La realidad

Colo Colo eliminado de Copa Sudamericana
Foto: Agencia Uno.


Pocas veces, tal vez ninguna así, se vio a Esteban Paredes tan abatido en una conferencia de prensa como el martes pasado, luego de que Colo Colo fuera eliminado de la Copa Sudamericana por la Universidad Católica de Quito. El delantero pidió perdón a los hinchas por la bajísima presentación de su equipo, a la vez que descartó cualquier extensión de su contrato más allá de su anunciado retiro en diciembre de este año. En la mente de Paredes, claro, rondaban los cuatro goles claros que se perdió ante la valla de Hernán Galíndez. Algo impropio en él, quien acostumbra a tener una o dos por partido y embocarlas todas.

Distinta era la actitud de Mario Salas. En su tono, más allá de una inocultable perplejidad dolida, el entrenador de Colo Colo atenuaba el catastrófico resultado con la promesa de torcer el presente y augurar, cuando no garantizar, un destino luminoso.

Lo real es que Colo Colo se mandó un guatazo histórico. Nunca en sus 94 años de vida había perdido una llave después de ganar el partido de ida como visitante. Se agrava esto por la ausencia de cuatro titulares de la Católica de Quito debido a la mala inscripción para la Sudamericana.

Sin Libertadores este 2019, los albos concentraron toda su artillería en una gran actuación en la Copa Sudamericana, pero a la hora de jugar, no pudieron superar ni la primera fase. Y jugando muy mal. El equipo de Salas se vio maniatado, con pocas ideas, desbordado por la velocidad de los atacantes de la Católica, con la creación limitada a lo que pudiera hacer Jorge Valdivia y el todo gol quedaba en manos de Esteban Paredes.

Bueno, Valdivia fue bien marcado y terminó jugando a 45 metros del arco. Paredes, como ya lo contamos, estuvo en una noche negra y no la embocó. Colaboró en el descalabro y la flojísima reacción de Brayan Cortés ante el remate Jeison Chalá, la intrascendencia de Williams Alarcón y las limitaciones de Gabriel Costa, perdido de puntero derecho cuando rinde mucho más como volante ofensivo por la izquierda.

"Raya para la suma", como diría Fernando Paulsen, Colo Colo sigue dependiendo de Valdivia y Paredes. Y como Jaime Valdés está lesionado, le falta la tercera pata que ha sido la base de todo su juego ofensivo en los últimos cuatro años.

Entonces, Mario Salas llegó para darle "otra cosa" a este equipo después de la siesta de Tito Tapia. Esas "cosas" que suenan tan lindas al oído del hincha: agresividad, protagonismo, garra, ofensiva. Hasta el momento apenas se insinúa el cambio. Y cuando le ponen un rival un poco más exigente (las Católicas de Chile y Ecuador, por ejemplo), las grietas son muy evidentes. A veces no basta con las ganas y las buenas intenciones.

PD: Sería interesante escuchar alguna vez a Marcelo Espina.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.