Un respiro para el planeta

A medida que la pandemia del Coronavirus se expande por el mundo, no todo parece ser malas noticias. Una de ellas es la disminución de gases de efecto invernadero y la contaminación atmosférica, en países como China e Italia. Aunque, dicen los expertos, solo sería un efecto temporal.


Fueron una serie de fotos satelitales las que sorprendieron a varios. La noticia no era lo que se veía, sino precisamente lo que faltaba en las imágenes.

El coronavirus surgió en Wuhan, una ciudad de 11 millones de personas en la provincia china de Hubei, a fines de 2019. Los casos de la enfermedad crecieron varios miles por día en China a fines de enero y principios de febrero, cuando fue el peak de la epidemia allí.

Sabemos que el Covid-19 tiene una larga lista de efectos negativos. Aunque también hay efectos secundarios que podrían significar un beneficio para el medio ambiente.

Efectos climáticos inesperados

China ha sido el mayor emisor de dióxido de carbono del mundo. Eso hasta el Coronavirus. Las fábricas fueron cerradas y las calles despejadas. Ese confinamiento, además de las restricciones para viajar, todo para tratar de detener el avance del Covid-19, trajeron un beneficio involuntario: cielos más azules.

Hoy en China se respira un aire más limpio.

El número promedio de "días de aire de buena calidad" aumentó 21,5 por ciento en febrero, en comparación con el mismo periodo del año pasado, según el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China.

La NASA y la Agencia Espacial Europea han publicado imágenes satelitales que lo comprueban. Las fotografías muestran una reducción drástica en las emisiones de dióxido de nitrógeno –un gas nocivo y que es emitido por los automóviles, estaciones de energía e instalaciones industriales– en las principales ciudades de China, entre enero y febrero. Y, por ejemplo, la clásica nube de gas tóxico que estaba sobre las centrales industriales casi desapareció.

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Crédito: Nasa[/caption]

Lo mismo ha pasado con las emisiones de CO2 que, entre el 3 de febrero y el 1 de marzo, tuvieron una caída de al menos un 25 por ciento. Y según cálculos de Lauri Myllyvirta, del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio, con sede en Estados Unidos, esta reducción equivaldría al 5 por ciento de las emisiones mundiales.

Además, un informe del medio especializado Carbon Brief confirmó que entre diciembre y febrero se registró un descenso del consumo de carbón del 36 por ciento y una reducción del 34 por ciento en la actividad de las refinerías de petróleo.

En Italia, otro de los países más afectados por el Coronavirus, las imágenes satélites también mostraron una notable disminución de gases contaminantes. Fue la Agencia Espacial Europea la que publicó la comparación de los mapas de las emisiones contaminantes. Había pasado lo mismo que en China: la disminución de dióxido de nitrógeno en la atmósfera luego de las medidas de cuarentena implementadas por el país europeo.

Menos gases invernadero

¿Por qué es significativa la considerable baja de emisiones en el país asiático? Porque China, como el mayor contaminador del mundo, aporta el 30 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono al año. Este impacto, aunque sea por un periodo de tiempo corto, es importante. El Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio calcula que equivale a 200 millones de CO2, poco más de la mitad de la producción de todo un año en el Reino Unido.

Y aunque aún no existen datos concretos sobre el impacto en Estados Unidos y la Unión Europea, los expertos estiman que este año podría registrar la primera caída global de emisiones de dióxido de carbono desde la crisis financiera de 2008.

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Crédito: Nasa[/caption]

Por ejemplo, y según investigadores de la Universidad de Columbia, los niveles de tráfico en Nueva York han disminuido en un 35 por ciento comparado con 2019 y las emisiones de CO2 han caído un 50 por ciento.

¿Y Chile? A nivel nacional, el MP2.5 observado de Arica a Puerto Montt ha disminuido en un promedio de 31 por ciento en comparación con años anteriores, según el Centro de Acción Climática (CAC) de la PUCV.

En los últimos 10 años, las emisiones de gases invernadero han aumentado cada año en torno a un 1 por ciento. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 2020 debería marcar el punto de inflexión con una reducción anual del 7,6 por ciento durante la próxima década, para mantener el aumento de las temperaturas por debajo de la línea roja de 1,5ºC.

¿Alivio temporal?

¿Bajarán las emisiones de CO2 por el coronavirus o solo será una disminución temporal? ¿Servirá la movilización contra la epidemia como ejemplo sobre cómo actuar ante una emergencia a nivel mundial? ¿Cambiará finalmente la forma en que nos comportamos en relación al planeta o nos olvidaremos del cambio climático hasta nuevo aviso?

Según un informe de Bloomberg New Energy Finance, 2020 podría ser, sin embargo, el primer año en que se estanca el crecimiento imparable de la energía solar en las dos últimas décadas, con una caída del 8 por ciento sobre la previsión inicial, debido al "contagio económico" que puede dejar en el alero muchos proyectos de infraestructura. También podría suponer un frenazo a la fabricación y comercialización de coches eléctricos, frente a la previsión inicial de 540.000 unidades vendidas en la UE en el 2020.

"Conviene no sobreestimar el efecto de la epidemia sobre la caída de las emisiones", declaró el secretario general de la ONU, António Guterres, en la presentación del informe global del 2019, que pasó totalmente inadvertida ante las noticias del coronavirus. Guterres hizo una nueva llamada a la "ambición, la adaptación y la financiación". Cabe señalar que hace pocos días, la Cumbre del Clima, que estaba previsto que se celebrara en noviembre en la ciudad británica de Glasgow, conocida como COP26, también tendrá que esperar hasta 2021 debido a la pandemia.

Además, las medidas destinadas a estimular la economía post Covid-19 eventualmente podrían hacer rebotar el consumo de combustibles fósiles, y por ende las emisiones, por encima de los promedios históricos, como pasó después de la crisis financiera mundial y la recesión económica interna de 2015.

El "alivio" que significan estas bajas emisiones de CO2 probablemente será momentáneo y su causa es una mala noticia. Pero una de las consecuencias más inesperadas del Covid-19 ha sido un aire más limpio y la reducción en las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático.

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