Luego de vivir una votación particularmente distinta, no solo por los resultados, sino que también por ser las primeras en realizarse en pleno verano europeo, Antonio Caño dice estar preocupado por el “futuro oscuro” que prevé para España, detalló en entrevista con La Tercera.

Caño, periodista con más de 40 años de trayectoria y que entre 2014 y 2018 fue director de El País, uno de los principales periódicos de España, tuvo diversos desencuentros en el ámbito profesional –a través del editorial del diario, principalmente– con el actual jefe de gobierno, Pedro Sánchez. Ahora, el líder del PSOE busca formar gobierno pactando con los partidos nacionalistas e independentistas, acción que Caño no ve con buenos ojos por el “desmantelamiento y desmembramiento progresivo del Estado español” que causaría.

En una columna reciente se refirió a la tentación de Pedro Sánchez de pactar con los independentistas para formar gobierno. ¿Hasta dónde cree usted que el actual jefe de gobierno está dispuesto a negociar para mantenerse en el poder?

Bueno, es difícil decirlo con antelación. La experiencia que hemos tenido hasta ahora con Sánchez es que está dispuesto a negociar lo que sea necesario. En esta ocasión, aún no sé qué es lo que le pueden pedir los partidos con los que tiene que negociar, pero no tengo dudas de que Sánchez hará todo lo que esté en su mano para darles satisfacción y, si es posible, formar un gobierno. No olvidemos que puso en libertad a los líderes independentistas detenidos después del referéndum ilegal del año 2017 y que eliminó del Código Penal el delito de sedición por el que habían sido detenidos. Los líderes independentistas fueron indultados y el que queda en el exilio, perdón, en el exilio no, fugado de la justicia, que es (Carles) Puigdemont, pues seguramente sería también indultado si regresa a España.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo antes de un debate televisado previo a las elecciones anticipadas en Madrid, el 10 de julio de 2023. Foto: Reuters

En cuanto a las consecuencias de ese posible pacto, ¿qué futuro le depara a España si el PSOE y Sumar logran negociar con los partidos nacionalistas e independentistas?

Pues, hombre, un futuro oscuro. Yo no digo que estemos a las puertas de la independencia. No creo que ese sea el riesgo inminente. Lo que está y va a seguir produciéndose es un desmantelamiento y desmembramiento progresivo del Estado español. Un Estado que es la última garantía de la democracia española, que es el espacio protegido por nuestra Constitución y, por tanto, la garantía de la democracia para los españoles, incluidos los que viven en Cataluña y en el País Vasco, no se nos olvide. Más de la mitad de los catalanes no quiere la independencia y la cifra es similar en el País Vasco. Y esos españoles están protegidos por la Constitución como parte integrante del territorio español.

Una cosa es la formación de gobierno y otra es la aprobación de leyes y la gobernabilidad en caso de un eventual pacto. ¿Qué tan difícil será aprobar leyes con un Congreso como el actualmente elegido?

Claro, lo ha explicado muy bien. Una cosa es formar gobierno y luego otra es gobernar. Para aprobar cualquier ley en el Parlamento español se requieren 176 diputados. El gobierno parte, de entrada, con 171 en contra. Por tanto, para aprobar cualquier ley, el gobierno necesitará el apoyo de todos estos grupos independentistas de los que estábamos hablando, de Sumar, que a su vez es una coalición de más de 10 partidos, entre los que están Podemos y otros nacionalistas, nacionalistas valencianos, nacionalistas de Baleares y otros. Necesitará el apoyo de Bildu, que es el antiguo partido de ETA, el partido que apoyaba el terrorismo de ETA. Entonces, la gobernabilidad es muy improbable. Desde mi punto de vista, imposible. Por eso yo he recomendado siempre, desde que vi este resultado, que el único gobierno viable era un gobierno entre el PSOE y el PP.

Vista de un cartel con la imagen del expresidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont, en la sede de Junts per Catalunya en Barcelona, el 25 de julio de 2023. Foto: Reuters

Da la impresión, y corríjame si me equivoco, que usted ve más probable que sea el PSOE el que emerja como vencedor en una eventual negociación…

Bueno, el escenario más probable que veo ahora es que Pedro Sánchez efectivamente forme gobierno, porque el líder del PSOE acabará cediendo a las condiciones que le pongan todos estos grupos. No descarto que haya que repetir elecciones.

¿Ve futuro en la petición del PP para que el PSOE se abstenga en la segunda votación del Parlamento?

La propuesta del PP de que se abstenga el PSOE y que respete que el Partido Popular ha sido el partido más votado y el que más escaños tiene, no me parece. Porque España es un régimen parlamentario y gobierna el partido que consigue más respaldos en el Parlamento. Es verdad que siempre ha gobernado el partido con más escaños, pero no tendría por qué ser así. La solución que me parece más adecuada es un acuerdo entre el PP y el PSOE, sin pensar en quién tiene que presidir ese gobierno. A mí me da igual quién lo presida: si es Pedro Sánchez o si es Núñez Feijóo. No me importa. Quizás dos años cada uno, hay distintas fórmulas que se podrían estudiar. Pero la única vía posible para darle estabilidad política a España y evitar un período grave, de amenazas muy serias para el futuro de España, sería un pacto entre el PP y el PSOE.

Considerando que el PSOE obtuvo un número de escaños similares a los de 2019, pero que en la vereda del frente el PP creció 48 asientos y Vox cayó, ¿cree que estemos frente al regreso del bipartidismo?

Yo creo que sí, la evolución política española va en esa dirección, hacia un bipartidismo. Y las mejores pruebas son las que usted cita, que el Partido Popular sube 48 escaños a costa, entre otros, de la extrema derecha, y que el Partido Socialista también sube, aunque ligeramente, un escaño, en parte también a costa de la extrema izquierda. Si uno analiza a fondo los resultados, lo paradójico es que los españoles votaron por la moderación y el centro. Salieron premiados los partidos tradicionales de nuestro sistema político, la centroizquierda y la centroderecha, fueron castigados todos los partidos extremistas, tanto la extrema derecha como la extrema izquierda y fueron castigados los partidos independentistas. Pero, paradójicamente, los radicales se han convertido en los árbitros de la situación, y habiendo perdido muchos votos se han convertido en las piezas determinantes para decidir el futuro de España.

Pedro Sánchez posa para una selfie con sus seguidores durante un mitin de cierre de campaña antes de las elecciones generales, en Getafe, el 21 de julio de 2023. Foto: Reuters

¿Y no le parece una suerte de traición para el votante del PSOE que, pese a que votó por el centro, la llave la tenga la negociación con Junts y Carles Puigdemont?

Para el PSOE tradicional lo es, pero desde que Sánchez es líder del PSOE, han cambiado mucho las cosas. Desafortunadamente, este Partido Socialista no es el Partido Socialista de Felipe González. Sánchez ha cambiado mucho el alma de la izquierda española. Esta tiene una enorme tradición constitucionalista y de implicación en la gobernabilidad y en la aplicación del sistema, pese a que el PSOE ha respaldado siempre a la monarquía y ha estado muy comprometido siempre en la estabilidad del sistema. Pero la verdad es que con Sánchez ha cambiado el PSOE, y hoy ocurren cosas que parecían imposibles. Habrá socialistas que se revolvieron en su tumba cuando vieron desde hace ya bastante tiempo cómo el PSOE pactaba con los socios del terrorismo. Eso hubiera sido absolutamente impensable e inconcebible para los socialistas de la generación anterior.

Finalmente, y en cuanto al ecosistema político de España, ¿considera como algo positivo o negativo que durante los últimos años el espectro se haya ampliado tanto?

Se ha demostrado negativo, porque lo único que ha ocurrido es que esos partidos han debilitado la convivencia y han perjudicado la estabilidad democrática. A mí no me importa cuántos partidos hay, siempre que un país sea gobernable y que avance y prospere en beneficio de todos. Pero eso no es lo que ha pasado. Es muy importante entender que Vox y la extrema derecha en España no han aparecido de repente: son la contestación inmediata a un fenómeno que es el del independentismo en Cataluña. Lo que hace Vox es responder a dos fenómenos: al nacionalismo independentista y al radicalismo izquierdista de Podemos. Mucha gente dice aquí, yo creo que con razón, que Vox es en realidad el principal obstáculo para que el PP gane las elecciones. Y, por tanto, Vox es, indirectamente, el mejor aliado de Sánchez para mantenerse en el poder.