Vicepresidenta de la Comisión Europea para la Democracia y la Demografía: “Los chilenos han pedido un nuevo contrato social”

Dubravka Šuica, vicepresidenta de la Comisión Europea para la Democracia y la Demografía. Foto: Aurore Martignoni

En entrevista con La Tercera, Dubravka Šuica, encargada de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, dice sentirse “muy alentada” por los acontecimientos recientes en Chile. “Me da mucha esperanza ver cómo se ha escuchado el deseo de los ciudadanos chilenos de emprender este proceso constitucional”, afirma.


Desde mediados de abril se ha activado una plataforma online en los 24 idiomas oficiales de la Unión Europea (UE), donde los ciudadanos de los 27 Estados miembros pueden opinar y proponer reformas sobre los temas que deseen. Los resultados de estos paneles de ciudadanos se trasladarán a las sesiones plenarias de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, una instancia que en 2022 lograría conclusiones y aportes significativos respecto al futuro del bloque desde la voz de sus ciudadanos.

A cargo de organizar esta conferencia se encuentra Dubravka Šuica, vicepresidenta de la Comisión Europea para la Democracia y la Demografía desde 2019. La política croata, que anteriormente fue miembro del Parlamento Europeo de 2013 a 2019 y alcaldesa de Dubrovnik de 2001 a 2009, participará mañana vía online en la inauguración del ciclo de debates “Contrapuntos Chile-Unión Europea para el proceso constituyente”, una serie de 12 conversatorios sobre cómo las experiencias europeas pueden aportar a la conversación constitucional chilena.

El ciclo de debates es organizado por la Delegación de la Unión Europea en Chile, el Centro Interfacultades de Derecho, Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el Centro de Estudios del Futuro de la Universidad de Santiago, y el Programa de Estudios Europeos de la Universidad de Concepción. La conversación entre Šuica y los rectores de estas casas de estudios se centrará en cómo la visión y las herramientas de participación ciudadana utilizadas en la Conferencia sobre el Futuro de Europa puedan aportar en la discusión sobre las distintas opciones de participación ciudadana en el marco del proceso constituyente en Chile.

Conteo de votos de Convencionales Constituyentes en el Liceo Pablo Neruda de Temuco. Foto: Agencia Uno

En esta entrevista por escrito con La Tercera, Šuica se refiere el proceso constituyente en Chile y a los desafíos que enfrenta en la organización de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, un proyecto que considera “un ejercicio muy amplio de democracia que no se había visto nunca”.

Usted participará en el lanzamiento del ciclo de debate “Contrapuntos Chile-Unión Europea para el proceso constituyente”. En su opinión, ¿cómo observa la UE la situación actual en Chile con la redacción de una nueva Constitución? ¿Existe algún grado de preocupación?

En primer lugar, permítanme decir que Chile es un socio clave con el cual la UE comparte valores fundamentales en materia de libertad, democracia y defensa de los derechos humanos. Somos aliados en el apoyo al sistema multilateral y trabajamos juntos en la lucha contra el cambio climático, para preservar nuestros océanos y para el cumplimiento de la Agenda de desarrollo sostenible.

En este contexto, y ahora que hemos iniciado nuestro propio proceso -sin precedentes- de democracia deliberativa a gran escala con nuestros ciudadanos en la Unión Europea, me siento muy alentada por los acontecimientos recientes en Chile. Pareciera ser que los ciudadanos chilenos están pidiendo oportunidades para tener una mayor participación en la formulación de políticas y el futuro de su país. Es evidente que existe un deseo de cambio que busca lograr una mayor igualdad y un mejor pluralismo.

Los ciudadanos europeos también han pedido una mayor participación en la toma de decisiones, más allá de las elecciones a nivel de la UE. La Conferencia sobre el Futuro de Europa es nuestra respuesta a este llamado. El progreso realizado en nuestras sociedades de la Unión Europea se logró con esfuerzo y debemos proteger nuestros logros. La democracia no se puede dar por sentada y debemos trabajar arduamente para preservarla y asegurar que la política evolucione junto con las necesidades, los sueños y las aspiraciones de nuestros ciudadanos. Está claro que la política ya no puede seguir funcionando como lo ha hecho hasta ahora.

Me da mucha esperanza ver cómo se ha escuchado el deseo de los ciudadanos chilenos de emprender este proceso constitucional. Desde nuestra propia experiencia en la Unión Europea, los ciudadanos deben permanecer al frente y en el centro de este proceso.

Las charlas en este ciclo de debates buscan generar espacios de discusión sobre cómo las experiencias europeas pueden contribuir a la conversación constitucional chilena. ¿Qué proceso constituyente europeo cree usted que sería el más similar al que se está realizando en Chile?

En lo que respecta al compromiso de los ciudadanos, sin duda podemos establecer paralelos con la Conferencia sobre el Futuro de Europa, en la que nos centramos en crear un espacio para que los ciudadanos debatan y deliberen entre sí y con sus representantes electos.

La Conferencia sobre el Futuro de Europa abre un nuevo camino hacia un compromiso genuino con nuestros ciudadanos. Es un espacio público para que expresen sus preocupaciones, sus ideas, sueños y esperanzas. El pueblo europeo está deliberando e interactuando entre sí y con los responsables políticos para dar forma a la futura Unión Europea que quieren. La inclusión, la transparencia y la diversidad son el hilo conductor en este emprendimiento y puedo ver que el proceso chileno se guía por principios similares.

Queremos llegar a los ciudadanos donde quiera que estén. A través de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, y especialmente a través de la Plataforma Digital Multilingüe lanzada el 19 de abril, los ciudadanos de todo el mundo ya han comenzado a deliberar e interactuar entre sí y con los responsables políticos para dar forma a la futura Unión Europea a la que aspiran.

Nos interesa llegar a quienes no suelen relacionarse con nosotros. Quiero escuchar a aquellos que son críticos o escépticos del proyecto europeo. Creo que esta es una parte extremadamente importante de nuestro proceso: si no hablamos con quienes se sienten dejados de lado en nuestras sociedades, no lo lograremos.

En términos simples: queremos intercambiar activamente con todas las personas, de todas las edades, de todos los niveles de la sociedad. Creo que es aquí donde hay sinergias evidentes entre la experiencia europea y la conversación constitucional chilena.

Inicio del sellado de urnas en la Escuela Grecia tras la primera jornada de las elecciones municipales, de gobernadores y convencionales constituyentes el 15 de mayo, en Valparaíso. Foto: Agencia Uno

Antes del plebiscito para iniciar el proceso constituyente, en octubre de 2020, una de las principales discusiones en torno a la nueva Constitución fue la inclusión de los derechos sociales. ¿Deberían constitucionalizarse los derechos sociales?

Los derechos sociales en la Unión Europea son principalmente competencia de los Estados miembros, y las instituciones de la UE guían y apoyan estos esfuerzos siempre que sea posible o necesario. Hemos adoptado recientemente un nuevo Plan de Acción para el Pilar Europeo de Derechos Sociales, que busca construir mercados laborales más justos y que funcionen mejor, así como buenos sistemas de bienestar en beneficio de todos los europeos.

Los derechos sociales son los vectores clave para sociedades equitativas y justas, donde todos tienen un comienzo igual en la vida. Como tales, son indispensables para el buen funcionamiento de las democracias. Los chilenos han pedido un nuevo contrato social para su país.

Si bien no me corresponde prescribir lo que debiera incluir la Constitución de Chile, no puedo sino enfatizar que los ciudadanos deben ser escuchados, sus necesidades consideradas, sus ideas tomadas en cuenta y, lo que es crucial, deben poder ver los resultados tangibles de sus esfuerzos al haberse involucrado, de manera que resulta necesario un sólido mecanismo de retroalimentación con acciones claras a las que dar seguimiento.

Además, cuando sus ideas no se tomen en cuenta -y esta es ciertamente una opción ya que pudiera ser que no todas las ideas resulten factibles o incluso prácticas- entonces merecen una explicación. De esto depende finalmente la legitimidad de todo este proceso.

Usted está a cargo de la organización de la recientemente inaugurada Conferencia sobre el Futuro de Europa, una instancia en la cual, durante un año, los habitantes de la Unión Europea pueden opinar y proponer reformas sobre los temas que deseen. “Este es un ejercicio de democracia muy amplio, nunca antes visto”, según sus propias palabras. ¿Por qué decidió la UE iniciar este proyecto?

Los ciudadanos europeos están ansiosos por tener una mayor participación en la democracia, más allá de las elecciones. Está claro que la política ya no puede seguir funcionando como antes. La Conferencia es nuestra respuesta a ese llamado.

Creo genuinamente que podemos restaurar la fe. No será fácil. Sabemos que muchos ciudadanos están sufriendo y están decepcionados, han sufrido grandes pérdidas, a nivel personal y profesional, a medida que salimos lentamente de la pandemia del Covid-19. La necesidad de reconciliar a nuestros ciudadanos con el proyecto europeo nunca ha sido más urgente que ahora. Pero esto también significa que nosotros, a nivel institucional, debemos ser valientes y no rehuir las discusiones difíciles. Necesitamos escuchar y hablar con quienes se sienten dejados de lado por el proyecto europeo, que no creen ni confían en él.

Necesitamos involucrar más a los ciudadanos en nuestra formulación de políticas, más allá de pedirles su voto cada cuatro o cinco años en las urnas. Además, debemos seguir protegiendo el espacio para que las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación independientes fortalezcan nuestras sociedades democráticas, en particular nuestra democracia representativa.

Habiendo sostenido ya muchos diálogos con los ciudadanos, creo que la Conferencia sobre el Futuro de Europa tiene un papel clave que desempeñar en la construcción de una Unión más eficaz, más sana y genuinamente fuerte, que sea más cercana a sus ciudadanos, de todas las generaciones. Una participación más amplia en todos los niveles de la formulación de políticas es parte de nuestra respuesta para hacer que nuestra democracia sea más receptiva, más resistente y, de hecho, más accesible.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, participan en una conferencia de prensa al final de la cumbre de la UE en Bruselas, el 25 de mayo de 2021. Foto: Reuters

¿Cuál es el alcance de este proyecto? ¿Cómo piensa implementar las reformas propuestas por los ciudadanos europeos?

Permítanme explicar cómo los ciudadanos pueden participar a través de una plataforma digital multilingüe, los paneles de ciudadanos europeos y las plenarias de ciudadanos. Permítanme enfatizar que cualquier persona, en cualquier lugar, puede organizar eventos bajo el paraguas de la Conferencia, siempre que respete los principios del Estatuto. Según este Estatuto, los organizadores de eventos deben adherirse a una serie de principios que garanticen un enfoque inclusivo, respetando los valores fundamentales de la UE, y absteniéndose de toda desinformación y discurso de odio.

También estamos animando a todos los Estados miembros de la Unión Europea a organizar paneles nacionales de ciudadanos, del mismo modo que los estamos organizando a nivel europeo.

Las reflexiones en la plataforma proporcionarán una base para las deliberaciones en los paneles de ciudadanos europeos. Todas las actividades de la plataforma se analizarán periódicamente y se preparará informes para alimentar los paneles de ciudadanos europeos y las sesiones plenarias de la Conferencia. Habrá cuatro paneles de ciudadanos europeos. Cada panel estará compuesto por 200 ciudadanos y garantizará que se incluya al menos una ciudadana y un ciudadano por Estado miembro.

Los ciudadanos serán elegidos al azar para los paneles. Serán representativos de la diversidad de la UE, en términos de origen geográfico, género, edad, antecedentes socioeconómicos y nivel de educación.

Los jóvenes de entre 16 y 25 años constituirán un tercio de cada panel. Esto es potencialmente de interés para su proceso, ya que los jóvenes chilenos parecen estar muy comprometidos. Esto es algo importante. El futuro le pertenece a nuestros niños y jóvenes. También nos aseguraremos de incluir a personas de zonas urbanas y rurales.

La tercera parte son los Plenarios de la Conferencia, donde se sumarán representantes regionales, nacionales y europeos, así como la sociedad civil. Hemos incluido una regla según la cual la composición del Plenario de la Conferencia respetará la paridad de género. Sé lo sensibles que son los chilenos en esta materia y esto también nos inspira.

El lanzamiento de la plataforma fue un hito clave, ya que el objetivo general de la Conferencia es empoderar a los ciudadanos y a la sociedad civil para dar forma a las políticas de la UE, y es precisamente lo que esta plataforma les permite hacer.

A través de esta plataforma, los ciudadanos y todas las demás partes interesadas pueden transmitir sus propuestas, comentar las propuestas de otras personas y organizar eventos (virtuales y, cuando sea posible, presenciales o híbridos).

Todas las contribuciones de eventos locales, paneles de ciudadanos europeos y plenarias de conferencias se comparten en la plataforma. Para apoyar las deliberaciones, habrá nueve temas clave para el debate y la deliberación. Estos abarcan desde el cambio climático hasta la justicia social y el empleo. Hemos creado además una “caja abierta” para los ciudadanos que también quieran participar en otros temas de interés.

Finalmente, esperamos reconectarnos con nuestros ciudadanos y reconstruir su confianza. Queremos restaurar y fortalecer la fe en el proyecto europeo y crear una nueva visión de Europa que todos podamos compartir.

Banderas de la Unión Europea ondean fuera de la sede de la Comisión de la UE en Bruselas, Bélgica, el 5 de mayo de 2021. Foto: Reuters

En un seminario reciente, usted señaló que “la democracia no es estática, debe evolucionar constantemente y este es el lugar donde podemos hacerlo juntos”, refiriéndose a la Conferencia sobre el Futuro de Europa. ¿Cree usted que este tipo de instancias, donde se considera la opinión del ciudadano común, se hará cada vez más habitual?

Ninguna democracia es inmune a la reincidencia. Es vital que nosotros, tanto los responsables políticos como los ciudadanos, revisemos constantemente nuestros mecanismos democráticos para ver cómo podemos mejorarlos, incluso de abajo hacia arriba. La democracia se enfrenta a desafíos desde muchos ángulos y en muchos niveles, incluso a nivel local, regional y nacional. La gente se está sintiendo dejada de lado y esto crea un vacío. Sin embargo, a la política, como a la física, no le gusta el vacío y debemos prestar atención para asegurarnos de que ese vacío no se llene de narrativas que inicialmente pueden parecer atractivas, pero que en realidad socavan nuestra democracia.

No podemos abordar los nuevos problemas con antiguas formas de ver el mundo. Necesitamos una democracia adecuada para el futuro. Entendemos que la confianza de los ciudadanos en la democracia no puede ni debe darse por sentada. Los ciudadanos han estado pidiendo una mayor participación en la formulación de políticas y debemos escuchar este llamado. Esto contribuirá a reforzar la democracia representativa en la Unión Europea hoy y a futuro.

Si bien se espera que la Conferencia sobre el Futuro de Europa concluya en marzo de 2022, el proceso deliberativo no termina ahí. Las instituciones comenzarán su labor de seguimiento a las recomendaciones formuladas por la ciudadanía. Para nosotros, esta conferencia no es un evento único. Es el comienzo de una forma diferente de dar forma a la política en la UE: junto con nuestros ciudadanos.

Según algunas de las conclusiones del último Eurobarómetro elaborado por la Comisión Europea, solo el 21% de los europeos dice confiar en los partidos políticos. ¿A qué atribuye este fenómeno?

Europa atravesó una serie de desafíos en la última década. Hemos visto cómo aumentaba la brecha entre los responsables de la toma de decisiones y los ciudadanos, y vimos que la gente se sentía abandonada por el proyecto europeo, por la globalización y al final culpaba a la democracia. Nuestras sociedades tampoco fueron inmunes a las narrativas populistas y divisivas. Necesitamos reconocerlo y dar un paso proactivo hacia nuestros ciudadanos.

Los procesos políticos que no son inclusivos terminan por debilitar la sociedad. Y la inclusión significa escuchar todas las opiniones, incluidas las que son críticas o escépticas. Si queremos lograr la participación ciudadana activa, siempre debe incluirse el pensamiento crítico y la deliberación, reflejando así una amplia gama de puntos de vista.

Esto también significa que debemos acoger las críticas y las conversaciones difíciles. Significa que las instituciones también deben asumir responsabilidades. Sobre todo, necesitamos reconciliarnos y reconectarnos con nuestros ciudadanos. Y debemos ser pacientes. Pero estoy convencida de que podemos restaurar la confianza en la política y nuestra democracia, y construir un futuro en el que nadie se sienta dejado de lado. Me imagino que esto es aplicable tanto en la Unión Europea como en Chile.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.