Issa Kort (UDI): "El único cambio que se necesita en RR.EE. es el de la oposición, para que ejerza un rol responsable"

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FOTO: RICHARD ULLOA / LA TERCERA

"Las trincheras que existen han sido levantadas por una oposición disgregada y carente de la responsabilidad, justamente, de confluir en un carácter de Estado. Quienes más critican son quienes más erosionan los intereses del Estado. Esperamos que la oposición pueda pasar de la trinchera al complemento", dice el diputado UDI, miembro de la comisión de RR.EE. de la Cámara baja.


"Entre la Cancillería y La Moneda debe existir un puente y no una competencia", dice el diputado UDI Issa Kort, quien es miembro de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja y que, como tal, estuvo la semana pasada en las reuniones que el Presidente Piñera encabezó en La Moneda con parlamentarios y ex cancilleres.

Kort repasa los casi dos meses del canciller Teodoro Ribera al frente del edificio Carrera: afirma que faltó "un filtro político" en la decisión de Chile de abstenerse en la resolución sobre Filipinas ante el Consejo de Derecho Humanos de las Naciones Unidas, pero también subraya que es la oposición la que tiene que cambiar de actitud ante las RR.EE. "Esperamos que pueda pasar de la trinchera al complemento", dice.

-¿Fue solo un traspié la decisión de Cancillería de abstenerse en la resolución de la ONU sobre Filipinas?

-No. Fue una decisión esencialmente diplomática, sin un filtro político muy necesario. Creo que faltó mayor coordinación interna y considerar que los standards fijados por el propio Presidente Piñera, en materias de DDHH, han cambiado positivamente. El traspié hubiera sido tal si nuestro país hubiese votado en contra, pero se votó en abstención, al igual que lo hizo, por ejemplo, Japón e India, posición que puede variar a una postura más nítida, pero en ningún caso contradictoria.

-El senador PPD Ricardo Lagos Weber criticó que la política exterior del gobierno es "a la carta" y afirmó que creía que iba a cambiar con el canciller Teodoro Ribera, pero que ello no fue así.

-El Senador Lagos Weber tiene clarísimo que las relaciones exteriores son conducidas por el Presidente de la República, de manera exclusiva, por su rol de Jefe de Estado. Lo único que es "a la carta" es la elección que hace la ciudadanía cada cuatro años. Y a todo el mundo le quedó claro que una contundente mayoría de chilenos eligió como Presidente a Sebastián Piñera y no al candidato que apoyó el senador Lagos Weber. Por lo tanto, yo creo que el único cambio que se necesita es el de la oposición para que ejerza un rol responsable, complementario y consecuente. La política exterior es "a la carta" de la ciudadanía que eligió y mandató al Presidente Piñera y no de grupos de la oposición que critican más que aportan.

-¿Qué nuevos énfasis trae el ministro para la Cancillería? ¿Qué cosas son las que hay que subsanar del periodo de Roberto Ampuero?

-Más que subsanar, el canciller Ribera debe continuar una labor iniciada el 11 de marzo de 2018 y seguir ejecutando los lineamientos que instruye el Presidente de la República. Para eso, deberá mantener un necesario diálogo, respetuoso y responsable, tanto con el oficialismo como con las oposiciones en el Congreso Nacional; convocar a los ex cancilleres como instancia consultiva formal; resguardar los intereses nacionales en todo tipo de instancias internacionales o multilaterales; liderar a la diplomacia chilena en las distintas esferas y regiones en que estamos presentes. Como a todos los ministros, el canciller debe ser evaluado por sus resultados (y no por sus intenciones), los cuales estarán a la vista toda vez que transcurra un tiempo razonable.

-La oposición ha criticado hace meses que en Chile se perdió la tradición de que la política exterior era un tema de Estado y no de trinchera. ¿Las últimas reuniones de Piñera con ex cancilleres y parlamentarios apuntan a recuperar eso?

-La política exterior, como un tema de Estado, es una tarea y responsabilidad de todos los sectores: oficialismo y oposición. Las trincheras que existen han sido levantadas por una oposición disgregada y carente de la responsabilidad, justamente, de confluir en un carácter de Estado. Quienes más critican son quienes más erosionan los intereses del Estado. Esperamos que la oposición pueda pasar de la trinchera al complemento.

Si analizamos detalladamente los distintos tratados internacionales que este gobierno ha tramitado con urgencia, responsabilidad y convicción en el Congreso Nacional, su mayoría son acuerdos firmados por el gobierno de la ex Presidenta Bachelet. Si eso no es políticas de Estado, ¿qué es? Los únicos que no han renunciado a un carácter de Estado es la propia oposición, que ha dado vuelta la espalda a la ex Presidenta y al ex canciller en tratados tan importantes como el TPP. Las reuniones que han sido convocadas periódicamente por el Presidente Piñera sólo reafirman que el propio mandatario tiene el interés de oír y ser oído. Por ejemplo en la última reunión del viernes pasado, la diputada Maya Fernández le planteó al Presidente la necesidad de avanzar con el acuerdo de la CEDAW, (acuerdo que lleva 18 años en el Congreso) a lo que el propio Presidente recogió el tema y le dijo que lo verían.

Personal y políticamente me siento representado y orgulloso de la responsabilidad con que el Presidente Piñera ejerce su rol constitucional de conducir las relaciones internacionales, anteponiendo los intereses de Chile por sobre tentaciones ideológicas.

"Entre la Cancillería y La Moneda debe existir un puente y no una competencia"

-Hay quienes señalan que con Roberto Ampuero el peso de las decisiones en materia de RR.EE. estaba más en La Moneda que en Cancillería. ¿Ribera llega con la idea de revalorizar el trabajo del edificio Carrera?

-Entre la Cancillería y La Moneda debe existir un puente y no una competencia. Todos sabemos que la decisión final la debe tomar el Presidente de la República, es su obligación, un mandato soberano y no un gusto. Por eso creo que no es sano construir mitos de pasillo. Todo canciller debe mantener fluido el diálogo con La Moneda. Cada vez que leo este tipo de comentarios pienso en el daño que se hace a los cientos de diplomáticos de carrera de primerísimo nivel que tiene el Servicio Exterior chileno.

El próximo 1 de octubre se cumplirá un año del fallo de la CIJ de La Haya. Fue un falló histórico porque es un reconocimiento a la seriedad, responsabilidad y eficacia de la diplomacia chilena más allá de todos los gobiernos que han pasado en nuestra historia, por lo tanto, no sólo el canciller en ejercicio debe revalorizar a nuestra diplomacia, sino que todos los actores involucrados debemos actuar con seriedad y responsabilidad cuidando el lenguaje y dando señales de apoyo. Tengo reuniones periódicas con la actual Directiva de la Adica y eso me ha permitido no solo ayudar en ciertas inquietudes que me han planteado, sino que para generar un vínculo y conocimiento de sus necesidades, miradas y opiniones. En pleno siglo XXI, debemos entender que la diplomacia es el "soft power" que ayuda a construir una paz estable y defensa de intereses particulares.

-¿Son revisables las posturas de Chile en el Pacto Global de Migraciones y el acuerdo de Escazú? Sobre todo en el último, habida cuenta de que Chile es organizador y anfitrión de la Cop25.

-Siempre. Todas las decisiones son revisables y no absolutas. Pero analicemos ambos casos: En el Pacto Migratorio de Marraquech, pareciera que muchos se olvidan de que Chile no lo rechazó, sino que se abstuvo de él. Y es una decisión muy responsable y coherente porque estamos en pleno debate legislativo (ahora en el Senado) de una nueva ley de migraciones que no se modificado en mas de 40 años. Esperemos el resultado de ese proceso legislativo y luego veamos si nuestra legislación es coincidente con ese u otros tratados internacionales y procedamos.

Sobre COP25, el Presidente Piñera tomó la decisión de organizar este importante encuentro con el fin de abordar y no eludir los temas de fondo. Chile debe ser un actor relevante en materia medioambiental y eso se consigue de diversas formas, no solo por firmar o no un tratado. Los motivos para no firmar Escazú son muy claros y responsables: no compartimos el método que se propone para la solución de diferendos entre países. La actitud anti chilena de Evo Morales (con todos los gobiernos y de todos los colores) nos hace resguardar nuestros intereses y minimizar riesgos de pasar envueltos en conflictos judiciales inventados, ¿o acaso creen que si Evo Morales fue capaz de quebrantar la Constitución boliviana para ser candidato nuevamente, no va a estar interesado en vulnerar un tratado para perjudicar a Chile?

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