Una presidencial sin Jadue o cómo se reconfigura la campaña sin el comunista en escena

FOTO: FRANCISCO CASTILLO/AGENCIAUNO

Eugenio Guzmán, Cristián Valdivieso y Roberto Izikson explican los riesgos que podría tener la incorporación del PC al comando de Boric y cómo la derrota del alcalde de Recoleta puede o no afectar a las candidaturas de la derecha y a una eventual incursión de la presidenta del Senado, Yasna Provoste.


“¿Sabía usted que Joaquín Lavín es el único candidato del sector que puede derrotar a Daniel Jadue?”. La pregunta sonaba en una encuesta telefónica que el comando del ahora exabanderado de la UDI realizó en las semanas previas a las elecciones primarias del pasado domingo.

Aquella consulta grafica el eje de la estrategia en la que sustentó su campaña Joaquín Lavín: el “factor anticomunista” como movilizador de los electores de centroderecha.

A la luz de los resultados, con Lavín ocupando el segundo lugar de Chile Vamos, a 20 puntos de distancia del independiente Sebastián Sichel, y el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, siendo derrotado por el frenteamplista Gabriel Boric por 60% versus 40%, la necesidad de reconfigurar algunas campañas parece el paso lógico.

En voz de distintos analistas, los más afectados por la salida de escena de Jadue serán Boric, debido a la necesaria incorporación del PC en su comando, y José Antonio Kast (Partido Republicano), quien -según reconocían sus cercanos- había centrado su campaña hasta ahora en competir con Jadue, apelando al anticomunismo.

Pero, además, ante el inminente anuncio de la presidenta del Senado, Yasna Provoste (DC), de sumarse a la competencia por La Moneda -cuestión que podría anunciar este viernes-, hay quienes creen que la primaria del domingo la dejó en “mal pie”, pues sin el edil de Recoleta en la contienda y con Sichel como el abanderado de la centroderecha, la parlamentaria habría quedado con menos margen para capturar votos de centro.

Según explica el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, “el principal problema lo enfrenta Provoste como una candidata alternativa de una parte de la ex Concertación, porque ella podía reconstituir este escenario atractivo para ciertos sectores de derecha o centroderecha de decir ‘yo soy la alternativa al comunismo’. Hoy en día, la ecuación Jadue está semidespejada -no diría 100% despejada- y a ella se le hace muy difícil reconstituir ese escenario, porque ya no es el problema”. Por otra parte, sostiene que “si Provoste pensaba que podía tener votos de centroderecha o de centro, se diluye más eso, porque un candidato como Sichel probó tener fuerza dentro del sector, probó ser una buena alternativa”.

En el análisis que hace el gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos de Cadem, Roberto Izikson, “tanto la primaria de Apruebo Dignidad como la de Chile Vamos se trataron sobre Jadue, y cuando digo sobre Jadue tiene que ver con su programa de gobierno, evidentemente, pero también con una combinación de estilo, forma, tono. Entonces, cuando uno dice anticomunismo hay que ser cuidadoso, porque una cosa es el programa del candidato comunista y otra es su estilo, su forma. No me parece que sería lo mismo un candidato comunista como Irací Hassler, Camila Vallejo o Karol Cariola que Jadue”, puntualiza.

Una opinión distinta expresa Cristián Valdivieso, socio director de Criteria Research, quien destaca que el alcalde de Recoleta obtuvo casi 700 mil votos, “más de lo que cualquiera de los candidatos de Chile Vamos sacó”, cuestión que, a su juicio, se debió a que “lo que logró Jadue para estar instalado en donde estaba era posarse por sobre los hombros del PC, así como en su minuto Joaquín Lavín se posó sobre los hombros de la UDI. Dicho eso, evidentemente, Jadue tuvo un mal desempeño en la campaña que terminó afectando su votación, y eso sí creo que tiene que ver con un problema de modulación, de su manejo de sus estados de ánimo, una falta de claridad respecto de cuáles eran sus rivales, un encono particular con ciertos personajes, con el periodismo, con los medios, y otros errores”. “Su modulación personal y su carácter le terminaron afectando, pero si no es por Jadue el PC no habría tenido un candidato (…). Jadue logró llegar adonde estaba, porque logró irse perfilando más allá de las fronteras del PC y se perfiló porque la ciudadanía lo puso ahí, no porque el PC lo pusiera”, sentencia.

El dilema de Boric

Los analistas coinciden en que el carácter del exabanderado comunista le afectó negativamente en su desempeño y es también un factor por el que creen que deberá mantenerse más bien alejado de la campaña de Boric, no obstante -dicen-, el presidenciable del Frente Amplio debe, sí o sí, incorporar al PC en su comando.

“Tal vez, el gran problema del PC ahora es que ya no puede darse el lujo de que el señor Jadue salga en una foto con el abogado de narcotraficantes o salir a defender a Venezuela y Cuba y, en ese sentido, eso puede debilitar la presencia del PC en esa campaña. Pero el PC no tiene otra alternativa”, plantea Guzmán. ¿La razón? Explica que si el partido que dirige Guillermo Teillier quiere tomar la fuerza que una candidatura presidencial les da a los candidatos al Parlamento, la foto con Boric será necesaria.

Valdivieso, en tanto, apunta que “Jadue tiene que mantenerse en la alcaldía, pero Boric necesita que el PC se mantenga dentro del pacto y sea parte de la campaña, porque el PC tiene hartos votos”. Asimismo, dice que “los incentivos del PC -a lo mejor no explícitos, pero implícitos- para irse o acercarse a una Lista del Pueblo van a ser importantes”, de manera que “la campaña de Boric va a tener que manejar con mucha finura los mensajes y los buenos augurios hacia el PS, pero sin acercarse físicamente a pactar con el PS en primera vuelta, porque el riesgo es que el PC se aleje por la izquierda. Ahora, el PC también tiene el riesgo de empezar a descolgarse, porque en ese escenario, probablemente Boric va a verse obligado a virar hacia la centroizquierda. Ambos se tienen que cuidar, porque si ambos se descuidan, ambos tienen incentivos para irse, uno hacia la izquierda y otro hacia el centro”.

Para Izikson, la incorporación de figuras comunistas al comando del diputado por Magallanes podría ser una oportunidad más que un peso, pues “si es que lo hace con rostros nuevos, si los rostros van a ser Irací Hassler, Camila Vallejo, Karol Cariola, por decir algunos, neutraliza los efectos del anticomunismo. Y luego, efectivamente, va a tener que tener un juego de piernas, porque Jorge Sharp ya anunció candidatura presidencial -o disposición-, por lo que parte del PC podría estar tentado a irse con la Lista del Pueblo”.

Lo que se viene

En el caso de la primaria de Chile Vamos, los analistas creen que el “factor anticomunista” terminó pesando menos de lo que el sector preveía, pues el triunfador no apeló a esa lógica en su campaña.

En ese sentido, Izikson afirma que “la primaria de derecha la ganó el que era menos de derecha”, y destaca en él que, de todos modos, “la derecha pensó que era el que tenía más opciones de ganarle”, con características como independencia y un origen que no es de la élite.

Para Guzmán, lo que ocurrió el domingo es que “los distintos sectores votaron por características de lo nuevo, lo no político, lo independiente y lo joven. Y el segundo elemento es que hay un nuevo electorado que todavía no lo tenemos muy distinguido, pero que es fuertemente en torno a grupos etarios más jóvenes, que se quedó para seguir votando. Desde ese punto de vista, van a tener que elaborarse nuevas estrategias; pareciera ser que transversalmente hay una demanda por más Estado, por más protección y que no es tan claro que sea el monopolio de un sector u otro”.

“De cara a lo que viene, creo que esta elección se va a tratar de cómo cambiamos para mejorar no cómo nos movemos o cómo nos cuidamos para no empeorar. Lo que viene para adelante va a tener mucho más que ver con la épica y con la época; con la épica del cambio y con la época del Chile postransición, un Chile que es distinto, que ya no le tiene miedo al cambio y donde la política, en términos tradicionales, queda arrinconada en relación a las causas, las identidades, la capacidad de las candidaturas de hacer a mucha gente sentirse representada en parte de las propuestas, y eso va mucho más allá del eje izquierda-derecha que, evidentemente, algo pesa, pero está por sobre eso”, concluye Valdivieso.

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