Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

Aprovechando que en Santiago las altas temperaturas parecen no querer abandonarnos, decidí almorzar al aire libre. Y qué mejor lugar para hacerlo que en este restaurante emplazado en el extremo oriente del -cada día más consolidado- Parque Bicentenario. Para mi sorpresa, aunque llegué temprano, el restaurante ya estaba totalmente ocupado y con las mesas vacías restantes reservadas, por lo que no me quedó otra que aceptar utilizar unas incomodísimas mesas (más bien sus sillas) ubicadas a la entrada del restaurante. Aún así, la vista seguía siendo perfecta.

Mientras me refrescaba con un agua mineral sin gas ($2.200) revisé la amplia carta, que incluye pescados, mariscos, carnes y pastas con toques nacionales, pero también peruanos. Al final, me decidí por un Arroz Mar y Tierra ($13.900). Para beber -y tras revisar su interesante carta de vinos- opté por una copa de Pinot Noir de Leyda ($5.900). Para la espera llegó una especie de pebre pasado por procesadora -¿por qué actualmente tantos restaurantes le hacen el quite a poner la salsa original con sus verduritas picadas?- y un pequeño pan que tenía toda la pinta -además de textura y gusto- de ser de esos de masa precocida. Pronto llegaría el plato, el que al momento de pedirlo me lo imaginé más bien en formato -o estilo- paella. Sin embargo, para mi sorpresa, se trataba de una preparación en clave chaufa, a lo peruano. Me explico. Era un arroz ya cocido, mezclado al sartén con pequeños dados de filete y pollo más trocitos de pulpo y un par de camarones, además de cubitos de pimiento y tiras de omelette con su correspondiente toque de soya y tres hojas de pak choi. De sabor agradable, hay que reconocerlo, pero demasiado suave para mi gusto. Por otra parte, un consejo gratis: sería aconsejable explicar de mejor manera la preparación en la carta para así no terminar con un plato que no es lo que se creyó pedir. Mención aparte para la copa de vino, que debí pedirla no una sino que dos veces, por lo que terminó llegando cuando casi finalizaba de comer el arroz.

Sin ánimo de postre, pedí un espresso ($2.700) y la cuenta. Sería injusto decir que comí mal en Mestizo, porque en términos generales estuvo bien. Sin embargo, desde las incomodísimas sillas (habiendo una barra completa sin usar y llena de copas) hasta el olvido de la copa de vino, los detalles que se les pasaron fueron demasiados y terminaron arruinando la experiencia completa. Así las cosas, uno acaba recordando más la linda vista del lugar que lo que comió y bebió.

CONSUMO TOTAL

$24.700

DIRECCIÓN

Avenida Bicentenario 4050. Teléfono 968437146, Vitacura.

HORARIO

Lunes a domingo, 12:30 a 16:30 hrs. y 18:30 a 22 hrs.

ESTACIONAMIENTO

En la calle.

PÚBLICO

Apto para todas las edades.

EVALUACIÓN

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Calificaciones:

✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver