Pedro Aznar y Manuel García lanzan uno de los discos del año

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"Abrazo de hermanos" es el álbum que une a ambos cantautores y que ya está disponible para escuchar en Spotify. Aquí analizamos en detalle una de las producciones más esperadas en lo que va de la temporada.


No hay nada como leer los comentarios a una noticia. Por ejemplo, al final de la nota que adelantó a fines de enero en este medio el trabajo conjunto de Manuel García y Pedro Aznar en un disco y una gira que esta noche llega al teatro municipal de Valparaíso y mañana al Movistar Arena, había compatriotas molestos porque el chileno reconocía en Argentina a un hermano mayor.

Saltaron los chovinismos, la tontera, el aleccionamiento ante los vaivenes al otro lado de Los Andes. Obras como esta exponen la inutilidad de esas miradas chiquitas que soslayan el valor de un vecino cercano e inspirador y del intercambio inherente, en este caso histórico desde la génesis de ambas naciones al hacer equipo para librarse de los españoles. "Ustedes son los más parecidos a nosotros", comentó una vez Charly García a propósito de lo mucho que venía a Chile, a veces sin que se supiera.

Más allá de lo literal contenido en un título como Abrazo de hermanos, hasta empalagoso si se quiere, aquí hay dos artistas destinados a colaborar. Aznar y García entienden la música de manera muy parecida, puntillosos y pendientes del texto envuelto en poesía consonante a una impecable interpretación musical inspirada en diversas vetas, que en el caso del trasandino colinda con el virtuosismo en la voz y el bajo.

https://open.spotify.com/playlist/6L0bTmjD6iZ4BkkozqdKTq

A ratos Abrazo de hermanos es un disco que encierra cierta frustración. Quizás los cuatro covers de canciones reconocidas de ambos países están ligeramente de más, no porque sean piezas flojas, al contrario, pero dados los resultados lo ideal habría sido reunir y disfrutar composiciones sólo de ambos.

En una época en que el featuring está prostituido resalta verdadera química entre los dos. Aznar y García consiguen fusionar sonoridades y melodías de ambos lados de la cordillera, un verdadero maridaje chileno-argentino y viceversa, que el orden da lo mismo, como sucede en la bellísima "Gazebo", donde García pone la música para los versos de Aznar alternando sus voces para el relato intenso de una pareja con inesperado final.

"La reja" tiene una evolución notable desde unos rasguidos típicos de la zona central cruzados por la extraordinaria batería de Sergio Verdinelli (Fito Páez, Luis Alberto Spinetta), cuyo pulso cambia progresivamente el curso de la canción hasta alcanzar un ritmo inconfundiblemente latinoamericano. La letra de Aznar empalma perfecto acusando la política de cierre de fronteras.

"Los muros que defienden los jerarcas

Que el miedo ha entronizado en cada podio

Son naves de vergüenza, son un arca

Remada con el músculo del odio".

"Si no hablamos" es un bolero lastimoso como son los boleros, pero con toque fúnebre extra sobre una relación destinada a extinguirse a pesar del amor. "El pajarero" va firmada por ambos con un bajo a lo McCartney, suaves guitarras eléctricas, y nuevamente la batería exquisita de Verdinelli. En "El espinero" facturan jazz rock con rol estelar para el piano preciso y relajado de Federico Arreseygor, seguido de giros rítmicos de asombrosa elasticidad.

Ese espíritu de músicos en perfecta alianza brilla desde el comienzo en "Cuando se fue" con gran coro beatlesco, y particularmente en "La loba del camino", una canción de apariencia sencilla sin embargo emocionante y épica marcada por redobles rioplatenses, un espeso bajo, y las voces entremezcladas en gran bordado.

Las versiones pretenden una especie de resumen de la historia de la música popular de Argentina y Chile incluyendo "Cinco siglos igual" de León Gieco,

"Canción para mañana" de Los Bunkers, "Maldigo del alto cielo" de Violeta Parra, y "Cactus" de Gustavo Cerati. Esta última es la más lograda para una composición excepcional en el cancionero del fallecido ídolo.

Pedro Aznar dijo que la declaración de principios de esta reunión con Manuel García "es celebrar la canción latinoamericana y particularmente la del Cono Sur". Un acuerdo bilateral artístico que no se queda en palabras sino que convertido en música arroja uno de los mejores discos en lo que va del año.

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