“La marca socialista no me ha ayudado mucho”: gobernador de O’Higgins advierte efecto del caso Monsalve en segunda vuelta
El gobernador Pablo Silva dice que el escándalo que protagoniza el exsubsecretario del Interior podría afectar su elección en segunda vuelta ante el republicano Fernando Ugarte. "Lo que pasó con el subsecretario (Manuel Monsalve) días antes (de la elección) también pesa", dice sobre el daño reputacional al partido.
Son pocos en el Partido Socialista (PS) los que se han atrevido a transparentar públicamente lo profundo que fue el golpe del caso Monsalve para ellos. Uno de quienes decidieron pronunciarse es el actual gobernador de la Región de O’Higgins y militante socialista, Pablo Silva, quien en los comicios de fines de octubre logró pasar a segunda vuelta con un 32,1% de las preferencias.
En el segundo escrutinio ciudadano, que tendrá lugar el 24 de noviembre, Silva tendrá que medir fuerzas con el republicano Fernando Ugarte, quien obtuvo un 22,2% de los votos de la circunscripción. Pese a que sacó una ventaja, el socialista no está confiado en que pueda mantenerse a la cabeza de la gobernación. La semana pasada, en conversación con “PS en Acción”, un programa online producido por su colectividad, él reconoció que en la actualidad la “marca republicana” lleva la delantera. En particular, por hechos que han ensuciado al socialismo.
“Acá lo que ha marcado es la marca republicana. La marca socialista no me ha ayudado mucho que digamos. Yo acá tengo al alcalde de Rancagua (Juan Ramón Godoy) que lamentablemente está preso. Lo que pasó con el subsecretario (Manuel Monsalve) días antes (de la elección) también pesa. Cuando la gente escucha ‘PS’, no me ha ayudado mucho que digamos. Si no fuera por el trabajo de los compañeros en todo el terreno no habría tenido ese resultado (en la primera vuelta)”, manifestó el gobernador. Mientras él hablaba, el vicepresidente socialista Arturo Barrios asentía.
De cara a la segunda vuelta, la autoridad regional aseguró que espera “poder hacer trabajar a los seremis, que no se movieron nada en las campañas anteriores. Esperamos que salgan a hacer puerta a puerta y actividades de campaña (...), que el gobierno no les meta miedo con la cosa de Contraloría. Todos podemos trabajar después de horario (laboral). Habían tenido un miedo a Contraloría terrible, nosotros nunca pedimos nada que no corresponda. Esperamos que ahora efectivamente todos los seremis salgan a trabajar, incluso los que han puesto algunos parlamentarios, que (están) cagados de miedo de aparecer al lado del gobernador, porque los parlamentarios les pueden quitar el cargo de seremi”.
Silva fue un paso más allá y planteó que “esperamos que el gobierno pueda dar una señal clara y tampoco seguir pegándose cagadas. Perdón que lo diga así, pero nos arrastran. Yo le contaba a Paulina (Vodanovic) que fui a un gimnasio y una señora me reconoció (...). Me dijo: ‘de qué partido es?’. Socialista. ‘Ah, no. Ustedes son todo lo mismo: el alcalde preso, el subsecretario. No, yo voto republicano’”.
Lo cierto es que lo planteado por Silva es algo que, de forma soterrada, ha sido abordado por otros dirigentes socialistas.
El golpe fue duro para el PS. No solo porque perdieron a uno de los rostros socialistas más poderosos dentro del gobierno -y a un eventual candidato a las parlamentarias-, sino que también debido a que son conscientes de que existe un daño reputacional hacia la “marca PS”.
La bancada PS se desmarca
Institucionalmente, de todas formas, en el partido han intentando mantenerse al margen de la figura del exsubsecretario, para evitar que el futuro del caso les salpique. La vicepresidenta de la Mujer de la colectividad, la diputada Daniella Cicardini, por ejemplo, fue de las primeras en solicitar la suspensión de la militancia y la expulsión de Monsalve de las filas socialistas.
Desde incluso antes de la elección, en el PS se encendieron las alertas por los posibles efectos electorales que podía tener el caso Monsalve. Cuando la abogada de la denunciante, María Elena Santibáñez, sostuvo en T13 que ella fue amenazada, el excomisionado experto Gabriel Osorio (PS) manifestó en un grupo que comparte la militancia: “Esto nos cagará. Vean Canal 13 mejor. Lo que dijo la abogada de la víctima es brutal. Quién del PS habrá presionado para no hacer la denuncia”.
De todas formas, algunos enfatizan que el caso no logra golpear al PS. “La marca del PS está en la historia de nuestro país. Las acciones individuales de personas que traicionan la confianza partidaria son justamente eso: individuales. El PS actúa expulsando militantes cuando ello ocurre”, sostuvo el senador Fidel Espinoza.
“Ninguna organización está exenta de que algún integrante decida individualmente incurrir en delitos graves. Sin embargo, creemos que la ‘marca PS’ ha dado una respuesta con contundencia y prontitud, suspendiendo o expulsando a estos malos elementos (...). No puede resultar dañado un partido político que ha dado respuesta con prontitud y contundencia frente a episodios de corrupción de sus integrantes”, complementó el diputado Leonardo Soto, quien además es vicepresidente PS.
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