Jarry se gradúa de gigante

Nicolas Jarry

El Príncipe consigue el mejor triunfo de su carrera frente a Dominic Thiem (8º). Se mete en semifinales de Hamburgo y hoy enfrenta a Nikoloz Basilashvili (81º).



"¡Daleeeeeee!". El grito furibundo de Nicolás Jarry tras el derechazo ancho que tiró Dominic Thiem se escucha clarito. Inmediatamente el chileno se da vuelta, mira a la tribuna y empuña las manos con fuerza. "¡Vamooos!", vocifera de nuevo y vuelve a agitar las manos. La primera raqueta nacional saluda a su contrincante, el octavo mejor jugador del mundo. Sabe muy bien lo que hizo. Está feliz y satisfecho, es que acaba de sellar el mejor triunfo de su carrera y, por si fuera poco, es semifinalista del ATP 500 de Hamburgo. Día imborrable, día de consagración.

En el papel, era improbable lo del chileno. El austriaco Thiem, sin dudas, es uno de los mejores tenistas del circuito en arcilla. De hecho, fue finalista de Roland Garros, ocho de sus diez títulos han sido en esta superficie y, en lo que va del año, es el que más partidos ha ganado en polvo de ladrillo. Incluso más que Rafael Nadal, a quien venció en los cuartos de final de Madrid.

La jornada comenzó cuesta abajo para el tenista nacional y justamente esa fue la tónica del encuentro. En el tercer juego, cuando la cuenta iba 1-1, los fantasmas invadieron a Nico. Una doble falta y tres tiros cómodos que el chileno envió largas derivaron en que el europeo le quebrara el saque casi de entrada.

Llegó el décimo juego, donde Thiem debía sellar el parcial con su saque. Pero el chileno tenía una sorpresa preparada. Después de una doble falta de su rival, Nico atacó ferozmente. Tres devoluciones profundas colaboraron con dejar el marcador empatado. El Príncipe estaba vivo.

Llegó el tie break y nuevamente Nico tuvo que remar desde atrás. Estaba 2-5 abajo, pero siempre mantuvo la calma y no se fue del partido. Su saque fue garantía y atacó nuevamente con tremendas devoluciones. Finalmente se quedó con el set. Puño apretado el del Príncipe y un Thiem evidentemente fastidiado. Es que el irreverente Jarry le estaba haciendo un partidazo.

El segundo set comenzó de la mejor forma para la primera raqueta nacional. Quebró de entrada y subcampeón de Roland Garros estaba ido. Lo extraño vino después. Múltiples fallos de un lado y otro derivaron en cuatro quiebres seguidos. El partido era entretenido, pero bastante irregular. En un momento, Nico se cuestionaba cada error, pero su mente siguió firme. El marcador quedó igualado en dos y de ahí en más, no hubo más rupturas de servicio.

Otro tie break, la misma historia. Jarry tuvo que trepar nuevamente. Esta vez estuvo con triple punto de set en contra. No le importó, esperó su opción y se fue encima. Le salió todo y abrochó un triunfo épico. Mente, ataque y buen servicio. Nico ya se codeaba con los mejores, pero ayer se graduó finalmente de gigante.

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