Tironi: "La situación del PS neutraliza su rol como fuerza opositora. No lo veo capaz de actuar como contrapeso de la DC"

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FOTO: JOSE LUIS MUÑOZ / LA TERCERA

"La situación del PS lo tiene completamente ensimismado", sentencia el sociólogo. Advierte que "pueden venir tiempos peores. Curiosamente, hay un partido que se ve muy activo, aunque tenga discrepancias internas, y que tiene una línea clara, que es la DC".


Mañana miércoles el Partido Socialista conmemora un mes exacto desde que sus militantes se volcaran a las urnas para elegir a a los integrantes de su Comité Central. Ese día comenzó a desenrollarse una tragedia política donde los tardíos y objetados resultados aún no aplacan las casi irreconciliables riñas internas. Y que tiene al colectivo desprestigiado, además, por la mácula del narcotráfico y del clientelismo en una de sus comunas.

Con la DC nuevamente optando por pactar con el gobierno sin cambiarse formalmente de bando -a propósito de la reforma tributaria-, se abre ahora el acertijo de si el PS puede seguir jugando el papel de líder del bloque, de puente con la decé y al mismo tiempo su contrapeso, o si su guerra interna lo paraliza. Mientras algunos de sus parlamentarios aseguran que el daño de imagen no los ha incapacitado, y que sus diputados tienen reuniones agendadas con tres ministros la próxima semana -los de Interior, Segpres y Trabajo, el lunes 1-, el conflicto al menos ya incomoda al resto de la oposición, partiendo por el Frente Amplio.

Eugenio Tironi ha visto al sector, llámese Concertación, Nueva Mayoría o lo que venga, festejando y mordiendo el polvo. Y de momento no cree que tenga nada parecido a tiempos mejores a la vuelta de la esquina. Tal vez después, dice a La Tercera PM.

"No tengo ninguna duda que la situación que ha vivido el PS lo tiene completamente ensimismado y neutraliza su rol como fuerza opositora. No lo veo con ninguna capacidad para actuar como contrapeso a quien lleva la batuta en la oposición, que es la DC", sentencia el sociólogo.

-En el PS algunos dicen que pueden seguir entre dos fuegos. Que pese a todo siguen haciendo su trabajo como oposición en el Congreso. Si se pone en duda la continuidad de Álvaro Elizalde, ¿se anula o amaga su papel como de cabeza del sector?

-No sólo por eso. Tienen un problema de legitimidad ante la opinión pública, y es más profundo que eso. Están muy concentrados en su cuestión interna, por muy buenos motivos. Y tampoco se los ve con propuestas muy claras. Entonces, esto le da un margen muy amplio al gobierno, a pesar de su baja popularidad, y un margen muy amplio de iniciativas a la DC.

-El gobierno aprovecha esta situación, además.

-Lógico. Ahora no tienen contrapeso. Y los ojos están puestos en eso: en esta relación media promiscua entre la DC y el gobierno. En lo que se habla en el avión presidencial. Ahí está puesta la tensión, ahí está el centro dramático.

-Ambos fueron los partidos eje de la Concertación, además. ¿Su diagnóstico es pesimista u optimista respecto a opciones de salida?

-Siempre había imaginado que esto iba a pasar en el escenario político chileno: menos estructurado en cuanto a bloques estables, fijos, rigídos. En que iba a haber mucho más flujo, más negociaciones puntuales y en torno a cuestiones específicas, mucho ir y venir. Todo, mucho más líquido que en el pasado.

-¿Está tocando fondo el bloque? ¿O cabe esperar tiempos aún peores?

-Sí, sí. Pueden venir tiempos peores. Curiosamente, hay un partido que se ve muy activo, aunque tenga discrepancias internas -eso no es lo revelante-, que tiene una línea clara, que es la DC.

-¿Cuál línea clara? ¿Salvarse a sí misma antes que hacer equipo con la oposición?

-Es asumir que forma parte de una minoría; que no tiene el gobierno. Pero que sus votos son clave para que éste pueda sacar adelante algunas de sus iniciativas; y va a hacer valer el peso que tiene -por escaso que sea- para hacer valer sus puntos, aunque sea parcial y no totalmente.

-Fuad Chahin, el presidente DC, no eligió ni el camino propio de Carolina Goic ni la alianza a todo evento con la ex Concertación. ¿Cuánto dura eso?

-Él no rompe relaciones con el resto de la oposición. Y es altamente probable que cuando llegue el momento de las elecciones hará un bloque con la oposición. Aunque creo que los bloques tampoco serán monolíticos, habrá varios acuerdos, a nivel regional y comunal.

-Las de alcalde, y sobre todo las elecciones de gobernador, son uninominales. Algunos parlamentarios creen que -pese a todo- será menos difícil hacer pactos electorales porque no son luchas con compromiso programático ni ideológico, sino que sobre poder local acotado.

-Estoy de acuerdo con eso. Es lo más probable, sí. Y a eso apuesta, es el cálculo de Fuad Chahin, porque lo que ha dicho es que tiene mucha libertad y que al final del día llegará a un acuerdo electoral.

"Los tiempos mejores para la oposición van a venir cuando llegue el tiempo de las elecciones del próximo año. Curiosamente, al bloque podría no irle mal en las municipales y de gobernadores, elecciones que son más locales, donde no importan los liderazgos nacionales y son menos programáticos. A pesar del desconcierto programático opositor, y a pesar de que le falten grandes líderes nacionales, podría no irles mal. Podrían tener un respiro", piensa.

-¿Cómo se lee que alguien como Óscar Landerretche estén probando suerte en la presidencial? ¿Qué dice eso sobre la estepa opositora en esa materia? Nadie despega y Michelle Bachelet sigue en cabeza.

-Es muy curioso. Hay un gobierno con baja popularidad, pero una centroderecha que tiene a buena parte de los principales líderes que se proyectan como presidenciables. Y eso compite con el Frente Amplio, pero todo el resto de la centroizquierda no tiene figuras a ese nivel. Hay un vacío, y eso explica lo de Landerretche, como antes explicó lo de (Máximo) Pacheco. Pero nadie se ha disparado.

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