La orfandad socialista

Fachada de la sede nacional del Partido Socialista de Chile.

La desazón cunde en las filas socialistas ante la falta de elenco dispuesto a dar la pelea presidencial y la ausencia de liderazgos que marquen en las encuestas. Dos nombres han surgido esta semana, los de Álvaro Elizalde y Paula Narváez, en un intento por no quedar fuera de juego.


Álvaro Elizalde tenía la cabeza en otro lado. Mientras un grupo de parlamentarios socialistas, urgidos por la falta de liderazgos dispuestos a asumir un desafío presidencial iniciaba una ofensiva para convencerlo de que levante una precandidatura, el desvelo del senador por el Maule estaba en la salud de su esposa.

El viernes 18 de diciembre pasado, en la noche, Elizalde debió llevar de urgencia a la clínica as u esposa, Patricia Roa. Un dolor abdominal agudo, al que ella no le había dado importancia, terminó por hacerse insostenible. La inflamación del apéndice derivó en una peritonitis aguda, por lo que arriesgaba una septicemia que podría ser fatal. Más de dos horas se prolongó la cirugía y más de cinco días la hospitalización.

La inesperada situación médica de su esposa permitió a Elizalde zafar momentáneamente de apresurar una definición que a todas luces le incomoda.

Hace tres semanas, 14 de los 17 diputados y tres de los siete senadores del Partido Socialista iniciaron el asedio sobre el timonel del partido para que se decida a dar el paso.

Las gestiones en favor de Elizalde no son las únicas . En los últimos días, un grupo de militantes mujeres han apresurado sus esfuerzos por concitar apoyos en torno al nombre de la psicóloga y exministra de Bachelet Paula Narváez. A fines de esta semana comenzó a circular una carta que ya ha concitado adhesiones. La diputada Maya Fernández y los senadores Carlos Montes y Alfonso de Urresti ya han dado señales de respaldar esta idea.

Narváez se desempeña actualmente como asesora de ONU Mujeres para Latinoamérica, cargo que tendría que abandonar. A quienes le han preguntado, ella ha respondido que estaría interesada en asumir un rol de primera línea dentro del PS.

Y es que al interior del PS cunde la desazón. A sólo cinco meses de que la colectividad más grande del bloque Convergencia Progresista, que integran además el PPD y el PR, vaya a primarias para elegir al abanderado del sector, simplemente no han logrado encontrar una figura que los represente.

Para los socialistas es una situación inédita. En sus 87 años de historia, el PS siempre contó con liderazgos nacionales con el peso para disputar una carrera presidencial, aunque no tuvieran chances de ganarlas. Hoy, la situación es completamente distinta. Hoy cunde la desesperación, admite uno de los disputados de la bancada PS que esta semana suscribió la carta que comenzó a circular para convencer a Elizalde.

Lo que está en juego, añaden dirigentes de la colectividad, es si el PS será sólo observador o intentará ser un protagonista de la contienda que se avecina.

Al interior de la centenaria casona de calle París 873, donde funciona la sede nacional del PS, se resisten a dejar de ser el partido más gravitante dentro del mundo “socialista democrático”, término que acuñaron recientemente para eludir el concepto de socialdemocracia que a algunos aún les genera cierta comezón, por considerarla conservadora. Lo que está en el trasfondo de esta urgencia es el temor a que, por la falta de elenco propio, terminen finalmente supeditados a ser el vagón de cola de la DC o del PC, dos alternativas que preferirían soslayar.

El único dispuesto a dar la pelea es el senador por Arica y Parinacota José Miguel Insulza, pero su nombre, lejos de generar consenso, provoca resistencia en las filas socialistas.

Hasta hace dos meses, Insulza se molestaba, incluso, porque la mesa no les daba el vamos a sus aspiraciones y se empecinara en buscar una alternativa cuando él insistía en ir. Pero desde entonces ha bajado la intensidad.

Parlamentarios socialistas ya iniciaron el asedio para convencer al timonel del PS, Álvaro Elizalde, que asuma el desafío de ser el abanderado del partido. Pero no es la única opción. Un grupo transversal de militantes mujeres, apoyadas por algunos senadores y diputadas, están levantando la candidatura de Paula Narvaéz.

¿Quién quiere ser?

En el PS no se resignan a no tener un candidato presidencial del partido. Pero dejó de ser prioridad.

En el último comité central, realizado a comienzos de diciembre, la búsqueda de un abanderado socialista ni siquiera fue tema de discusión dentro del principal órgano resolutivo.

Algo que, en cierta medida, ha ayudado al reordenamiento interno de una colectividad que venía muy fracturada de su última elección interna. A diferencia del año 2019, cuando disidentes y oficialismo se enfrentaron en duros términos y finalmente varios terminaron por irse del PS, entre ellos el exministro Germán Correa, el diputado Marcelo Díaz, el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, y el abogado constitucionalista Fernando Atria, esta vez las tendencias internas han optado por firmar la paz y tratar de salir juntas del atolladero en que se encuentra un partido que, desde la presidencia de Isabel Allende, ha perdido influencia y ha dejado de ser el eje articulador de la centroizquierda.

Sin la tensión presidencial de por medio, el partido conformó una equipo de búsqueda de candidatos para las municipales y de convencionales, los dos temas que hn estado en el centro de las preocupaciones.

Pese a ello, la mesa directiva hasta hace muy poco mantenía la presión sobre el senador Carlos Montes para que asumiera el desafío. Fueron muchas, aseguran, las conversaciones que tuvieron con Montes para tratar de convencerlo. Gestiones a las que se sumaron otros senadores y dirigentes socialistas por igual. Pero Montes fue inflexible. -Es la hora de un candidato joven, que sintonice con las demandas y el sentir de la ciudadanía, les decía Montes a quienes le pedían.

No fue el único que manifestó su negativa. La senadora Isabel Allende y la diputada Maya Fernández también fueron sondeadas en varias ocasiones por la mesa directiva del PS sin éxito. Es más, la última vez que hablaron con la senadora por Valparaíso e hija del expresidente Salvador Allende fue hace dos meses. “Su negativa fue tan categórica, que ya no volvimos a preguntarle. Ella simplemente se enojaba que le tocaran el tema”, señala un miembro de la mesa socialista.

En medio de la desesperación, se abrió espacio a aventuras.

En noviembre, un grupo de siete intelectuales y académicos, cuatro de ellos ligados al PS, y en los que destaca el exministro y exembajador Luis Maira, fueron a conversar con el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, un nombre que les parecía interesante. Había sido militante socialista en su juventud, pero su figura podía trascender al mundo independiente de centroizquierda.

No se trataba de una iniciativa de la mesa del partido, pero Maira le advirtió a Elizalde que explorarían esa posibilidad.

“La conversación con Vivaldi duró apenas 10 minutos”, comentan algunos de los que estuvieron involucrados. El rector agradeció el interés, pero no estuvo disponible.

El mismo grupo habló con la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches. Pero la conversación fue aún más corta. Ella, de plano, cerró la puerta a una carrera presidencial en el corto plazo.

La idea de encontrar a un independiente, que tenga una ligazón con el PS y sus principios, sin embargo, aún no se desecha del todo. La directiva que encabeza Elizalde mantiene la esperanza de conseguir a alguien que calce con ese perfil antes del 3 de enero. Dos nombres que mantienen en estricta reserva siguen siendo sondeados, aseguran, sin mucha convicción desde la dirigencia socialista.

Es en ese estado de orfandad que el lunes 21 los diputados socialistas optaron por pedirle a Elizalde que asuma el desafío.

Pero las cosas no salieron como habían previsto. La carta que estaban armando no sería divulgada sino hasta el día previó al comité central del 3 de enero, cuando el partido tiene que tomar una decisión, dando tiempo para seguir apremiando al timonel que se atreviera a ir. Pero cuando llevaban apenas seis firmas, el diputado Jaime Naranjo, por error, envió la misiva al chat de asesores y de dirigentes del PS, antes de que suscribieran el resto de los parlamentarios, restando fuerza a la iniciativa.

En la bancada parlamentaria admiten que se apresuraron, pero aseguran que los tiempos se han acortado demasiado tras el inicio de la carrera presidencial en la derecha.

En el resto de las fuerzas de oposición también han tomado ventaja. El PPD ya fijó sus primarias internas para fines de enero, cuando definan al abanderado del partido entre Heraldo Muñoz, Francisco Vidal y el exdiputado Jorge Tarud. Y esta semana, el Partido Radical ya proclamó a su timonel, Carlos Maldonado, como la carta radical.

En el PS, sin embargo, sólo la figura del excanciller y actual presidente del PPD concita algún grado de afecto. Vidal, por el contrario, es visto en las filas socialistas como una figura “sin densidad política” y sus continuas apariciones en matinales de televisión y programas radiales junto al alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, le han restado legitimidad.

Una nueva plataforma

La orfandad presidencial, sin embargo, abrió un escenario inesperado.

Hace dos meses, en reserva, un grupo de dirigentes socialistas y del PPD, mandatados por las directivas de los dos partidos, se han estado reuniendo con miras a crear una nueva plataforma electoral y política que agrupe a todo el mundo socialdemócrata y que permita, en igualdad de condiciones, militar a los independientes sin necesidad de integrar una de las colectividades.

La idea en el PS la había presentado hace dos años la actual mesa del partido, pero la disidencia a Elizalde la había rechazado de plano.

Esta vez, el apoyo a la iniciativa surgió de los exdisidentes, entre ellos el diputado Marcelo Schilling y Osvaldo Andrade, y fue respaldada de manera unánime en el último comité central del PS.

En las conversaciones, que agarraron vuelo tras la decisión del Frente Amplio de conformar un polo de izquierda junto al PC y el resto de las fuerzas de Chile Digno, han participado por el PPD Heraldo Muñoz, Guido Girardi, Víctor Barrueto, Jaime Quintana y Sebastián Vergara; mientas que por el PS han asistido Elizalde, Andrés Santander, Marcelo Schilling y los senadores Rabindanath Quinteros y José Miguel Insulza, entre otros.

El grupo ya está elaborando un manifiesto que raye la cancha de lo que sería esta nueva plataforma política. Lo que está descartado, por ahora, es la fusión de los partidos.

Las conversaciones ya se ampliaron al PRO, el PR, el Partido Liberal y a los dirigentes de RD que se fueron del FA tras la decisión de pactar con el PC.

Un primer paso en este esfuerzo de confluir en una orgánica mayor ya rindió el primer fruto, luego de que estas colectividades suscribieran el acuerdo de enfrentar juntos los desafíos electorales del 2021.

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