Javier Macaya (UDI): "Chile necesita una reconciliación con su Constitución, que perfectamente se puede lograr con el rechazo"

Javier Macaya

El diputado gremialista afirma que votar por el "No", no significa estar en contra de cambios a la Constitución. En esa línea, expresa la disponibilidad de la UDI para revisar el rol del Tribunal Constitucional y quórums para modificar algunas leyes y el rol del Estado subsidiario, entre otras materias. "Estoy convencido que Chile necesita una reconciliación con su Constitución, que perfectamente se puede lograr con el rechazo y planteando modificaciones a futuro", señala.


Fue parte de los dirigentes que el  14 de noviembre pasado llevó adelante intensas conversaciones y que derivaron, la madrugada de ese viernes, en el acuerdo constitucional.

Con la UDI jugada por el "rechazo", el diputado Javier Macaya explica por qué su partido se sumó a ese acuerdo y hoy pide votar que "No". Pero también expresa la disponibilidad de su partido para revisar el rol del Tribunal Constitucional, quórums para modificar algunas leyes y el rol del Estado subsidiario, entre otras materias.

-Se ha acusado a la UDI de haber evitado por mucho tiempo cambios como los que usted plantea ahora. ¿Por qué sería creíble hoy la disposición de su partido?

-Esa es una caricatura. Si se revisa la historia de los cambios constitucionales que se han hecho en Chile, particularmente el que fue aprobado en 2005, la UDI participó en todos. Y, segundo, el 2017, los entonces diputados Arturo Squella y Osvaldo Andrade –que era presidente del PS- convergieron en un proyecto de ley que fue aprobado en primera instancia por la Cámara de Diputados con amplia mayoría, y que hablaba de cambios al TC, incorporaba matices y nuevas estructuras en derechos y deberes en la Constitución. Los únicos rechazos que hubo en el Parlamento a ese proyecto fueron de los tres diputados que tenía el Frente Amplio -Boric, Jackson y Mirosevic- y los comunistas, porque ellos hablaban de la nueva Constitución vía Asamblea Constituyente. Ese proyecto de ley está durmiendo en el Senado y contó no solo con el respaldo, sino el empuje, patrocinio y la fuerza del exdiputado Arturo Squella. Ahí hay una demostración empírica de que la UDI  ha participado y que no hay temas vetados.

-¿Y por qué decidieron embarcarse en este proceso para luego decir "rechacemos"? ¿Cree que se cometió un error al firmar el acuerdo?

-Yo estoy convencido que Chile necesita una reconciliación con su Constitución, que perfectamente se puede lograr con el rechazo y planteando modificaciones a futuro. Habiendo transcurrido cuatro meses, la violencia, la poca buena fe política que hemos visto de la oposición empujando insistentemente acusaciones constitucionales, ha hecho que nosotros también nos decantemos con más fuerza por el "rechazo", considerando que la reconciliación constitucional tiene que venir manteniendo las cosas que están bien e incorporando en un compromiso con el país, desde antes del plebiscito del 26 de abril, las cosas que estamos disponibles para cambiar.

-La UDI ha expuesto algunas cuestiones que quiere defender, como el derecho a la vida, a la propiedad, la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, incluso el derecho a emprendimiento…

-Tenemos que pasar a una etapa en que hablemos de qué es lo que queremos defender de la actual Constitución, desde los emblemas patrios al derecho a la vida o la estructura institucional del país, con independencia del Poder Judicial, un Ministerio Público autónomo, separación de poderes; que el Estado tiene que garantizar no solo el acceso a cuestiones básicas, como pensiones, salud y educación, sino la calidad de estas. Tenemos voluntad de que, si gana el "rechazo", pongamos sobre la mesa qué es lo que pensamos que se puede cambiar.

"Veo que un régimen semipresidencial podría ser un camino"

-¿Qué está dispuesta la UDI a cambiar?

-Hay quórums que son excesivos en algunas leyes que podrían ser revisados, hay una discusión anacrónica sobre lo que significa el Estado subsidiario y la necesidad de incorporar componentes de mayor solidaridad; se puede incorporar el reconocimiento a pueblos originarios en nuestra Constitución, no así un Estado plurinacional. En materia de medio ambiente, tenemos que establecer en la Constitución un estatuto de protección un poquito más profundo del que existe vía recurso de protección, y  en materia de aguas, tener la capacidad de entender el fenómeno del cambio climático, con una forma distinta de mirar el tratamiento de las aguas y la priorización del consumo humano. Yo, por primera vez, veo que un régimen semipresidencial podría eventualmente ser un camino, dado el actual escenario de la política y los tipos de Parlamento que vamos a tener en adelante. Creo que el TC puede ser revisado en cuanto a sus facultades. Hay cosas que se pueden hacer, mejorarlas más que echar la casa abajo en una siesta constitucional en que vamos a estar inmersos por los próximos dos años.

-Hasta ahora la UDI se había mostrado unida trabajando de cara al plebiscito, pero con la polémica que envuelve al exdiputado Hasbún ha habido públicos roces entre parlamentarios y la directiva. ¿Ve riesgo de un quiebre interno?

-Lo descarto absolutamente. Habiendo sido secretario general de la UDI en situaciones harto más complejas que la de Hasbún (como fueron los casos Penta y SQM), creo que Jacqueline van Rysselberghe aplicó la presunción de inocencia. Quizás, lo recomendable en estos casos es dejar de comentar situaciones judiciales, que las instituciones actúen libremente y que se investigue todo lo que se debe investigar.

-¿Esto podría terminar afectando a la UDI, en términos de credibilidad, para enfrentar la campaña para el plebiscito?

-La unidad de la UDI y su trascendencia en política se mide por su historia y por el aporte que ha hecho al país. Pueden existir situaciones que se tienen que investigar, pero eso, en ningún caso, pasa por encima de lo que son las ideas, de lo que ha sido capaz de hacer la UDI en política en el último tiempo. He echado de menos, en la clase política en general que, a propósito de la discusión constitucional, tengamos más contenidos. Llevamos tres meses hablando de cuotas, financiamiento y franja y nada del contenido de la Constitución que queremos.

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