La rebelión de los sin nombre

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Islandia, Irán, Japón, Senegal... El mundo se acostumbra a nuevos protagonistas. Las casas de apuestas ya recelan de Alemania y Argentina.



Alfreð Finnbogason, Steven Zuber, Hirving Lozano, Shinji Kagawa, Yūya Ōsako y M'Baye Niang. ¿Que tienen en común estos nombres? Todos se transformaron en verdugos de los grandes candidatos. Son los héroes del momento en Rusia. Los que le robaron el protagonismo a Messi, Neymar, Mueller, Falcao o Lewandowski. Son los líderes de la rebelión de los sin nombre. Los acostumbrados a ser actores de reparto, hoy protagonizan su propia novela.

¿Sorpresas? ¿Desilusiones? ¿Emparejamiento de fuerzas? ¿Los nervios del debut? "Los equipos cabezas de serie pensaron que iba a ser más fácil, por los rivales. Pero no fue así, Alemania no va a ser esa selección perfecta de todos los mundiales, sino que va a tener que jugar de otra manera", señala Eduardo Pereira, mundialista uruguayo en Italia 90.

Justamente, sólo tres cabezas de serie van liderando sus grupos: en el A, Rusia, en el C, Francia (y sufriendo de lo lindo ante Australia) y en el G, Bélgica. En todos los otros, alguien distinto está en la cima: Irán en el de Portugal, Croacia en el de Argentina, Serbia en el de Brasil, México en el de Alemania y Japón en el de Polonia.

"Se debe a que el fútbol se ha emparejado en lo físico. Suiza lo demostró. Cuando corrió, a Brasil se le complicó. Lo mismo a Alemania con México, que estuvo mejor físicamente. O España, que fue mucho mejor que Portugal y empata por estar contra un equipo sólido en lo físico y no tanto en lo futbolístico", aporta Fabián Estay, mundialista chileno en Francia 98.

"Más allá de las sorpresas, ahora empiezan lo definitorio. Y es en estos partidos más bravos donde los grandes sacan su categoría". advierte Fernando Díaz, presidente del Colegio de Técnicos de Chile.

Quizás si la primera gran sorpresa de Rusia 2018 fue la del empate entre Argentina e Islandia, debutante absoluto de los citas planetarias. La gran Cenicienta fue insuperable para la Albiceleste de Sampaoli. Los millones de diferencia entre sus planteles no se notaron. Los odontólogos, directores de cine, granjeros y pescadores le hicieron frente valientemente a las figuras transandinas repartidas en equipos tan importantes como Barcelona, Manchester City, Juventus o PSG.

Incluso, los Vikingos vinieron desde atrás y Halldorsson le contuvo un penal a Messi para hacer más épica y heroica la historia.

Quien creyera que el empate rescatado por el representativo de la pequeña isla europea sería el único resultado no esperado de la primera fecha, estaba equivocado. Porque al día siguiente otro campeón del mundo se estrelló con los grandes sueños de otra selección. México se plantó inteligentemente ante Alemania y la venció por la cuenta mínima con tanto de Lozano. Lo de los aztecas fue ampliamanete alabado por su planteamiento táctico y sobre todo por la capacidad de aguantar el 1-0.

Y como si fuera poco, al partido siguiente Brasil, el mayor candidato en la previa, tenía todo encaminado para un tranquilo y victorioso debut ante Suiza. Con Neymar y un gran plantel secundándolo, la Canarinha se ponía en ventaja a los 20 minutos pero Steven Zuber dijo lo contrario. A Brasil, a las casas de apuestas y a todos los que creyeran en la lógica. Su cabezazo le avisó al mundo que los chicos, esta vez, venían en serio a competir al torneo en suelo ruso.

Y tras ellos, otros resultados inesperados. Como el 1-0 agónico de Irán sobre Marruecos, o los de ayer: Colombia perdió 2-1 con Japón. O Polonia, primero de su grupo en las clasificatorias de UEFA, fue vencida por Senegal. Con muchas menos individualidades, los africanos fueron más equipo. Y siguieron con la rebelión de los sin nombre que incluso cambió la consideración de las casas de apuestas. Alemania es la gran perjudicada. Su título pasó de pagarse 5,5 a 9 por cada peso apostado. España, tras su empate con Portugal, pasó de 7,5 a 5,5 puntos.

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