Tras caída de China: Qué significa que India se convierta en el país más poblado del mundo

Gente consumiendo comida callejera en un puesto en Nueva Delhi, India. Foto: AP

Con una población particularmente joven, la nación de Asia del Sur tiene una ventana de décadas por delante durante la cual su “fuerza de trabajo” será más grande que sus segmentos de menores y jubilados. Una ventaja etaria que puede jugar un rol clave en el crecimiento económico del país.


Según la ONU, pasará definitivamente el 1 de julio: se espera que para esa fecha, India haya superado a China en cuanto a población, quedándose así con el título del país más poblado del mundo, si bien las cifras de China excluyen a Taiwán, Hong Kong y Macao, las Regiones Administrativas Especiales de China. Sería una diferencia de tres millones de habitantes: mientras las estimaciones de Naciones Unidas le dan para entonces a India una población de 1.428 millones de personas, China tendría 1.425 millones, según el “Informe sobre el estado de la población mundial” de este año del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) publicado este miércoles.

En el podio de las poblaciones, un muy distante Estados Unidos se lleva el tercer lugar, con un estimado de 340 millones de habitantes para julio: el informe refleja la información disponible hasta febrero de este año, y hace proyecciones del crecimiento de la población.

Para algunos expertos, este cambio trae consigo “el movimiento del punto de gravedad” de la población mundial. Desde ya, China e India, por si solos, cuentan con más de un tercio de los habitantes del planeta, que suman 8.045 millones. Esta vez, la ventaja de India es la juventud de su población, en un escenario donde los chinos son cada vez más viejos.

Hindúes y musulmanes, comprando a la salida de una mezquita en Ayodhya, India. Foto: AP

Con cerca del 2,4% de la superficie terrestre mundial, India es hoy la casa de casi un quinto de la humanidad: 1.425 millones de personas, o más que la población entera de América, África o Europa. Aunque estas comparaciones son igual de válidas para China, su superficie es casi tres veces más grande que la de su vecino del sur.

La gran diferencia entre ambos países tiene que ver con las edades y tendencias demográficas: en India, la población es joven y está creciendo, mientras que en China la población envejece y de a poco comienza a descender. Ambos momentos demográficos desafían de manera distinta a estos países, y se habla mucho de que India está en una situación similar a la que China hace tres décadas.

En 2022, 23 millones de bebés nacieron en India, mientras que China solo registró 9,5 millones, su número más bajo de recién nacidos desde 1950. Esto, sumado a más muertes, terminó significándole al gigante asiático su primera baja de población desde 1960.

India, por su parte, ha visto una baja en su tasa de natalidad, el número de recién nacidos vivos por cada mil personas: si en 2004 era de 24,1, en 2019 se quedó en 19,7. De todos modos, la tendencia en India está al alza, y se espera que el país llegue a un peak de población en la década de 2060.

Festival Rama Navami, en Ayodhya, India. Foto: AP

Pero si la cantidad de habitantes es enorme, el número de jóvenes también promete en India: más de la mitad de la población tiene menos de 30 años, con un promedio de edad de 28. China y Estados Unidos, por dar un ejemplo, tienen un promedio de 38 años. Además, casi un cuarto de los indios aún no cumple 14 años, por lo que se espera que en los próximos años cientos de millones de sus habitantes entren a “edades productivas”.

Esta ventaja etaria puede jugar un rol clave en el crecimiento económico que vea India en las próximas décadas: con casi dos tercios de su población en edad productiva -entre los 15 y los 64 años-, India podrá producir y consumir más bienes y servicios, innovar y mantenerse al día con los constantes cambios tecnológicos que ocurran. Esto, sin embargo, con la condición de que el país pueda producir un número suficiente de trabajos, en medio de una transición a una economía industrializada, lo que implicaría sacar a la gente del campo.

Los economistas hablan de un “dividendo demográfico”: una ventana que normalmente dura unas pocas décadas, y en las que un país tiene muchas más personas en edad productiva que la suma entre los menores y los más viejos, lo que potencia un crecimiento económico importante. Como está en camino a vivirlo China, esa ventana se cierra a medida que la población envejece y los costos de sus cuidados aumentan. Durante las últimas décadas, millones de trabajadores chinos migraron a las fábricas y aportaron al crecimiento del país, transformándolo en la potencia que es hoy, como la base de manufacturas más importante del mundo.

Devotos hindúes escuchando a un líder religioso en Sangam, la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y el mítico Sarawasti. Foto: AP

Con esta oportunidad a la vista, a India se le suman, sin embargo, otros desafíos: una pobreza expandida, hambre y desnutrición, la mala infraestructura sanitaria y educacional y la necesidad de transformar sus pueblos y ciudades en lugares mejores para vivir. A esto se le agrega el cambio climático, que vuelve más difícil la seguridad alimenticia e incluso el abastecimiento de electricidad, en un país que sigue siendo mayoritariamente agrícola. Para empeorar este escenario, estos últimos años se han vivido olas de calor en el país, que han causado caídas en el suministro eléctrico.

El desempleo es un tema importante en la nación, donde cerca de un tercio de la juventud no está ni trabajando ni estudiando, ni en algún tipo de formación. Solo un 5% de la fuerza de trabajo está reconocida como “formalmente capacitada”, y las escuelas y universidades indias sufren tanto por la infraestructura como por una falta de profesores calificados.

El director del Centro del Sur de Asia del Atlantic Council, Irfan Nooruddin, comentó así este cambio demográfico: “Estamos en la cúspide de la mayor transición en cuanto a población de los últimos 200 años. El centro de gravedad de donde está el mundo, eso, ha estado cambiando hace un tiempo, pero ahora está a punto de confirmarse”.

Estación de trenes en Mumbai, India. Foto: AP

Ahora bien, políticamente, el nuevo estatus de país más grande del mundo le puede servir a India para pedir un asiento permanente en el Consejo de la Seguridad de la ONU, que solo tiene 5 países en esa categoría: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China.

Nueva Delhi ya está usando su creciente poder económico para posicionarse como un actor geopolítico importante, construyendo relaciones importantes con Estados Unidos, Japón y Australia. En la otra dirección, sin embargo, le dio la espalda a la idea de sancionar a Rusia después de la invasión a Ucrania, y sigue comprándole petróleo a Moscú.

Frente a los problemas económicos de la India, se alerta sobre una probable inestabilidad, si no se llegan a crear más oportunidades para las personas. El año pasado las autoridades tuvieron que enfrentar protestas violentas en dos estados, luego de que más de 10 millones de personas postularan a 35 mil puestos de empleo otorgados por el sistema nacional de trenes.

Pase lo que pase, la población del mundo del futuro se concentrará aún más en el “Sur Global”, y no solo por India. Para 2041, de acuerdo a estimaciones del Banco Mundial, el Sudeste Asiático tendrá la mayor población en edad productiva de todas las regiones del mundo.

A nivel general, la población mundial está creciendo a su ritmo más lento desde 1950, y proyecciones anteriores de la ONU muestran que podría aumentar hasta unos 8.500 millones en 2030, frente a los 8.000 millones del año pasado, y alcanzar los 9.700 millones en 2050, antes de llegar a un máximo de unos 10.400 millones en la década de 2080 y mantenerse ahí hasta 2100, señala Bloomberg.

La ONU calcula que más de la mitad del aumento previsto de la población mundial entre 2022 y 2050 se concentrará en sólo ocho países: el Congo, Egipto, Etiopía, la India, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Tanzania.

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