Joaquín Niemann, Marca Registrada

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El mejor golfista chileno de la historia ya es una industria. Partió sin mayores luces, lo encontró el coach preciso, no jugó por ninguna universidad y hoy una empresa que debió pujar para representarlo debe administrar los mayores premios de la historia del deporte nacional. Y buscar más.


Invitado por el club de sus amores, Joaquín Niemann posa feliz con la camiseta de Universidad Católica. La casaquilla es de una marca distinta a la que tiene un auspicio millonario con el golfista, pero Joaco no se aproblema: "Eso es solo cuando estoy en una cancha de golf", explica. Y sorprende, pues aunque es nuevo en temas comerciales, es capaz de hacer tratos justos donde él es quien tiene el mando. Más tarde, se le ve en Instagram explicando cómo hacer un buen desayuno con paltas o junto a un auto que le entregan para que maneje, pero que no publicita en su ropa.

Hoy es una industria en sí. No por nada recibió el mayor cheque en la historia del deporte chileno por un evento y suma cuatro millones de dólares en ganancias en 17 meses como profesional. Y todo comenzó de manera muy sencilla.

El primero en ver el diamante en bruto fue Eduardo Miquel, quien hasta hoy es su entrenador. El coach recuerda que cuando niño Joaco era uno más, no se destacaba mayormente, pero hubo una conversación que lo cambió todo. "No era deslumbrante, recuerdo que cuando comenzamos era muy bajo, le costaba, porque pegaba distancias cortas para su edad, uno no decía 'esta semana gana fácil', como pasaba a los 17 años", asegura.

"Recuerdo como si fuera ayer que me decía, cuando era prejuvenil, que no podía jugar afuera de Chile como acá. Ahí comenzamos a trabajar esas cosas y cuando pudo manejarse y disfrutar bajo presión, me di cuenta de que tenía algo especial: siendo una debilidad pasó a fortaleza", rememora Miquel, quien lo entrena desde los 13 años.

Y siempre con total independencia, otra clave del éxito en el desarrollo del deportista, según el propio entrenador: "Hay papás que se meten mucho en el juego de los niños. Jorge es golfista y Pamela, hockista, y han sido súper cuidadosos en ese aspecto".

Donde sí han estado presentes los padres es en el paso de Joaco de amateur a profesional. Con la confianza ganada para jugar en el extranjero, Niemann se impuso en varios campeonatos, lo que finalmente le dio el primer puesto mundial en el ranking de aficionados, en mayo de 2017. Vino entonces la ilusión del golf estadounidense. No el PGA Tour, sino el de las universidades, que es el camino más lógico y que ha hecho el 90 por ciento de los jugadores de los circuitos grandes. Hubo varias conversaciones hasta que la Universidad de South Florida le ofreció una beca completa.

Pero la partida de Niemann al golf aficionado de Norteamérica nunca fue un hecho cerrado. La opción de convertirse en profesional antes, para aprovechar la carta de presentación que significaba ser el mejor aficionado del mundo, siempre rondaba.

El punto final a esa idea llegó cuando Niemann no pudo pasar el examen de suficiencia en inglés que piden las universidades. "Le faltaron dos puntos. Él habla bien, pero otra cosa es la gramática, el test de lectura. El examen no es fácil y hay universidades más flexibles que otras", recuerda Jorge, su padre.

Esperar un año para volver a hacer el intento no era opción. Encima, Niemann estaba incursionando en torneos para profesionales, tenía gastos millonarios, pero como era aficionado no podía optar a los premios. Así estuvo en el Greenbrier de 2017 y en la clasificatoria y el US Open de ese mismo año, con los consiguientes costos de esos tres viajes, que no fueron los únicos. Las finanzas ya no estaban dando y ser profesional era la mejor opción. Fue casi un acuerdo tácito. Después del Masters de 2018, al que clasificó ganando el LAAC en enero de ese año en Santiago, se haría profesional.

Así, Joaco debía asumir otro riesgo: no pasar por la universidad. Jugar la NCAA es valorado por casi todo el mundo del golf como una experiencia que no debe dejarse pasar. Le pasó exactamente lo mismo a Nicole Perrot en 2002, y tal como Niemann, cerró la osadía con un título en el LPGA en 2005, el único en Estados Unidos antes del Greenbrier que ganó Niemann la semana pasada.

La viñamarina opina: "Siempre es recomendable seguir el camino, sobre todo para nosotros que vamos de Chile, de ir a la universidad un par de años, por un tema de experiencia, de roce, de conocer las canchas, pero la verdad es que hay que evaluar caso a caso, sobre todo cuando ya se llega a un nivel muy consolidado a nivel amateur. No hay una ciencia exacta".

En manos seguras

Con la mira decididamente puesta en el PGA Tour, lo que Joaquín Niemann en abril de 2018 necesitaba era alguien que le consiguiera invitaciones a siete campeonatos del circuito, para poder ser considerado en los rankings. Lo demás iba a depender de él. Joaco necesitaba un representante.

Hasta el teléfono de su padre llegaron solo dos ofertas, de la empresa Wasserman Media Group y de Impact Point. La primera está entre las cinco más grandes del mundo en representación de deportistas de múltiples disciplinas; la segunda, una pequeña formada hacía solo cuatro años y que tenía como único gran nombre a Sergio García.

Impact Point fue la elegida. Uno de sus dueños, el español Carlos Rodríguez, sabía de los logros de Niemann como aficionado y lo había visto jugar en 2016 en el Sergio and Angela Garcia Fundation, un torneo aficionado en Estados Unidos que ganó ese año y el siguiente.

La empresa nació en 2013 tras una larga relación de García con Rodríguez, quien fue asistente del golfista desde el inicio de su carrera. Cuando el deportista se fue a la gigante IMG mantuvo, de su bolsillo, a su compatriota como mano derecha. Pero en 2013 le pidió que fuera su representante. Así, y asociado con el alemán Irek Myskow crearon Impact Point, que hoy representa a García, Louis Oosthuizen y Paul Casey, entre otros.

¿Por qué Niemann? "Todo el mundo veía en él un grandísimo jugador. Ya antes de ser uno del mundo había conseguido muchísimos torneos como juvenil en Estados Unidos, Sudamérica y Europa. Tiene una cabeza increíble y un juego muy bueno Aparte de eso, es una excelente persona, tiene un equipo y una familia muy buena, todo ayuda", resume Rodríguez.

¿Por qué Impact Point? "Porque para la empresa de Carlos, Joaco iba a ser mucho más importante, iba a tener mucho más que con Wasserman, que tenía siete u ocho golfistas de primera línea. Más personalizado", explica Jorge Niemann.

Sabiendo que la oferta tenía que incluir las invitaciones, el tema de dinero no fue tan fuerte al momento de negociar, asegura el padre del golfista. "Impact Point se queda un porcentaje de la plata de los sponsors que consigue, nada de los premios por torneo. Wasserman cobraba por todo, más un valor por firmar que era un monto muy grande. Pero no lo elegimos porque uno quedaba amarrado por 20 años, en cambio, con Carlos el contrato es por tres", detalla Niemann padre. Otras empresas grandes, como IMG, cobran un porcentaje de las ganancias y a los más jóvenes pueden llegar a exigirles un 25 por ciento de los premios.

Éxito absoluto tuvo Impact Point en conseguir esas invitaciones en 2018 y con sus buenos resultados el chileno pudo acceder al PGA Tour 2019. Ahora, la empresa se dedica a acompañarlo, trabajar con los medios, buscarle oportunidades y nuevos auspicios y encargarse de todo, desde los pagos al preparador físico y al caddie, hasta los hoteles y vuelos. "Son miles de cosas de las que el golfista no puede estar preocupado. Él tiene que estar tranquilo al momento de ponerse en el tee de salida", dice Rodríguez.

El ideal sería que el éxito económico de la llegada del talagantino al PGA Tour incida en Chile de alguna manera. Él lo intenta, programando siempre torneos locales a fines de cada año, pues busca devolver el apoyo que tuvo de la Federación Chilena. Pero se espera más también. Benjamín Alvarado, el otro jugador que, en 2014, pudo llegar al PGA Tour, lo cuenta: "En el país está complicado todo con los auspicios, para torneos y jugadores. Ojalá que cambie con Joaquín, que eso también ayude a los demás, que la gente sepa que también hay más jugadores que Joaquín".

Sobre el tema de los auspiciadores, no se ve que necesariamente entren nuevos. Habla Carlos Rodríguez: "Aunque tiene ya varios sponsors fuertes, como Adidas, las paltas chilenas, Rolex o Ping, podemos ser más selectivos, que no pierda su esencia y buscar marcas que lo representen a él".

Será labor del español, quien con 20 años en el rubro, dice que no todo son números: "Uno acá puede ver jugadores crecer, conseguir sus sueños. Uno se alegra con sus triunfos y da pena verlos sufrir. Más que clientes, pasan a ser amigos".

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