De Paloma San Basilio a Diego El Cigala: cómo se armó la banda sonora de Tengo miedo torero

Diego "el Cigala" junto a Pedro Lemebel. Foto: Gentileza Morgana Rodríguez.

Rancheras, clásicos AM y cante flamenco son parte de la adaptación cinematográfica de la novela de Pedro Lemebel, que revolucionó las redes chilenas con su estreno online. Ahora el plan es publicar en formato físico la banda sonora del filme, una especie de imaginario sonoro del propio autor, que cuenta con la música incidental de Pedro Aznar y la participación de figuras como Manuel García y Eva Ayllón.


En febrero de 2014, una vez finalizada su presentación en la explanada de la Estación Mapocho para cerrar el espectáculo “Santiago, ciudad de encuentro”, organizado por la Municipalidad de Santiago, Diego el Cigala conoció a Pedro Lemebel. El escritor chileno, que por ese entonces ya cargaba con las secuelas de un cáncer de laringe y había perdido parte de su voz, se acercó hasta el cantaor flamenco para expresarle su admiración. Testigos de ese encuentro recuerdan que la química fue inmediata, que luego ambos fueron juntos a comer y que la velada concluyó con el madrileño y el autor nacional compartiendo un queque “de esos que dan risa”.

A seis años de ese encuentro y a cinco de la muerte del novelista y cronista chileno, El Cigala vuelve a aparecer en el mundo de Lemebel. Esta vez, prestando su voz para una poderosa versión de Tengo miedo torero, el pasodoble español popularizado por Sara Montiel y Lola Flores, que dio el título a la célebre novela del autor santiaguino (publicada en 2001) y a su adaptación cinematográfica, estrenada este fin de semana por streaming con gran éxito entre el público chileno.

El cantaor español es uno de los diversos invitados estelares que ostenta la banda sonora de la película dirigida por Rodrigo Sepúlveda, que vendió más de 55 mil entradas entre el sábado y el domingo, en su pre-estreno virtual para Chile. Un fenómeno instantáneo que instaló a la cinta entre los principales temas de conversación del pasado fin de semana, con especiales elogios a la actuación de Alfredo Castro -en su rol de la “Loca del Frente”-, la recreación de la turbulenta historia de amor de un travesti y un frentista en el Santiago de los 80, y también la música que acompaña el metraje, en la que también participaron el argentino Pedro Aznar, el chileno Manuel García y la peruana Eva Ayllón.

“Según nuestros cálculos es como si hubiésemos llenado cuatro Estadios Nacionales, porque se vendieron mas de 55 mil entradas y si calculas que lo ven entre 3 y 4 personas por hogar, además de mucha gente que reprodujo la transmisión por sus cámaras, fue realmente un fenómeno”, comenta Alfredo Troncoso, productor de la avant premiere telemática del filme y también productor musical del largometraje.

Su llegada al proyecto se comenzó a gestar hace cinco años, cuando coincidió en un festival de cine del sur con Jorge López, uno de los productores responsables de llevar a la pantalla grande la popular novela de Lemebel. Tras realiza otros trabajos en conjunto, Troncoso se transformó en el puente entre el equipo nacional a cargo de la película y los diversos artistas internacionales que trabajaron en su música original.

Fue él, de hecho, quien sumó al proyecto a Pedro Aznar, quien terminó creando la música incidental del filme y cediendo para el metraje su canción Si no hablamos, una pieza que creó juntó a Manuel García para su disco en conjunto, que marca el final de Tengo miedo torero.

“En el equipo se entusiasmaron mucho con la idea de contar con Pedro Aznar, porque tenían la imagen de Hombre mirando al sudeste (la emblemática cinta argentina de 1986 donde el ex Serú Girán hizo la música). Al final se logró, y como justo coincidió con el periodo en que estaba grabando el disco Abrazo de hermanos con Manuel García, apareció esta canción, Si no hablamos, que a Rodrigo Sepúlveda le pareció perfecta para a cerrar la película”, relata Troncoso.

Aznar también debió involucrarse a fondo en el proyecto, conversando con el director y repasando la bibliografía de Lemebel. “Es un un personaje único en la cultura chilena, un pionero en muchos sentidos y un hombre de un extraordinario coraje”, comentó el músico argentino a La Tercera la semana pasada. “Colaborar en una película de él me pareció una idea hermosa. Además, me gustó mucho el libro. El guión y la adaptación también están muy bien hechos”, remata.

En paralelo, la película utiliza dos versiones de la canción Tengo miedo torero: la que registró décadas atrás la fallecida cantante española Lola Flores y la que grabaron juntos Diego El Cigala y Eva Ayllón. Ésta última, mezclando algo de flamenco y de vals peruano. El cover primero fue grabado por Ayllón junto a sus músicos en Perú. Luego, Troncoso se las arregló para sumar la voz de El Cigala durante la última visita a Chile de éste."Me costó 3 pisco sour catedral convencerlo y nos fuimos al estudio de los hermanos Foncea a grabar las voces, a las 11 de la noche", cuenta el productor.

El resto de la banda sonora del filme incluye un variado ramillete de canciones, de diversas épocas y estilos, que busca sintetizar el imaginario musical de la Loca del Frente pero también del propio autor de la novela. Una lista cargada a las rancheras y a la música cebolla de frecuencia AM, con éxitos como Libre de Paloma San Basilio, La llorona de Chavela Vargas, Échame a mi la culpa de Amalia Mendoza, Invítame a Pecar de Paquita la del barrio y la versión de Fever de Peggy Lee.

“Esto cubre otra dimensión del autor. No sólo es la banda de sonido de la película, sino de Pedro”, comentaba Sepúlveda a este medio en mayo de 2019, al confirmar los avances del entonces proyecto y el especial acento que el equipo puso en la búsqueda de su acompañamiento musical. Un trabajo para el que se recurrió a los testimonios de conocidos del escritor, a las pistas musicales que éste incluyó en el libro -parte importante de su relato- e incluso a las cortinas que Lemebel utilizaba para su célebre programa en Radio Tierra.

Según cuenta Troncoso, la idea ahora es que la banda sonora de Tengo miedo torero tenga vida propia, aprovechando el impulso de su preestreno tras su paso por el Festival de Cine de Venecia. Por ahora, el plan es lanzar un vinilo con la música de la película, que además contenga las láminas con el trabajo que diversos artistas nacionales realizaron interviniendo el afiche del largometraje.

“Siento que hay una gran necesidad entre nosotros, a partir del encierro, de una suerte de introspección como país”, comenta el productor.

Por esos días, además, el equipo realizador define cuál será el futuro de la película y su posible llegada a salas, en medio de la incertidumbre que genera la pandemia y las dificultades que enfrentan los cines para su normal funcionamiento.

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