Marcelo Espina: "Mientras menos conozca al representante, mejor"

Espina

El emblema albo analiza sus primeros días en Colo Colo como director deportivo, entrega sus definiciones y pone sus límites éticos para un cargo que tiene fama de ser decorativo.



Marcelo Espina se anotó su primer éxito como director deportivo de Colo Colo, luego de cerrar los cuatro refuerzos que pidió Héctor Tapia. Pero no han sido fáciles estos días para el emblema albo, que perdió a su madre recientemente. "Fue un mes complicado, duro. Mi hijo Santiago, que está en Copiapó, se lesionó la rodilla, lo tuvieron que operar el mismo día y a la misma hora en que estaban operando a mi mamá acá en Buenos Aires. Entremedio de todo eso, estuvo lo de Colo Colo y mi trabajo. Pero, de a poco, las cosas se están acomodando", dice.

En Colo Colo en los últimos años la gerencia técnica ha sido una figura decorativa. ¿Usted viene a mandar?

Esta es la tercera vez que me llaman para asumir este cargo y en ésta me decidí. Para mí no era fácil dejar un trabajo muy bueno acá, pero dentro de las conversaciones que tuve con Gabriel (Ruiz Tagle) y con el directorio sobre la propuesta y el proyecto, dentro de eso está que yo llego a Colo Colo con un poder amplio para trabajar y desarrollar lo que planteé. Vi mucha seriedad en lo que se quiere hacer, voy por un contrato de tres años. Y si las cosas salen bien, que se pueda potenciar en el tiempo. El objetivo es trabajar para los 100 años de Colo Colo. No sé si yo llegaré al momento que se cumplan los 100 años, pero por lo menos espero dejar establecidas bases de trabajo.

Si Gabriel Ruiz Tagle tomara decisiones sin consultarle, ¿dejaría su cargo?

Está claro que tengo atribuciones para desarrollar el plan de trabajo que quiero, tomar decisiones respecto de todas las áreas. Pero obviamente hay ciertas cosas que se consultan y se elaboran en conjunto. Por lo menos, en lo poco que hemos desarrollado en estos 10 días, lo hemos consultado y lo hemos elaborado juntos. Pero está claro que yo voy a tener una opinión formada y la posibilidad de trabajar bien, a largo plazo. Y ellos me lo transmitieron así, porque lo quieren hacer así. Y eso me dio el empuje que necesitaba para tomar esta decisión de ir a vivir de vuelta a Chile.

¿En qué consiste su proyecto para el club?

Quiero ir con tiempo. Esto no se va a generar de un día para el otro. Tengo un diagnóstico del plantel, pero también tengo que hacer uno del futuro del plantel. Me refiero a las finalizaciones de contrato. Lo de esta temporada está cerrado y hay que pensar en la siguiente, al margen de los resultados. Y, por otro lado, tengo que hacer un diagnóstico bastante amplio de las divisiones menores. Me gustaría que tuvieran una identidad relacionada con la historia del club y una identidad futbolística, y tratar de proyectar futbolistas. No sé qué es lo que hay en divisiones menores, pero queremos proyectar entrenadores también. Así, el día de mañana, no tener que ir a buscarlos afuera.

¿Cuál fue su función en la llegada de los refuerzos?

Estuve conversando con Héctor, de acuerdo a las necesidades; con el directorio, más directamente con Gabriel, que es con quien más contacto tengo. Todo fue conversado entre las tres partes, pero está claro que en el aspecto futbolístico yo le estoy allanando un poco el camino. Así y todo es bueno aclarar que Colo Colo estaba en una limitante para incorporar, porque no se podía incluir a jugadores que estaban inscritos en Copa Libertadores por otros clubes.

En la llegada de Danny Pérez se habló del vínculo de Fernando Felicevich. ¿Lo conoce?

Yo de conocer, conozco a todos. Pero a mí no me interesa quién representa a los futbolistas. La llegada de este chico es una apuesta que vamos a tratar de implementar en el club, el tener un margen de contratación de riesgo. Gente joven, que nos puede dar un salto de calidad, sabiendo a lo mejor que hay un riesgo. Queremos uno o dos futbolistas por temporada con esta fórmula. Lo de este chico es más eso. No hay que apresurarse, no es un chico que nos va a resolver un problema. Que se adapte y que después pueda explotar. La verdad es que a mí me interesan los futbolistas y no quién los represente.

¿Le parece bien que Guillermo Mackenna, el abogado del club, sea el mismo que ha asesorado a Felicevich?

Si vamos a atar cabos, siempre vamos a encontrar algo. Si al club le interesa un futbolista, vamos a ir por él, sin importar quién lo represente. Yo por lo menos voy por la parte futbolística. El día que los jugadores se den cuenta de que pueden arreglar los contratos solos, se van a dar cuenta también de que van a poder ganar más plata.

¿Cómo llega Damián Pérez? ¿Habló con él?

No hablé con el jugador. Yo a Damián Pérez lo sigo desde que jugaba en Arsenal, no recuerdo hace cuántos años. No me preguntes por qué lo seguía, porque no tengo motivo. Es cuando hay un futbolista que te entra por los ojos y no sabes por qué… Bueno, me entró por los ojos en Arsenal y a partir de ahí lo empecé a seguir. Después se fue a Vélez y pasó a México y le perdí un poco el rastro. Y ahora surgió la posibilidad de un lateral izquierdo y me acordé de él. Racing estaba muy cerca de poder contratarlo. Bueno, aceleré un poco ahí, hablé con su representante y traté de convencerlo de lo que necesitaba el club y terminó siendo más sencillo de lo que imaginaba.

¿Conocía al representante?

No lo conozco. Mientras menos pueda conocer al representante, mejor. Además, dentro de lo que le planteé al directorio, yo no voy a estar relacionado en los arreglos de las contrataciones. Yo no voy a negociar con los representantes o con los clubes directamente. Nunca. Yo voy a hacer todo el contacto previo. Pero después, cuando se hable de dinero, solo no voy a estar; acompañaré al directorio, apoyaré en lo directivo. Cuando se empiece a hablar de números no quiero estar solo ni quiero ser el que esté relacionado directamente con la contratación, por transparencia.

¿Cómo fue la negociación por Esteban Pavez?

Con Pavez fue más fácil, para repatriarlo sólo negociamos el 40 por ciento restante, porque ya teníamos el 60.

¿Partirá algún jugador?

En principio, lo ideal sería que no. Pero hay mercados que son más largos que otros y si aparece alguna oferta que al club le convenga… La idea es que no se vaya nadie. Pero mira lo que le pasó a River con Alario: vino el Leverkusen, pagó la cláusula y se lo llevó.

Aníbal Mosa busca desbancar a Ruiz Tagle de la presidencia de ByN, en una junta extraordinaria de accionistas (hoy). ¿Trabajaría con Mosa?

A mí Aníbal Mosa me fue a buscar hace dos años. Tuvimos una semana de conversaciones y por circunstancias no se concretó. También me manifestaron, cuando hubo la votación con el Chama (Sebastián González), que Mosa estaba de acuerdo con que fuese el director deportivo del club. Yo voy a trabajar para Colo Colo y a eso me debo. Con el que tuve más contacto en el último tiempo fue con Gabriel, porque es el presidente del club, pero él perfectamente sabe que si me contrata es para trabajar para Colo Colo.

¿Le preocupa que su nombre sea relacionado a Ruiz Tagle, cuya figura es asociada a un caso de colusión?

No estoy empapado del tema. Lo desconozco. A ver, tomé esta decisión, que para mí no es fácil, producto de que me tengo que trasladar a un lugar que quiero muchísimo como Santiago. Estoy tomando una decisión importante en lo personal, pero lo mío es Colo Colo. Y cuando entendamos que Colo Colo está por sobre todos nosotros, empezaremos a ser un club mucho mejor. Y cuando digo que Colo Colo está por sobre todos nosotros, es por sobre todas las personas que estamos en el club: jugadores, entrenadores, dirigentes. Tenemos que trabajar mancomunadamente para el bien del club y así poder dejar algo, porque el día de mañana no vamos a estar más.

¿Su cargo es 24/7 o cabe alguna posibilidad de comentar acá en Chile?

Me podrán invitar a un programa. Pero yo me estoy yendo de ESPN firmando un acuerdo de que si el día de mañana vuelvo a vivir a Buenos Aires, ESPN tiene la prioridad para recontratarme. Me plantearon esta situación y por eso me voy feliz, pero con sentimientos encontrados, porque me cuesta irme de un lugar con el que me encariñé. Cuando me lo plantearon, ni siquiera tuve que decir que sí.

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