Histórico juicio en Alemania a exagente de inteligencia sirio: La condena que complica al régimen de Assad

Eyad al Gharib llega a escuchar el veredicto en la Corte en Koblenz, Alemania. Foto: Reuters

La justicia germana encontró culpable a Eyad al Gharib de haber participado en el arresto y encarcelamiento de, al menos, 30 manifestantes en el centro de detención Al Khatib.


A 10 años del inicio de las protestas contra el régimen en Siria, la justicia alemana condenó hoy a un exmiembro de los servicios de inteligencia de ese país a cuatro años y medio de prisión por “complicidad en crímenes de lesa humanidad”, como parte del primer proceso en el mundo vinculado con abusos imputados al gobierno de Basher al Assad.

La Alta Corte Regional de Koblenz halló culpable al sirio Eyad al Gharib, de 44 años, de haber participado en el arresto y encarcelamiento en el centro de detención “rama 251” o Al Khatib de, al menos, 30 manifestantes tras una protesta en Duma, en Guta Oriental, un suburbio de Damasco, en 2011. El acusado, que usaba mascarilla, ocultó su rostro a las cámaras con una carpeta y escuchó el veredicto con los brazos cruzados y la mirada fija, constató la agencia France Presse.

La sentencia del tribunal fue un poco inferior al pedido de la Fiscalía de cinco años y medio. Se trata de la primera vez en el mundo que un tribunal se pronuncia sobre un caso relacionado con la dura represión de Damasco a las manifestaciones contra el régimen, que formaron parte de una ola de protestas que se replicaron en Túnez, Egipto, Siria, Libia, Yemen y otros países del mundo árabe bajo el nombre de la llamada Primavera Árabe.

El conflicto en Siria derivó en una cruenta guerra, en la que han participado grupos de otros países y también el Estado Islámico. Durante estos 10 años, más de 380 mil personas han perdido la vida. Además, se registran 5,6 millones de refugiados y 6,2 millones de desplazados.

Al pronunciar el veredicto, la presidenta del tribunal, Anne Kerber, se refirió a la “vasta y sistemática represión” de la protestas en Siria.

Eyad al Gharib llega a la Corte para escuchar el veredicto del juicio en Koblenz, Alemania. Foto: Reuters

De los dos acusados que comparecen desde el 23 de abril pasado ante este tribunal alemán, Al Gharib fue el primero en escuchar la sentencia. El segundo acusado, Anwar Raslan, de 58 años, considerado una pieza más importante en el aparato de seguridad sirio, está siendo juzgado por crímenes contra la humanidad por la muerte de 58 personas y la tortura de 4.000 presos. Se prevé que el juicio de este excoronel dure al menos hasta finales de octubre.

Según explicó el diario The New York Times, “la sensación de desesperanza por lograr justicia en Siria ha llevado a los activistas de derechos humanos a centrarse en los tribunales europeos, muchos de los cuales pueden juzgar a extranjeros por crímenes de guerra bajo el principio de jurisdicción universal”.

Esto permite procesar a los autores de crímenes muy graves independientemente de su nacionalidad y del lugar donde se hayan cometido. Este fallo “abre una puerta a la esperanza (...) La existencia misma de un veredicto es aún más importante que la duración de la pena, porque es el primer paso hacia un largo camino para obtener justicia”, dijo el sirio Wassim Mukdad, parte civil de este juicio y víctima de tortura en Al Khatib.

El periódico incluso señala que estas organizaciones humanitarias trabajan con refugiados sirios en Europa y han identificado sospechosos que también han buscado refugio en ese continente. También han localizado a testigos para que testifiquen sobre crímenes cometidos en Siria.

Eyad al Gharib trabajó en los eslabones más bajos de la inteligencia siria antes de desertar en 2012 y huir del país en febrero de 2013. Llegó a Alemania el 25 de abril de 2018 tras una extensa travesía por Turquía y Grecia.

Desplazados sirios fuera de una carpa en el campamento ubicado al norte de la ciudad de Alepo, cerca de la frontera con Turquía, el 17 de febrero pasado. Foto: Reuters

La justicia alemana comenzó a interesarse por él cuando contó su trayectoria a las autoridades encargadas de decidir sobre su solicitud de asilo. Fue arrestado junto con Anwar Raslan, un oficial de inteligencia sirio de nivel medio, en febrero de 2019. La acusación en su contra afirma que fue un engranaje de un sistema en el que la tortura se practicaba “a una escala casi industrial”.

Durante el juicio, escuchó a sus abogados con lágrimas corriendo por su rostro pedir su absolución, argumentando que él y su familia podrían haber sido asesinados si no hubiera cumplido las órdenes del régimen.

Su defensa también dijo que vivía atemorizado por su superior Hafez Makhlouf, un primo y colaborador cercano de Assad que era conocido por su brutalidad.

Sin embargo, Patrick Kroker, un abogado que representa a los demandantes conjuntos, argumentó que Al Gharib podría haber sido más comunicativo durante el juicio, en lugar de guardar silencio durante las audiencias. Personas como él “pueden ser muy importantes a la hora de informarnos sobre los (funcionarios sirios) a los que realmente estamos apuntando, pero es algo que él decidió no hacer”, dijo Kroker, según consignó Al Jazeera.

Las fotos de Caesar

Durante el juicio se presentaron las fotografías de los llamados archivos Caesar. Se trata de la primera vez que son vistas en un tribunal. Las 50.000 imágenes tomadas por el desertor de la policía militar siria “Caesar” muestran los cadáveres de 6.786 sirios que murieron por hambre o torturados dentro de los centros de detención del régimen de Assad.

Fueron examinados durante el juicio por el científico forense Markus Rothschild, cuyo análisis se consideró que constituía una evidencia material abrumadora.

El año pasado, The New York Times publicó un informe sobre cómo el gobierno sirio ha estado administrando una red de instalaciones secretas de tortura mientras se desarrolla la guerra civil del país.

Se desconoce el número exacto de civiles arrestados en estas cárceles, pero se considera que unos 128.000 sirios están detenidos o muertos, según la Red Siria de Derechos Humanos.

Aunque el gobierno sirio ha negado que lleve a cabo abusos sistemáticos, recientemente ha reconocido la muerte de cientos de personas detenidas al emitir certificados de defunción o “enumerarlos como muertos” en los archivos de registro familiar.

El juicio en curso ha inspirado a activistas sirios y ONG de toda Europa a instar a sus fiscales federales a emitir órdenes de arresto internacionales contra miembros de alto rango del régimen sirio encabezado por Assad.

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