Vettel se queda con el GP de Canadá y consigue la 50ª victoria de su carrera

Fue el mejor en las rondas clasificatorias. También lo fue en el GP de Canadá. Ya son cincuenta victorias para Sebastian Vettel, el alemán empeñado en no ser menos que la leyenda de Michael Schumacher.

Dominó de principio a fin. Valteri Bottas ofició de escolta y nunca lo amenazó. Despreocupado, se dio un festín en las rectas del Gilles Villeneuve. Dejó que sus perseguidores se desgastaran luchando por el resto de puntos. Él, en un día de récord, ya tenía asegurado el premio mayor, ese que le permite retomar la punta del Mundial.

Más atrás, Hamilton sufría pérdidas de energía que lo alteraban. Expresaba su molestia por el intercomunicador, aunque no obtenía respuestas. Su compañero de escudería se transformaba, así, en la única esperanza para disputarle el liderato a Vettel.

Corridas 15 vueltas el piloto de Ferrari aventajaba a Hamilton, cuarto, en 10 segundos. El británico sufre y los demás lo saben. "Parece que a Lewis le está costando un poco", señala Ricciardo por radio. El mensaje es claro: había que cazarlo.

Y lo hizo, quedándose con el cuarto lugar, detrás de su compañero Verstappen, quien intentaba con todo alcanzar a Bottas. Las distancias se estrecharon en los últimos instantes de la carrera, con ambos Red Bull atacando y defendiendo. Verstappen fracasó, aunque Ricciardo tuvo éxito y mantuvo a raya a Hamilton, que alcanzó a estar a menos de un segundo de distancia.

Vettel esperó recibir la bandera a cuadros para celebrar con todo. Pero la recibió a falta de una vuelta: por una orden errónea de dirección, la modelo encargada de decretar la victoria levantó la bandera antes. "Afortunadamente tenemos la radio, el contador del coche y la pizarra en el muro. Sólo temí que saltara gente al asfalto con sus banderas, porque aún íbamos a tope. Algunos comisarios ya festejaban, pero por radio me confirmaron: 'No, no, no, sigue empujando'", declaró Vettel en conferencia de prensa.