¿Estallido, ruptura o insurrección? A cuatro meses del 18-O, se busca nombre para definir la crisis

Viernes de manifestaciones en Plaza Italia
FOTO:MAURICIO MENDEZ/AGENCIAUNO

La Tercera PM consultó a historiadores, filósofos, cientistas políticos y sociólogos respecto de la mejor nomenclatura para el proceso que el país comenzó a vivir el año pasado. En definitiva, no hay acuerdo. Pero “estallido” parece ser la mejor forma de describirlo. “Desborde social”, “remezón político-institucional” e incluso un “abuso” son otras definiciones entregadas.


El 26 de diciembre de 2019, en una entrevista para La Tercera, Sebastián Piñera la llamó "crisis". "Algunos la llaman social, otros la llaman de violencia, pero que ha herido y ha dañado profundamente a nuestro país", continuaba el Presidente.

El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, optó por llamarlo "estallido". "Estamos experimentando un momento de tensión social muy fuerte, y el deber que tenemos como gobierno es poder encauzar ese estallido social, canalizarlo a través del diálogo entre todos los sectores políticos, con la sociedad civil, e ir construyendo con la mayor velocidad posible respuestas para abordar esta crisis", dijo a El Mercurio el 3 de noviembre.

Muchas personas han intentado definir qué fue lo que se inició el 18 de octubre, tratando de catalogar una situación que aún es indescifrable para muchos chilenos, pero que ha significado el cuestionamiento de toda la estructura política, económica y social del país. Se trata de una discusión que hoy, a cuatro meses del día en que todo comenzó, todavía no tiene una sola salida para historiadores, filósofos, cientistas políticos y sociólogos. Así como proliferan los libros que ya se están publicando para explicar la crisis, proliferan también las denominaciones y nomenclaturas para el proceso que vive Chile.

El 4 de diciembre, por ejemplo, el filósofo Hugo Herrera -quien publicó el libro "Octubre en Chile"- balanceó entre varios conceptos en entrevista con La Tercera PM, y dijo que "el alzamiento se usa para el movimiento inicial" de octubre y que meses después ya lo llamaría una "revuelta". El 14 de febrero, en una columna publicada en El Mercurio, la historiadora Lucía Santa Cruz planteó una denominación diferente.

"Pues bien, ¿cuáles serán los eventos que marcarán la interpretación historiográfica de la crisis actual, esa que yo me resisto a llamar estallido social y reconozco mejor en el concepto de insurrección? Ciertamente, en todo recuento habrá mucho énfasis en la introducción gradual, pero persistente, del uso de la violencia, y en su legitimación como forma de protesta o para lograr objetivos específicos (...) Los historiadores más analíticos seguramente percibirán que lo nuevo, lo radical, lo distinto, no fue la movilización social, que ya tenía antecedentes anteriores semejantes, aunque menos masivos, sino que el uso de una violencia altamente sofisticada, coordinada, organizada y simultánea en los ataques. Más aún, el hecho de que detrás de estos movimientos radicalizados no había meramente reivindicaciones sociales, sino un claro objetivo político, que no era otro que la destitución del Presidente de la República", planteó.

"Estallido" parece ser la mejor forma de describirlo para los expertos a quienes La Tercera PM les consultó respecto del concepto que utilizarían. "Desborde social", "remezón político-institucional" e incluso un "abuso" son otras definiciones entregadas. Eso sí, todos coinciden en que hubo un antes y un después que a nadie dejó indiferente, y que el descontento venía gestándose mucho tiempo antes de ese día.

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