Lo peor que vi en el Festival de Viña

festival-de-viña-900x600

Un resumen de lo más olvidable y nefasto que ha pasado por la Quinta Vegara a cargo de alguien que ha estado demasiados veranos en ese lugar.


Llevo 16 años cubriendo Viña. He visto casi todos los festivales de este nuevo siglo. He visto pasar distintos animadores, artistas, canales y ejecutivos siempre orgullosos de estar haciendo el mejor evento de la historia.

Pero sentado en algún rincón de la Quinta Vergara también he visto cuando nuestra mayor fiesta se abre como una suerte de cloaca entre luces, pompa y oropel donde han desfilado algunos de los peores shows que ha visto la TV chilena. Viña a veces también semeja unas catacumbas.

  • Yanday y Yostin (2014)

El panorama era este: 3.58 de la madrugada en la siempre fría Quinta Vergara y un dúo de reggaetoneros colombianos conocido por apenas una canción salta a un recinto casi vacío. Los animadores le piden a la escasa gente que queda en la galería que se tome los asientos de adelante, donde ya no queda nadie y donde hace sólo unas horas estaban actores de teleseries, modelos, conductores de TV o futbolistas.

Se pulveriza la frase de John Lennon lanzada en los 60: que los de atrás aplaudan, mientras los de más adelante hagan sonar sus joyas. Acá ya no hay frontera posible. Tampoco hay joyas, ni aplausos, ni estrellas sobre el escenario, ni público: apenas mil personas sobreviven en la Quinta.

En la galería totalmente desangelada los encargados del aseo empiezan a barrer vasos de plástico, cucuruchos de papas fritas y bolsas de churros.

En el escenario, Yandar y Yostin repiten en los casi 20 minutos que duró su presentación tres veces su único éxito: Te pintaron pajaritos en versión normal, remix y más larga. La emisión televisiva culmina a los cuatro minutos (nadie los vio ni siquiera por TV) y el animador de esos años, Rafael Araneda, sin corbata ni chaqueta y ya al borde del pijama, los despide.

"¡Gracias Viña!", dicen los cantantes, en una euforia propia que retumba en una Quinta casi vacía, como el eco que aún resuena de uno de los peores shows de la historia festivalera.

https://www.youtube.com/watch?v=57RhxGV0ZRM

  • Leonardo Farkas (2009)

El error fue primero de los organizadores: poner como jurado y parte del show a un empresario que hace mucho ofició como hombre orquesta en La Vegas y que por esos años empezaba a escalar como una figura de cabellera ensortijada y billetera desprendida capaz de regalar dinero en plena calle.

Con un aparatoso teclado y de riguroso smoking, se mandó con un solo que sirvió para relajar el ambiente, y lucir sus dotes y agilidad sobre el instrumento.

Luego, el salvajismo indómito: se sacó la humita, su chaqueta negra, se abrió con fuerza su camisa blanca –hizo recordar en parte a Javier Estrada, otro personaje de dudosa fama y mucho más célebre por romper sus camisas en pleno escenario para quedar casi a torso descubierto- y quedó con una brillante camisa plateada.

Ahí empezó a cantar el clásico We will rock you de Queen, adscrito a su melodía, con palmas y pies golpeando el suelo. Pero mientras la voz de Freddie Mercury canta en su estribillo "¡We will – we will – rock you!", la gente empezó a corear esa misma parte como "¡queremos pan! ¡queremos pan! ¡queremos pan!", recordando que sólo un par de días antes Farkas había invitado a toda la Quinta a comer lomitos con mayo gratis en uno de los puestos de venta del recinto.

En la conferencia de prensa, algunos periodistas no le pidieron pan, pero sí que por favor les organizara una fiesta como agradecimiento a la cobertura: el empresario, obvio, la hizo sin problemas un par de días después en el O'Higgins. Y ahí hubo de todo, desde bar abierto hasta, obvio, pan.

https://www.youtube.com/watch?v=nHCNDsKEAe8

  • Anahí (2010)

La cantante y actriz mexicana venía como estrella de los entonces ya disueltos RBD y se plantó en el escenario de Viña como un rompecabezas latino que fusionaba Beyoncé con Lady Gaga: ¿son compatibles la sensualidad y la extravagancia?

Anahí creyó que si: tras un tibio show de baile de inspiración pop, en la última parte apareció vestida de novia, ensangrentada, con unos cuchillos clavados en la espalda, mientras interpretaba ese tremendo himno a la crueldad del amor traicionero llamado "El me mintió", de la argentina Amanda Miguel.

Nadie entendió mucho, se fue entre las pifias y la indiferencia, y después lloró desconsoladamente en su camarín. Está claro: Gaga hay una sola.

https://www.youtube.com/watch?v=oHJR--980Tw

  • Raúl (Viña 2002)

Promocionado por su sello como una suerte de Alejandro Sanz descafeinado y en versión Mini-me (y con bastante menos talento), sólo capturó entrevistas y atención porque se llamaba igual que el delantero español del Real Madrid que lo ganaba todo por esos años.

Pero Raúl, el otro, el cantante, el hombre de Viña y no del Bernabeú, no pudo golear. Ni siquiera tirar al arco. Cantó sin pena ni gloria y de su nombre se supo poco y nada por estos lados en los años siguientes. Difícil recordar además un nombre tan común.

https://youtu.be/QTrKpnbwRmI

  • Porto Bahía (2003)

El axé agonizaba. Creció como la espuma, explotó en espacios vespertinos de corte juvenil, pero luego se vino todo al piso tan rápido como estalló: al punk le pasó lo mismo en los 70. Tremendo choque.

Pero Fabricio Vasconcellos, su líder, no es Sid Vicious y bajo el escenario, luego de la pifiadera que recibieron, se lamentó en su español salpicado de portugués: no habían alcanzado a desplegar todo su espectáculo, que incluía cheerleaders. Simplemente no lo comprendieron.

También teorizó que ningún ritmo es eterno, que los géneros de la música sufren mutaciones, que el axé tenía los días contados, que la vida es cruel incluso para artistas de fama vertiginosa. De Fabricio, Chile siguió enterándose por años, aunque lejos de esas teorías, sino más bien por fotografías íntimas y otros asuntos de distinto corte.

https://www.youtube.com/watch?v=17ifJjHpS-k

  • Melody (2002)

Una chica en ese entonces de 12 años que cantaba El baile del gorila, su único hit de resonancia, donde recalcaba que era una rumbera salvaje y que bailaba a su manera como los primates, mientras dos bailarines disfrazados de gorilas se movían a un costado de un lado a otro.

Era el inicio de su carrera con un éxito que enganchaba, pero cuya puesta en escena la acercaba más a Fantasilandia que a la Quinta Vergara: nuevamente la organización, como tantas veces en esos años, optaba por una artista de escaso bagaje para lanzarla a un público –también por esos años- que se inclinaba por la crueldad para decidir si alguien seguía o no justificando haber pagado una entrada.

https://www.youtube.com/watch?v=HKNZauUZw2U

  • Natalia Cuevas (2004)

Época de Antonio Vodanovic y época en que los imitadores de la TV se remitían a "Charola" Pizarro o Natalia Cuevas. Pero la comediante optó por otro camino: salió como la Marjorie, una mujer de voz chillona que intentaba reivindicar a las personas normales ante el erotismo, la piel y las siluetas esculturales propias de las figuras de la música o la TV. Nunca logró enganchar.

Olvidó el libreto, se extravió, su rutina era más propia de un acto colegial y prefirió arrancar del escenario tras 15 minutos de show. Un simbolismo absoluto: con los años, Kramer barrió con ellos y jubiló a casi todos los imitadores que intentaban rasguñar algo de ese noble oficio.

https://www.youtube.com/watch?v=Ca2pAtfB6d4

  • Ricardo Meruane (2011)

Cualquiera que haya vivido en este país en el último tiempo sabe que Meruane se convirtió en el símbolo del tipo que intenta hacer reír sin sacar una sola sonrisa: una contradicción hecha hombre. Siempre fue de la línea media del humor local, muy por bajo de portentos de su época como Álvaro Salas, Coco Legrand o Dinamita Show.

Pero había algo de confianza en 2011 con su debut viñamarino. Hasta que lanzó el primer chiste: "Soy pelado y una vez un niño me gritó: ¡oiga, usted que usa shampoo de pirañas!".

Otro más: "Un tipo entra a la consulta del doctor y le dice 'doctor, yo soy homosexual'. Y el médico le responde: ¡qué amor!"

Otro en apenas 10 minutos de show: "Otro tipo entra al doctor y le dice: 'doctor, yo como pollo y hago pollo. Yo como carne y hago carne. ¿Y sabe lo que hago cuando como pescado? ¡Pescado, señor! ¿Qué puedo hacer?'. El doctor le responde: '¡coma caca pues hombre!'".

Gracias, gracias, no se molesten.

https://www.youtube.com/watch?v=wsukUyo6xjs

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.