Mi Acróstico: Cristóbal Bellolio

Analista Político y académico UAI.


Como de todo. No soy mañoso. Mi mamá era de las que decía "no le va a gustar". Las madres hacen eso para proteger, pero también para validar sus propias mañas. Así es que mi cultura culinaria no viene de la casa. La desarrollé afuera, metiéndome todo a la boca.

Rara vez pierdo el control. Soy un tipo pacífico. Me he agarrado a combos dos veces en mi vida, en plena adolescencia, en esas peleas grupales atizadas por el alcohol y la testosterona. De ahí en adelante, nunca más. No sé si soy un pacifista, pero la violencia física me parece la abdicación de la razón.

Iría a Londres todos los años. A ver cómo está. A pasear por mis antiguos barrios. A ver amigos. A sentir nostalgia. Algo de mí se quedó allá. Fui muy feliz. Quizás nunca había sido tan feliz. No es que sea infeliz en Santiago. Pero no es lo mismo. No tiene por dónde ser lo mismo.

Soy un pésimo dirigente político. Todos los proyectos en los cuales he participado, han fracasado total o parcialmente. No digo que hubieran sido un éxito si yo hubiese sido un mejor dirigente. Pero a veces pienso que mi compromiso siempre tibio y desde la vereda intelectual algo tuvieron que ver. Me gustaría tener más convicción y menos dudas.

Tuve un pasado UDI. Fui miembro de la comisión política de la juventud, allá por 1996. Me seguí sintiendo parte de ese mundo hasta que entré a la universidad. De ahí en adelante se hizo insostenible. Mi hedonismo materialista -que sólo después articulé como liberalismo- era incompatible con un mundo tan cartucho.

Odio las bocinas. Los autos deberían tener un sistema que replicara el sonido al interior para que los conductores pensaran dos veces antes de pegarle un bocinazo al tipo que se demoró dos segundos en avanzar o sencillamente para avisarle al mundo que va pasando, por si las moscas. Las bocinas son el enemigo de la civilización.

Bailo con mi guagua casi todas las noches. Coltrane, Chet Baker, Leonard Cohen, Tim Maia, lo que sea. Las madres tienen varias maneras de producir vínculo con la cría. Yo tengo esta. Puede estar cayéndose el mundo allá afuera, pero se recuesta contra mi barba y cae en estado de sopor.

Ahora soy conductor de radio. Siempre había sido panelista. La pega es distinta. Hasta tengo que leer menciones de productos que nunca he probado. Me complica un poco eso. Algún día espero tener mi propio programa, para hablar de lo que yo quiero con los invitados que yo quiera. Algún día.

Leo mucha no-ficción, para estar al día de los debates políticos y filosóficos más candentes. Me gustaría leer más ficción. Pero apenas pude meter una novela a mi maleta de vacaciones. No sé cuando voy a poder remediar esta deuda histórica que tengo conmigo mismo.

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