De la ansiedad al asombro: así viví el estreno de Avengers en Chile

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La cosplayer y panelista de TV, Lorena Miki.

La periodista Lorena Miki, cosplayer, parte del programa 'Mouse' de La Tercera y del programa 'Abrazo de gol' de CDF, y devota absoluta del mundo Avengers, fue ayer a la avant premiere de la superproducción más esperada del año, donde se movió como una fanática entre disfraces, nervios, locura, looks imposibles y un fenómeno único en la reciente cultura popular.


Por fin llegó el martes. Ya no habrá más miedo de los spoilers, pero sí emerge otro mucho más profundo. Ahora late el miedo de conocer el desenlace: Avengers ENDgame es un nombre que te asusta, pero que también te estimula a conocer qué demonios ocurrirá con todos esos héroes que por años te han sacudido.

Son las once de la mañana y ya estoy preparando mi outfit. ¿Debería ir con una polera del Cap, con un vestido de capitana Marvel o con el traje de Peggy? De seguro muchos no lo entienden ni lo entenderán, pero todo lo que acompaña este día tiene que ser perfecto, detallado, nada puede arrojarse por el azar, nada puede ser descuidado.

Y por eso mismo, las horas pasan más lentas, ya quiero que llegue el minuto de la deseada avant premier en La Reina; incluso tenía una importante cena en el CDF, donde trabajo, pero no, las prioridades son prioridades, todo puede quedar relegado y el chasquido de Thanos es lo que realmente me preocupa. Lo que me tiene con el alma en un hilo.

Hay tantas teorías, rumores, versiones, contratos que se vencen, personajes que van y vienen, que no sé qué ocurrirá con mi predilecto, Chris Evans, porque "siempre team cap, nunca inteam cap". Y aunque exista todo eso, sumado a los cómics, sabemos que el MCU (Universo Cinematográfico de Marvel) tomó su propio camino, por lo que es casi imposible aventurarme en lo que pasará. Todo gira en torno a aquello, es el eje, mis compañeros de trabajo están mareados con mis nervios, más aún sabiendo que hoy veremos el último cameo del recién fallecido Stan Lee, el creador, mentor y cerebro de todo lo que aquí escribo.

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Lorena Miki en la avant premiere de Avengers: Endgame.[/caption]

Siete de la tarde. Termina la jornada laboral y comienza la carrera heroica para llegar al cine, tomo mi mochila en forma de escudo de Capitán América, abordo el metro, y mientras más te acercas al lugar, más poleras alusivas aparecen, más gente que va a peregrinar al mismo lugar, más personas bajo la misma comunión, más miradas cómplices entre quienes sabemos que vamos a un momento único. Es como una burbuja: estamos nosotros y todo el mundo de allá afuera. En rigor, a través del planeta son millones los que están en la misma química al borde del estallido, con una ansiedad casi insostenible.

El cine sabe todo eso y te recibe como corresponde, con luces gigantes que rasguñan el cielo. Más abajo, en la Tierra, también hay otras luces: la de los cosplayers que arriban al lugar, habituales en estas ocasiones, la geografía esencial de un hito como Avengers. ¿Qué serían estas instancias sin ellos? Impecables interpretan cada personaje y posan para miles de fotos haciendo que la espera sea menos tensa.

https://www.youtube.com/watch?v=PyakRSni-c0

Llega el momento de la citación definitiva, 20.30 horas, pero la fila no avanza. A estas alturas las disyuntivas son otras, igual de rotundas: no sabes si ir a comprar otro completo para hacer más liviana la espera o quedarte con cara de tranquilidad haciendo como que nada pasa, preocupada por tu puesto en la fila; con tanta gente delante de seguro será difícil conseguir un buen asiento.

No dejo de mover los pies, mientras converso con mi amiga que me acompaña, con quien por más que intento extender una charla de nuestras vidas, no soy capaz de hilar frases que no sean: "estoy nerviosa" "¿alcanzaré a ir al baño?" "debimos comprar completos, nos dará hambre".

Pasadas las 20.45 la fila comienza a avanzar, peldaño a peldaño, suspiro tras suspiro, no puedo dejar de pensar que es el fin de una era, una era que me ha acompañado en lo más profundo de mi vida, donde está mi héroe favorito.

Capitán América siempre ha sido el mejor, el más significativo, el reflejo de todo, supongo que coincidimos en no decir malas palabras y poner todo el corazón. Aunque las fuerzas no existan, siempre he creído que Stan Lee creó un personaje excepcional y que será muy difícil de superar.

Al fin, cuando logramos estar sentadas en la sala con un puesto relativamente bueno, debo decir que la espera se sigue perpetuando. Todo esto que empezó en la mañana parece ser infinito y no tener nunca un epílogo. Y no solo en mi cabeza, ya que el reloj avanza y avanza y ya no hay nervios que resistan.

Todos conversamos nerviosos, hasta que al fin llega el momento, alguien toma el micrófono, hace un sorteo de unas figuras y da el vamos al fin del juego.

Se prende la pantalla, la sala aplaude eufórica, es ahí cuando te das cuenta que en este momento todos –quienes íbamos en el metro, quienes estábamos en la fila, quienes dudábamos si comprar o no un completo- somos uno, como si nos uniera ese recuerdo de las otras veces que estuviste en el cine viendo estas películas y lo mucho que hemos cambiado, tal como tus héroes favoritos. Aunque la ansiedad sigue siendo casi la misma.

Ya más calmada, puedo decir que esta película tiene una sobrecarga emocional impactante, desde la escena uno nos logra poner los pelos de punta, como si cada minuto pueda ser el último de nuestro personaje favorito. Vemos escenas que jamás pensamos que veríamos, incluso nos damos cuenta de que, por más que algunos del público aseguraran no tener corazón, sin duda no sólo lo tenían, sino que también era gigante.

Estar sentada en esa avant premier fue compartir tres horas de "oooooohhh", "waaaaa", "nooooo", "aaawww" y de tomarse la cabeza una y otra vez. El juego final, Avengers Endgame es casi perfecta, tiene lo que todo fan de Marvel esperaría, como un rompecabezas donde cada pieza no sólo timbra una genialidad cinematográfica, sino que también un trozo de tu propia vida.

Yo solo puedo decir que dudo que exista otra película mejor este año, el fan service es increíble, la Lorena de 7 años jamás siquiera soñó con ver en pantalla grande lo que aquí se despliega. Se nos fue Stan Lee, pero sin duda este fue el mejor broche de oro que pudo dejarnos. Mi corazón está lleno de amor y ahora todos los ñoños tenemos un gran escudo de vibranio que exhibe lo orgullosos que estamos de amar este instante irrepetible.

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