Las curiosidades históricas de los sorteos mundialistas

SORTEO MUNDIAL

Este viernes se realizará la ceremonia de sorteo de grupos de la próxima cita planetaria, instancia que ha estado marcada por hitos y hechos llamativos que pasaron a la historia.



Este viernes, en el palacio del Kremlin en Moscú, se realizará la ceremonia de sorteo de la Copa del Mundo del próximo año, instancia que marcará el inicio del proceso mundialista que acaba con el torneo, que se disputará entre el 14 de junio y el 15 de julio del año entrante. La ceremonia en cuestión suele estar llena de morbo por la conformación de los grupos y el emparejamiento de los equipos, pero éstas también han pasado a la historia por distintas curiosidades y hechos curiosos.

Como ocurrió en el sorteo para la Copa de 1930, la primera de la historia. La ceremonia se realizó apenas tres días antes del inicio de la competencia debido a la tardanza de las selecciones europeas (Francia, Yugoslavia, Bélgica y Rumania), que cruzaron el océano Atlántico en barco hasta Uruguay, la sede del campeonato. Además, en aquel certamen participaron 13 equipos, por lo que los grupos fueron dispares: el primero contó con cuatro participantes, mientras los demás sólo con tres.

De cara al Mundial de 1938, jugado en Francia, el destino de las selecciones los decidió un niño. Y es que Yves Rimet, de seis años, nieto de Jules Rimet, timonel de la FIFA de la época, fue el encargado de extraer las bolas y armar el torneo.

"Yo no quería ir. Como todos los niños, era muy tímido. Cuando me llevaron, vi a toda esa gente y tuve más miedo todavía. En cuanto vi a mi abuelo delante de la mesa, corrí hacia él. ¡Tan sólo lo veía a él! Luego recuerdo haber tirado las bolas, claro. Y también las preguntas de los periodistas. ¿No me habrá salido un sorteo muy favorable?", contó el niño en cuestión, ya adulto, en 2004, en una entrevista con la FIFA. La misma situación se vivió en sorteo para la Copa del Mundo de Argentina 1978, cuando fue el nieto de Joao Havelange el encargado.

El sorteo para el Mundial de 1950, disputado en Brasil, literalmente fue en vano. En él participaron 14 selecciones, o más bien había 14 bolas, porque algunos equipos no estaban determinados a la fecha de la ceremonia. Además, todo debió modificarse poco antes del comienzo de los partidos, porque India se bajó del campeonato tras negársele la autorización para que sus futbolistas jugaran descalzos, y porque Francia hizo lo propio ya que el fixture los obligaba a recorrer 3.500 kilómetros por todo Brasil.

Antes de España 1982, la FIFA quiso innovar e incorporó tecnología para la conformación de los grupos, dejando en manos de un sistema automático la asignación de los países y, por ejemplo, la aplicación del criterio geográfico que impide que países de la misma confederación se enfrenten en la fase de grupos. La máquina falló justamente en los países de la Conmebol y todo terminó en bochorno.

La ceremonia previa al Mundial de Alemania 2006 estuvo marcada por el curioso deseo de Pelé. Y es que el brasileño, cuando sacó una bola con un rival para Argentina, dejó escapar un "que sea Holanda" que no pasó desapercibido. Deseo cumplido de inmediato ya que, efectivamente, el rival que salió de aquella bola fue la selección holandesa. Pelé sólo sonrió.

Finalmente, en el sorteo para Brasil 2014 hubo una imagen que quedó para la posteridad. Tras la confirmación del grupo argentino con Bosnia, Nigeria e Irán, el dirigente de la AFA Juan Carlos Crespi celebró a los rivales y se llevó dos dedos al hombro, en el clásico gesto indicando al jefe o el poder. La interpretación natural fue que estaba achacando a Julio Grondona, en ese entonces presidente de la AFA y segundo al mando de la FIFA, la "suerte" argentina en aquella ceremonia. "Azar e... influencia", tituló al día siguiente el diario transandino La Nación. El dirigente nunca explicó su gesto.

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