Respuestas

Délano y Lavín
Los controladores del grupo Penta, Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano retirándose del juzgado en agosto de 2016.

En tiempos de incerteza y desconfianza, cuando caen instituciones y referentes antes incuestionados, las preguntas ganan en reputación mientras las respuestas caen en gran descrédito. Quisiera hacer una defensa de estas.


Se ha vuelto un lugar común decir que, en la mayoría de los ámbitos de la vida, son mejores las preguntas que las respuestas. En literatura, por ejemplo, se declara crecientemente que tal o cual libro contiene más preguntas que respuestas. Cualquier político o entrenador de fútbol puede salir diciendo "yo no tengo fórmulas", como quien ostenta una virtud, cuando es precisamente eso lo que se les pide: fórmulas, respuestas posibles a los problemas y desafíos de la competencia y la convivencia.

En tiempos de incerteza y desconfianza, cuando caen instituciones y referentes antes incuestionados, las preguntas ganan en reputación mientras las respuestas caen en gran descrédito. Quisiera hacer una defensa de estas. Porque si es por es cuestionar, llama la atención la ausencia o falta de resonancia de preguntas que caen de cajón: ¿Por qué no venden yogur de manzana? ¿Cuál fue el último libro chileno que leyó Piñera? Si un pulpo conociera a Ponce Lerou, ¿lo abrazaría? ¿Por qué al cabo de tan sólo dos años cierto disco que se dejaba escuchar tan bien, se revela tan elemental? ¿Crecerá el crecimiento? ¿No mucho? ¿Por eso tanto acento en lo social? ¿Surgirá una generación de recambio en el fútbol chileno? ¿Qué sentido tiene el PPD? ¿Comerá harto pescado Pablo Longueira? ¿Qué piensan obispos como Gonzalo Duarte del Papa Francisco?

¿Podría cobrar Eliodoro Matte las siete lucas del confort? ¿Leerá Sergio Melnick el libro de Álvaro Corbalán? ¿Irá Máximo Pacheco en la próxima presidencial? ¿Habrá candidata? ¿Se articulará una oposición convincente? ¿Se hablará en el futuro de ciudadanos, ciudadanes o ciudadanis? ¿Por qué no mejor decir para siempre ciudadanas, incluyendo en esa palabra a todos y todas, a todes?

Pero yo quería defender las respuestas. Se asume, muy a la ligera, que estas representan siempre lo cerrado, lo ortodoxo, lo homogéneo, lo autoritario. Pero a menudo, de la mano de los sobreentendidos, la ironía gruesa o la simple mala leche, las preguntas son las que más oprimen. Muchas veces, en cambio, las respuestas abren, orean y ponen en jaque, como el NO en 1988 o el gran y sonoro ¡Nooooo! que la juventud chilena le propinó a Juan Pablo II en el Estadio Nacional cuando preguntó si rechazaban al ídolo del sexo (¿qué habrán pensado los sacerdotes presentes?).

Hay respuestas incontestables. En uno de sus poemas, William Wordsworth es cuestionado por un amigo que lo pilla absorto en la naturaleza, dilapidando el tiempo ¡sin siquiera un libro en la mano! La pregunta es neoliberal y muy usual hasta hoy; la respuesta del gran ocioso inglés, en tanto, sentó la actitud base del romanticismo: "No preguntes por qué, aquí, solo… / me siento en esta piedra gris y vieja / y me paso las horas soñando".

Otras veces, las peores respuestas son las mejores, las más liberadoras. Basta con ver cualquiera de esos notables documemes de pruebas escolares en las que un niño pillado contesta con formativa chispeza: PREGUNTA: ¿Qué se acabó en 1896? RESPUESTA: 1895. Hacia el final de un partido lamentable, un famoso entrenador chileno muy gordo, al ser consultado por un jugador sobre qué hacer en los minutos restantes, respondió: "Hace la huevá que sea".

Las respuestas valen oro, mientras las preguntas se arremolinan: de no bajarse, ¿qué alegarían Burgos y Correa en defensa de Santelices, ese ministro que obstruye el aborto haciéndole verónicas a la ley? ¿Burgos milita en bicicleta o bicicletea la militancia? ¿Qué se sabe del paro en el Parque Ex Cárcel de Valparaíso?

Por último, ¿qué pasará ahora que la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía Nacional desaconsejó al fiscal Manuel Guerra llevar adelante la recalificación de los delitos en el Caso Penta, pasándolos como enriquecimiento ilícito de Pablo Wagner y no como cohecho de Carlos Alberto Délano y Carlos Lavín? ¿Qué dirá el tribunal este 13 de junio? Será una respuesta clave.

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