El opaco adiós de Octavio Rivero a Colo Colo

OCTAVIO RIVERO

El delantero uruguayo pasó de ser titular con Guede a suplente con Tapia. La necesidad de liberar un cupo de extranjero y una cuantiosa oferta del Atlas mexicano provocaron que Blanco y Negro no le pusiera mayores obstáculos para dejar el club.



La temporada 2017 fue una de las más gratas de Octavio Rivero en el fútbol chileno. El delantero uruguayo se consolidó como titular en el Colo Colo de Pablo Guede y levantó el título del Transición y el de la Copa Chile. En ambos certámenes fue figura y sus goles fueron decisivos para conseguir estas coronas.

Este año la situación parecía repetirse en un comienzo. A pesar de que estuvo aquejado por algunas lesiones, el uruguayo contaba con la confianza del técnico y asomaba como un gran complemento para Esteban Paredes. De hecho, convirtió un tanto clave en La Paz, en el empate 1-1 ante Bolívar, por la Copa Libertadores.

Sin embargo, la llegada de Héctor Tapia cambió radicalmente el panorama del charrúa. El nuevo DT optó por privilegiar su esquema, que contemplaba sólo un delantero, por lo que ese espacio quedó reservado para Paredes, la máxima figura del Cacique. Así, el ex O'Higgins debió conformarse con ser alternativa y jugar algunos de los partidos del torneo local con el equipo suplente. Una situación que, además, mermó su confianza dentro de la cancha en los encuentros que disputó.

Por otra parte, la demora administrativa que impidió sumar un cuarto refuerzo tras la grave lesión de Fernando Meza limitó la posibilidades en ese ámbito. Además, como el oriental ocupaba plaza de extranjero, todo se configuraba para que ante una buena oferta pudiera partir. Y ese ofrecimiento llegó, el Atlas mexicano puso más de US$ 4 millones, una cifra similar a la cláusula de salida que tenía establecida. De ese dinero, el 50% es para Colo Colo, mientras que el resto es para el Vancouver Whitecaps, dueño de la otra mitad del pase.

A diferencia del año pasado, cuando Colo Colo rechazó ofrecimientos de Peñarol y de Belgrano por el delantero y éste se declaró en rebeldía, la situación es distinta. Esta vez el club lo dejó partir. En parte, para satisfacer los deseos de Rivero, y también, para sumar dinero fresco a las complicadas arcas de la institución. De esta forma, su salida terminó siendo conveniente para todos, a pesar de que su presente futbolístico terminó lejos de lo que mostró en sus mejores jornadas.

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