Reclamo formal de la Cancillería a Brasil: la grieta que separa y tensiona las relaciones de Boric y Bolsonaro

18 de Marzo de 2022/SANTIAGO El Presidente de la Repœblica, Gabriel Boric Font, junto a las ministras de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola y de Medio Ambiente, Maisa Rojas, firma proyecto de acuerdo para aprobar el Tratado de Escazœ. FOTO:CRISTOBAL ESCOBAR/AGENCIAUNO

El Presidente de Brasil acusó al Mandatario chileno de haber participado en la quema del la red del Metro de Santiago, durante octubre de 2019, en el marco del estallido social. En Jefe de Estado frenteamplista, según afirman en el gobierno, se molestó con las declaraciones de su par y decidió, junto a la canciller Antonia Urrejola, salir a responder con fuerza.


Molestia generaron en el Presidente Gabriel Boric las graves acusaciones que, en las últimas horas, realizó su par de Brasil, Jair Bolsonaro.

En el marco del primer debate presidencial entre el actual mandatario brasileño -quien apuesta a su reelección- y el candidato a la presidencia Luiz Inácio Lula da Silva, la noche de este domingo, Bolsonaro acusó a Boric de haber participado en la quema del Metro de Santiago registrada durante el estallido social de octubre de 2019.

En el marco de sus críticas hacia Lula da Silva, Bolsonaro cuestionó sus relaciones políticas con algunos presidentes de la región, entre ellos, el Presidente Boric. “¿A quién apoyó el exconvicto? Maduro en Venezuela. ¿Mira hacia dónde va la autonomía de nuestra Argentina? Lula apoyó al Presidente de Chile, que practicó actos de prender fuego al Metro. Apoyó a Ortega, que realiza actos de persecución religiosa”, acusó el jefe de Estado brasileño.

Tras conocerse sus declaraciones, la canciller Antonia Urrejola y el Presidente Boric se contactaron para coordinar una salida comunicacional que permitiera enfrentar los dichos de Bolsonaro, sobre todo, ante la tensa relación en que se encuentran ambos países desde que asumió el Jefe de Estado chileno.

Bolsonaro, más allá de las recientes polémicas declaraciones, ha impulsado señales de hostilidad en contra de la administración de Boric, según afirman en el gobierno. A más de cinco meses de que Chile enviara su propuesta de embajador para ese país, Sebastián Depolo, esta aún no es respondida por Brasil. El gesto ha sido interpretado a niveles diplomáticos como un “no” del líder derechista.

Por lo mismo, las palabras del brasileño fueron consideradas como una nueva afrenta a Chile y, tanto la canciller como el Presidente, dicen en el Ejecutivo, definieron que era necesario “subir el tono” y dar una señal concreta.

La ministra de Relaciones Exteriores -en una actividad del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), en que se anunció el envió de un mensaje presidencial para que Chile ratifique el Convenio 190 de la OIT-, anunció que se cursó una citación al embajador de Brasil en Chile, Paulo Soares Pacheco, para presentar una nota de protesta formal.

“Quiero declarar ante los dichos del Presidente Bolsonaro de Brasil, ayer en un debate electoral, donde acusó derechamente al Presidente Gabriel Boric de haber quemado el metro: como gobierno nos parece que esas declaraciones son gravísimas, obviamente son absolutamente falsas y lamentamos que en un contexto electoral se aprovechen y polaricen las relaciones bilaterales a través de la desinformación y las noticias falsas”, dijo la ministra Urrejola.

Y agregó: “Hemos hecho una citación al embajador de Brasil para hoy día en la tarde en la Cancillería de parte del secretario general de política exterior, donde le haremos llegar una nota de protesta. La desinformación y las noticias falsas erosionan la democracia, pero también en este caso, erosionan la relación bilateral. Estamos absolutamente convencidos de que esta no es la forma de hacer política y no lo es porque se trata además de dos Jefes de Estado electos democráticamente, donde existe una relación respetuosa más allá de las diferencias ideológicas”.

Pese a todo, la ministra Urrejola recalcó que “la relación con Brasil, un pueblo hermano, con una historia común, con desafíos comunes, hay que continuar fortaleciéndola y esperamos poder seguir enfrentando los desafíos como pueblos hermanos que somos, más allá de estas declaraciones”.

“Bolsonaro no tiene límites”

Aunque la salida de Bolsonaro de acusar a Boric de “practicar actos de prender fuego al Metro”, sorprendió a muchos, es la segunda vez que el Mandatario brasileño se refiere a Chile. Y también en el contexto de críticas a los gobiernos de izquierda en la región.

El pasado 18 de agosto, en su primer acto de campaña oficial en Sao Paulo, Bolsonaro ocupó al país como ejemplo del rumbo que no quiere para Brasil tras las elecciones presidenciales de octubre próximo, en las que busca la reelección. “Mira hacia dónde están yendo estos países. Mira a nuestro Chile hacia donde está yendo. ¿Ustedes quieren esto para Brasil?”, preguntó durante una entrevista con periodistas, según consignó en esa oportunidad el portal G1 de Globo.

Para Sylvio Costa, periodista brasileño y fundador del periódico especializado Congresso em Foco, estas salidas de libreto del inquilino del Palacio de Planalto no son sorpresivas. “Bueno, Bolsonaro no tiene límites”, dice a La Tercera PM.

Pero sus ataques contra Chile, en medio de la campaña presidencial en Brasil, tienen una razón, según Costa: “Él se presenta como el ‘mesías’ que librará a Brasil del comunismo y de la corrupción, inclusive de las costumbres. Brasil no ha corrido ningún riesgo de convertirse en comunista durante décadas; el propio Partido de los Trabajadores (PT) no tiene nada de comunista. Pero la prédica bolsonarista es ésta: estamos en una América del Sur tomada por la izquierda; es necesario reelegir a Bolsonaro para evitar que el país caiga en manos de los comunistas, que, además de corruptos, quieren desviar a nuestros hijos, destruir la familia, convertir a las niñas en niños y a los niños en niñas, liberar el aborto libre, etcétera”.

“Por increíble que parezca, esta narrativa sin ninguna conexión con la realidad es retomada por millones de personas, sobre todo, por evangélicos y católicos conservadores”, agrega.

La campaña presidencial en curso en Brasil, no obstante, no ha sido el único motivo para que Bolsonaro tense la relación con Chile. En diciembre pasado, tras el triunfo de Boric en la segunda vuelta presidencial, el líder brasileño fue el último jefe de gobierno de la región en presentar un “saludo formal” al inquilino electo de La Moneda.

Recién cuatro días después que se conocieran los resultados oficiales de las elecciones chilenas, Bolsonaro saludó a Boric, atribuyendo su tardanza al descanso que se había tomado en los últimos días. “Acabé hace poco de llegar de viaje y determiné a Itamaraty (el palacio donde funciona la Cancillería brasileña) a presentar los saludos formales al Presidente electo de Chile”, señaló en la oportunidad.

Claro que Bolsonaro utilizó un tono algo displicente para referirse al resultado de las elecciones en Chile. “Prácticamente la mitad de la población se abstuvo y con la otra mitad que fue a votar (el resultado) dio el 55% por el tal Boric y un 45% por Kast”, dijo en esa oportunidad.

Pero antes que el Presidente de Brasil, el primero de los Bolsonaro en manifestar su opinión sobre el triunfo de Boric fue su hijo Eduardo. A través de varios posteos en Twitter, el diputado federal por Sao Paulo advirtió que el Presidente electo de Chile llevaría al país a una situación similar a la que Venezuela llegó con Nicolás Maduro. “Chile seguirá ahora un camino similar al de la llamada Revolución Bolivariana”, aseguró.

En marzo pasado, Hamilton Mourão, vicepresidente de Brasil, se refirió a la ausencia de Bolsonaro en la ceremonia de cambio de mando en Chile. En entrevista con La Tercera, el general retirado del Ejército aseguró que el gobernante no viajó al “debido a compromisos oficiales de agenda previamente establecidos”.

Y saliendo al paso de las declaraciones de Bolsonaro previo a la asunción de Boric, Mourão aseguró que “las expectativas sobre las relaciones bilaterales con el gobierno de Boric son las más optimistas posibles”. Algo, que, a la luz de los últimos dichos del jefe de Ejecutivo brasileño, queda, al menos, en duda.

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