Otro festival que se posterga: Rock in Rio no se hará en Chile el próximo año y trabaja para 2023

El empresario Roberto Medina, la ex intendenta metropolitana, Karla Rubilar, y el productor Felipe Araya, en el anuncio de la versión chilena en octubre de 2019.

Oficializado en octubre por el fundador del megaevento brasileño y la Intendencia Metropolitana, el aterrizaje del gigantesco espectáculo en Santiago no se materializará a fines del próximo año, como estaba previsto. "El festival va, pero por el estallido social y la pandemia, lamentablemente no lo vamos a realizar en 2021", confirman sus organizadores, que aseguran contar con todo el respaldo de los creadores y las autoridades locales para sacar adelante el proyecto en una nueva fecha.


A comienzos de octubre pasado, la entonces Intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, junto a la exsubsecretaria de turismo, Mónica Zalaquett y el productor chileno Felipe Araya, viajaron hasta Río de Janeiro para anunciar, desde la mismísima “Ciudad del Rock” y acompañados por el fundador de Rock in Rio, Roberto Medina, el acuerdo definitivo para realizar a fines de 2021 la primera versión en Santiago del histórico megaevento brasileño.

Con una sesión de fotos y la firma de un documento oficial, todas las partes sellaron un proyecto que se venía trabajando en conjunto hace años, con el objetivo de importar a Chile una de las mayores y más emblemáticas franquicias de la música en vivo del mundo. Una leyenda de la industria de los conciertos que partió en 1985 en la ciudad carioca y desde entonces se ha exportado a otras capitales, como Lisboa y Madrid.

Pero solo dos semanas después del acuerdo, el tablero se sacudió con las primeras manifestaciones en las calles chilenas originadas el 18 de octubre, lo que alertó a Medina y a su equipo. Es más, en un primer momento el fundador del festival habría determinado suspender completamente el aterrizaje de Rock in Rio en Santiago, preocupado por la situación política y social del país, junto a la cancelación en cadena de los espectáculos masivos chilenos.

“Lo iba a hacer ahora (2021) en Chile, lo tenía todo bien, ahí tuvo gran repercusión. Pero con la inestabilidad política se puso muy complejo allí y me detuve”, sentenció Medina en enero de este año en una entrevista con la revista brasileña Quem.

La pandemia que estalló a nivel mundial dos meses después complicó aún más las cosas, lo que llevó a sus organizadores chilenos a tomar una decisión drástica pero acorde a las circunstancias: suspender definitivamente la primera edición santiaguina del megaevento y trasladar el proyecto para una nueva fecha. Una determinación que vuelve a alterar la golpeada cartelera de los espectáculos en vivo del país, luego de la postergación de Lollapalooza Chile -otro encuentro de dimensiones similares- para noviembre del próximo año y las dudas que siguen rondando a otros hitos en vivo, como los festivales de Viña del Mar y Olmué.

“El festival va, pero por el estallido social y la pandemia, lamentablemente no lo vamos a realizar en 2021”, confirma Felipe Araya, de la productora Rock Santiago, quien aclara de entrada que pese a que el Rock in Rio local no se realizará en octubre del próximo año, sigue en pie para 2022 o 2023.

“El festival no se ha bajado. Seguimos hablando con Roberto (Medina) y con su equipo directivo. Con el CEO de Rock in Rio, Luis Justo (CEO), hablamos todas las semanas prácticamente, y seguimos trabajando a full para que llegue Rock in Rio y sea el gran megaevento que Chile espera”, añade el productor.

En ese sentido, Araya explica que si bien el clima social y el Covid-19 alteraron los planes, la intención de todas las partes involucradas es sacar adelante el evento en Chile en una nueva fecha. De hecho, detalla que en enero pasado -días después de la citada entrevista de Medina a la prensa de su país- los productores brasileños vinieron a la capital para manifestar su intención de seguir con el acuerdo.

Es más: según cuenta el productor nacional, en esa oportunidad la comitiva brasileña se reunió en La Moneda con autoridades y parte del equipo del presidente Sebastián Piñera -como el intendente Felipe Guevara y la jefa de gabinete del mandatario, Magdalena Díaz-, quienes les expresaron su apoyo e interés para seguir adelante con el proyecto.

Junto al encuentro en el Palacio del Gobierno, los productores brasileños aprovecharon de revisar en terreno un recinto acorde para el montaje del gigantesco espectáculo musical. En esa visita, entre otras cosas, se descartó como opción el Parque O’Higgins, al no cumplir con las particularidades y los rigurosos estándares que exige el “manual” de los creadores de la franquicia.

“Ya tenemos resuelto el recinto. No puedo adelantar nada pero ya tenemos el mejor lugar y debiese estar listo a fines del próximo año”, cuenta Araya. “Ahora estamos viendo si haremos el festival en 2022 o 2023, pero es algo que estamos definiendo justamente en estos días, por temas relativos a las giras de las bandas, por ejemplo”, añade.

Por ahora, la alternativa que corre con ventaja entre ambas partes es que el evento debute finalmente en Santiago en 2023, aprovechando que en octubre y noviembre de ese mismo año se realizarán los Juegos Panamericanos en Chile. Una coincidencia que beneficiaría al festival, tanto a nivel de turismo como de eventuales instalaciones que podría compartir con la cita deportiva, tal como ha ocurrido en la Ciudad del Rock de Río de Janeiro. Con todo, la opción de hacer el festival en 2022 tampoco está descartada.

Finalmente, Araya destaca que sea cual sea la fecha, las condiciones del proyecto serán las mismas que las anunciadas originalmente: un megaevento de varios días y de espíritu familiar e inclusivo, con múltiples artistas, escenarios y atracciones en el mismo recinto, y que, asegura, sigue contando con el apoyo y compromiso de las autoridades nacionales y de los productores de Brasil.

" Hoy día seguimos teniendo el apoyo total de las autoridades, del lugar donde lo vamos a hacer, de los distintos ministerios involucrados. Nosotros queremos hacer que sea un festival lo más inclusivo posible, que todo el mundo vaya. Y de alguna forma todo este tiempo nos ha servido para eso, para que sea un festival verde, para que el recinto donde lo hagamos tenga todo lo necesario”, cierra.

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