El lento despegue del rechazo

Falta de coordinación en los comandos de Chile Vamos, ausencia de rostros fuertes para la campaña y el Apruebo de figuras emblemáticas en la derecha han perjudicado el avance del Rechazo en las últimas semanas.


Siempre supimos que esto iba a ser cuesta arriba”, admite el diputado Luciano Cruz-Coke sobre la situación que enfrentan las campañas por el Rechazo en el próximo plebiscito del 25 de octubre.

A 50 días de la elección convocada para dirimir si se inicia el debate de una nueva Constitución que reemplace a la actual, la opción por la negativa se ha ido desdibujando. Sin voceros fuertes, con bajadas comunicacionales y eslóganes que hasta llegan a ser contradictorios entre sí, en la centroderecha hay preocupación frente al desorden que se ha visto en las campañas por el Rechazo. Y si las cosas ya estaban complejas, la sorpresiva reaparición política del exdirigente UDI Pablo Longueira llamando a votar Apruebo, “para evitar darle un triunfo a la izquierda”, amplificó el desconcierto entre los partidarios del Rechazo.

Pero los golpes empezaron antes. Uno fuerte lo dio Joaquín Lavín -el candidato presidencial de la derecha- en este diario hace dos domingos, cuando explicó sus motivos para estar por el Apruebo. Y poco tiempo antes el Rechazo había perdido comunicacionalmente a uno de sus más enérgicos voceros: al integrarse al gobierno como ministro de Relaciones Exteriores, el exsenador Andrés Allamand debió replegarse y salir de la campaña. El excandidato presidencial RN fue uno de los primeros en promover con fuerza la idea de que la derecha debía hacer todos los esfuerzos por aglutinar a su electorado en torno al Rechazo, con la idea de superar, en lo posible, el 35% de los votos en el plebiscito de entrada. Para los partidarios del Rechazo obtener un tercio del electorado los deja en buen pie para enfrentar las elecciones siguientes y podría asegurarles, incluso, por el sistema electoral, hasta el 40% de los convencionales en caso de ganar el Apruebo. Esa era la apuesta teórica, aun cuando las encuestas han dado que más del 80% de los chilenos quiere una nueva Constitución.

Recién la próxima semana se debería reconfigurar la estructura del comando por el Rechazo de Chile Vamos, que coordinan la periodista y exjefa de gabinete de Andrés Chadwick, María José Gómez, y la exdelegada presidencial para La Araucanía y por el Covid-19, Andrea Balladares. Un proceso que ha sido más lento de lo que esperaban. En el equipo que agrupa a la UDI y sectores de RN y Evópoli -estos dos últimos partidos decretaron libertad de acción, por lo que están divididos frente al plebiscito- está previsto que asuman un rol de voceros y rostros de la campaña los diputados Diego Schalper (RN), Luciano Cruz-Coke (Evópoli) y Juan Antonio Coloma (UDI).

Desde la Cancillería, Allamand ha seguido monitoreando de cerca el trabajo del comando de Chile Vamos por el Rechazo. Y aunque a diario conversa con Balladares y con el diputado RN Tomás Fuentes, entre otros miembros del comando, ha tenido que acatar la orden de prescindencia que dio Sebastián Piñera a sus ministros. La instrucción es precisa: los miembros del gabinete pueden dar a conocer su posición a favor del Apruebo o Rechazo, pero sin intervenir abiertamente en las campañas.

A la falta de voceros con alcance nacional, se suma la ausencia de las directivas partidarias del bloque oficialista en esta campaña, algo que han resentido en el comando. Pese a que tanto el actual timonel de RN, el senador Rafael Prohens, como el presidente de Evópoli, el diputado Andrés Molina, están por el Rechazo, también han tenido que mantenerse al margen para garantizar la libertad de acción decretada en sus colectividades. Incluso, la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, quien la misma noche del 15 de noviembre pasado, tras la firma del acuerdo constitucional, anticipó que votaría por el Rechazo, se ha ido alejando de la primera línea de dirección dentro del comando. Según señalan fuentes del equipo por el Rechazo en Chile Vamos, esto se fue haciendo más evidente desde mediados de agosto, cuando se supo que no podría competir por un nuevo periodo al mando de la UDI.

Esta semana, en medio del desorden que se ha generado en las huestes del Rechazo, Van Rysselberghe dejó en evidencia su desencanto. “No voy a votar por el Apruebo, puedo no votar, porque creo que es un despropósito hacer un plebiscito en estas condiciones” (por la pandemia del coronavirus), dijo la senadora en Radio Duna, desalineándose de la estrategia del comando por el Rechazo de Chile Vamos, que apunta a movilizar a la mayor cantidad de gente posible para evitar un triunfo muy holgado del sí a la Nueva Constitución.

Focus group para medir frases

La diversidad de mensajes que promueven los comandos del Rechazo es otro factor que ha complicado a Chile Vamos para cuadrarse por una estrategia integral. Esto, sobre todo por la campaña que se ha hecho desde la derecha más dura, llamando a no realizar el plebiscito. “Cada vez más gente de derecha se ha dado cuenta de que es muy contraintuitivo negarse a un proceso democrático que tiene un plebiscito de salida. La ciudadanía no se ha comprado esa campaña del terror”, señala un parlamentario de Evópoli.

En el comando por el Rechazo de Chile Vamos han hecho hasta ahora seis focus group, mediante reuniones virtuales por Zoom, con personas que votaron por Piñera en la última presidencial, para medir frases y conceptos. También han contratado estudios de opinión, entre ellos a la empresa Criteria, para evaluar los eslóganes de campaña. Así han ido calibrando algunas ideas fuerza. Por ejemplo, la incertidumbre frente a un proceso con una hoja en blanco ha sido uno de los motivos que calan hondo entre los adultos mayores, segmento donde se concentra gran parte del voto Rechazo. En lo jóvenes, admiten, “pega” más la crítica a los políticos o la idea de que haya “dos Congresos” simultáneamente. Estos estudios les han mostrado también los errores cometidos: la frase “Rechazar para cambiar” fue mal evaluada en los distintos focus group y derivó en la actual “Para cambiar Chile, yo voto Rechazo”.

Desde el Partido Republicano -cuyo líder es José Antonio Kast- están optimistas. Según su secretario general, Antonio Barchiesi, la opción del Rechazo va a ganar. Y una forma de tomar el pulso, advierte, es que tras las declaraciones de Pablo Longueira, “hay muchos militantes UDI que nos han llamado para cambiarse al Partido Republicano”.

Para ellos, la opción por el Rechazo se ha vuelto una alternativa cada vez más ciudadana, alejada de la clase política. Por eso, su estrategia ha sido realizar la campaña desde el Movimiento Acción Republicana, y desde el partido solo coordinar la búsqueda de apoderados y encargarse de la franja televisiva. Sin embargo, reconocen que es momento de juntar fuerzas para que el triunfo sea real. “Hemos visto que tenemos que estar unidos por el Rechazo, de aquí a octubre dejar de lado las diferencias y ser capaces de trabajar coordinados”, añade Barchiesi.

Sin casa, sin plata

Al Rechazo también se han sumado independientes, como Gonzalo de la Carrera y Gerardo Jofré. Ellos, junto a otros seis empresarios conformaron el Comando Independiente Yo Voto Rechazo. “Será una batalla épica”, decían en diciembre, cuando inauguraron la casa del “No” a una nueva Constitución, ubicada en Vitacura. La idea, en ese entonces, era que a partir del 1 de enero estarían trabajando en ese lugar, reclutando adherentes a la causa, utilizando las bases de datos de los apoderados de Piñera en la segunda vuelta del 2017, que en total sumaban 65 mil.

Hoy, si bien representan uno de los principales comandos por el Rechazo, la casa que arrendaban se cerró a mediados de marzo a causa del Covid, y la devolvieron de manera oficial ahora en agosto. “Con la pandemia ya no tenía mucho sentido tenerla. Si hubiéramos podido juntarnos ahí habría valido la pena. Nosotros reenfocamos la campaña totalmente metiéndonos en el teletrabajo”, dice Gerardo Jofré. Hasta ahora, cuentan que mediante la realización de charlas virtuales y convocatorias a través de redes sociales han logrado reunir más de 37 mil adherentes al comando, quienes serían apoderados en el plebiscito defendiendo los votos del Rechazo.

Sin embargo, reconocen que la recaudación de fondos ha sido compleja, sobre todo porque la nueva ley de financiamiento electoral, explican, beneficia más a los partidos que a los independientes. “Hicimos una lista de los 100 empresarios más ricos del país, y todos dijeron que no, ninguno se cuadró”, comenta Gonzalo de la Carrera, quien añade que hasta ahora han recibido en su página web contribuciones muy marginales. “Los empresarios no quieren meterse, no quieren aparecer. Lo que tendremos ahora será una campaña muy distinta, donde va a haber una gran cantidad de gente que va a dar poca plata”, agrega Jofré.

Con todo, ambos dicen estar esperanzados. Aseguran que entre las encuestas que ellos mismos han realizado con una empresa argentina que contrataron, la opción por el Rechazo ha aumentado de un 32% a un 40%.

A diferencia del grupo de independientes por el Rechazo, hasta ahora, el comando de Chile Vamos no ha tenido problemas para levantar fondos. Al menos 300 millones de pesos recaudó sólo el sector de RN que está por el No. Incluso, cada parlamentario de RN que está por esa opción debió donar cinco millones de pesos para financiar la franja televisiva, los avisos radiales que ya se están escuchando en 153 estaciones a lo largo del país y para el trabajo territorial. Desde la UDI y Evópoli no han dado a conocer las cifras que aportaron a la campaña.

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