalándose en los cuartos de final de Estoril, donde mañana aguarda Pablo Carreño (11°), el defensor del cetro.

Y es que el mejor tenista criollo del momento es un contrastado especialista en complicarse la vida. Y en salir luego airoso de sus propios enredos. Algo que volvió a demostrar ayer, ante un Ricardo Ojeda que necesitó nada menos que nueve intercambios para lograr su primer punto en el encuentro. Y que fue, claro, un error no forzado del chileno.

Sin mostrarse especialmente resolutivo con su primer servicio, pero en un arranque tremendamente serio, Jarry se las ingenió para colocarse 3-0 arriba en la fría noche portuguesa. Su holgada ventaja, sin embargo, no tardó en pasarle la cuenta y en dos games plagados de imprecisiones, el Príncipe -en su conocida faceta de resucitador de muertos-, devolvió la autoestima perdida a un desmotivado Ojeda Lara que logró incluso recuperar el quiebre.

En ese escenario, marchando de pronto 40-0 abajo en el sexto juego, Jarry recuperó la memoria, consiguió encontrar los ángulos que se le resistían y encaminar el primer set, que terminó cerrando con un engañoso 6-3 en media hora exacta de juego.

Su irregularidad, sin embargo, volvió a dominar el arranque de la segunda manga. La Torre santiaguina, capaz de conectar un solo ace en todo el primer parcial, no llegó a sentirse cómodo en ningún momento con su servicio y terminó por entregar su saque a las primeras de cambio. Su reacción cuando se supo en desventaja, por suerte y como casi siempre, resultó ser instantánea.

Con 5-3 en el tanteador y la certeza de tener ya el boleto para cuartos en el bolsillo, el chileno volvió a confiarse, encomendándose a su servicio para cerrar el partido. Pero no lo hizo y tuvo que ser en el tie-break, esa suerte de ruleta rusa que tanto gusta a Jarry -y que bien encaja con su estilo de juego- donde el encuentro terminó decidiéndose. Tras voltear un 1-5 adverso, el número 1 chileno pudo al fin festejar, lograr su 14° triunfo del año en arcilla y seguir escalando en Estoril. Fiel a su estilo. Más cómodo a contracorriente.

En tanto, Christian Garin se despidió en segunda ronda del Challenger de Savannah (EE.UU) tras caer por un doble 6-4 ante el local Reilly Opelka.

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