La Moneda abandona concepto de la “derecha democrática” para referirse a Chile Vamos y se abre a nuevo trato con republicanos

Los ministros Elizalde y Tohá.

La estrategia de aislar al partido de Kast comenzó a evidenciar un giro en las últimas dos semanas. Los ministros Tohá y Elizalde se han resistido a usar el concepto de “derecha democrática” y han remarcado que dialogarán con todas las fuerzas políticas. Fuentes de gobierno admiten que hay una lectura más pragmática, ya que los republicanos pueden ser aliados circunstanciales en materias donde la derecha tradicional no ofrece estabilidad, por ejemplo, en el llamado "sexto retiro".


Un paulatino ajuste a la estrategia de intentar aislar al Partido Republicano y priorizar acuerdos con Chile Vamos ha comenzado aplicar La Moneda desde la derrota en las elecciones de consejeros constitucionales el pasado 7 de mayo.

El diseño impuesto inicialmente desde el comité político y que encontró un rápido eco en las fuerzas oficialistas, especialmente a través de discursos en la Cámara, era priorizar y cuidar el trato con la UDI, RN y Evópoli, para dejar a los republicanos fuera de los acuerdos en el Congreso, en vista de la oposición del partido que lidera José Antonio Kast a las principales reformas del programa de gobierno.

“Hay una derecha que ha demostrado mayor disposición democrática y esperamos que tras el resultado de ayer esa disposición no cambie. Porque en contextos electorales todos endurecen posiciones”, advirtió, por ejemplo, la ministra vocera Camila Vallejo, el 8 de mayo, un día después de la jornada electoral, en clara alusión a la UDI, RN y Evópoli.

Esa estrategia se puso en práctica el 10 de mayo en la Cámara para aprobar el proyecto de salario mínimo, donde los ministros de Hacienda, Mario Marcel; del Trabajo, Jeannette Jara (PC); y de la Secretaría General de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS); no negociaron con los republicanos y optaron por tratar con la UDI, RN y Evópoli. Al final el reajuste salarial se aprobó con una amplia mayoría, dejando en una posición minoritaria a los republicanos y a ciertos legisladores de la UDI, que no aceptaron cambiar su voto a última hora.

El resultado se transformó en el primer triunfo de la nueva tríada de Marcel-Jara-Elizalde, que también tendrá un rol protagónico para destrabar el debate de la reforma previsional.

Ese plan de apostar por Chile Vamos fue acompañado por un discurso común de los diputados oficialistas que intervinieron en la sala, que se cuidaron de no herir susceptibilidades en la derecha tradicional, a la que denominaban “derecha democrática”, acusando puntualmente a los republicanos de oponerse al alza salarial.

Ese diseño fue remarcado por la ministra vocera de La Moneda, Camila Vallejo (PC), el jueves 11 de mayo. “Logramos contar en salario mínimo con votos de parlamentarios de RN. Fue más transversal en el Senado en el caso del royalty. Lamentablemente no así de los republicanos que se opusieron (en el pasado) a las 40 horas, al salario mínimo y al royalty”, sostuvo.

Sin embargo, esa estrategia comenzó a evidenciar un giro días después. Tanto la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), como Elizalde se han resistido a usar el concepto divisorio de “derecha democrática”, que implícitamente suponía la existencia de una oposición “no democrática”, y han remarcado que dialogarán con todas las fuerzas políticas.

Fuentes de gobierno admiten que hay una lectura más pragmática, ya que los republicanos pueden ser aliados circunstanciales en materias donde la derecha tradicional no ofrece estabilidad.

“El ánimo del gobierno es conversar con todos, sin exclusión… y todos los que quieran contribuir al bien de Chile, bienvenidos sean”, dijo el 12 de mayo pasado Elizalde, quien anunció que pretende reunirse con las 21 bancadas políticas de la Cámara y las doce que integran el Senado.

“No creo que republicanos sea un sector con el que no se puede trabajar”, dijo Tohá el domingo en una entrevista a El Mercurio.

Un ejemplo reciente fue lo que ocurrió el 17 de mayo con la aprobación del estado de excepción de emergencia en La Araucanía y el Biobío. Frente a la amenaza de los diputados UDI que estaban decididos a rechazar si el Presidente Gabriel Boric no dictaba estado de sitio y la dudas que expresaban sus pares de RN, los republicanos eran votos firmes a favor de la renovación con los que el gobierno contaba para mantener la presencia militar en el sur.

En el pasado hay otro ejemplo, con el rechazo, registrado el 26 de enero, a la acusación constitucional promovida por Chile Vamos en contra de la exministra de Justicia, Marcela Ríos. Los republicanos estuvieron siempre en contra del libelo.

Incluso, en el futuro, hay un nuevo espacio de entendimiento. En el gobierno saben que la histórica oposición de los republicanos a los giros previsionales es un factor que jugará a su favor cuando se deba votar el llamado “sexto retiro”. Ello ha llevado, incluso, a la diputada independiente Pamela Jiles a acusar una supuesta alianza entre La Moneda y el partido de Kast para bloquear un nuevo rescate desde los fondos de pensiones, pacto que en todo caso ha sido desmentido por los sectores aludidos.

Entre las razones que han llevado especialmente a los ministros Tohá y Elizalde a abrirse a tener un trato ocasional con los republicanos también pesó el mismo portazo que dieron los partidos de Chile Vamos a los gestos de acercamiento del gobierno. De hecho, la misma UDI, a través de su rechazo al estado de emergencia en el sur, los emplazamientos del presidente del Senado, Juan Antonio Coloma (UDI), por la agenda de seguridad y el mismo tono empleado por el diputado Andrés Longton (RN) en la pasada interpelación a Tohá, dieron cuenta de un endurecimiento del discurso de Chile Vamos tras las elecciones.

El pasado 12 de mayo, el mismo senador y presidente de la UDI, Javier Macaya, en entrevista en La Tercera fustigó la distinción que ha hecho el Ejecutivo entre una “derecha democrática” y la que representa el Partido Republicano. “Yo le digo al gobierno que no trate de dividir a la oposición en este momento. Ante esa intención vamos a actuar con más unidad”, dijo.

En conversación con La Tercera, el jefe de bancada de los diputados UDI, Guillermo Ramírez, también acusó una maniobra “burda” del Ejecutivo. “Dividir a republicanos y Chile Vamos es un buen negocio para el gobierno. Muchas veces votar divididos ayuda al gobierno. Pero entendemos que desde las ideas de la derecha tenemos mejores opciones de manejar la agenda si trabajamos unidos. Con ese tipo de halagos (derecha democrática), es demasiada obvia la intención. No vamos a ser los tontos útiles del gobierno”.

“No vamos a pisar el palito”, comentó a su turno el diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, quien agregó que “en lo que respecta al Congreso, nosotros, como Chile Vamos, vamos a seguir siendo una oposición firme”, y cuando sea necesario asumirán una posición constructiva.

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