Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

Hace rato que le tenía ganas a este restaurante de tintes coreanos y especializado en pollo frito. Alguna vez los visité en su local de Patronato y no me pareció mal. Sin embargo, su sucursal de la calle Santa Magdalena -en Providencia- me llama la atención por estar siempre repleta de gente e incluso con filas de personas esperando en su interior. Por lo mismo, cuando para mi sorpresa hace unos días los pillé semivacíos una tarde, no dudé en entrar.

Revisando su carta noté que tenían contres fritos y con verduras, aunque me explicaron que prácticamente nadie los pide porque simplemente no conocen esa parte del pollo. Así las cosas, pregunté por el plato más pedido del restaurante: pollo frito agridulce. Y fue justamente lo que pedí. Tanta gente no puede estar equivocada, pensé. Aunque claro, me fui por la opción deshuesada ($16.500), porque aún cuando aquí ofrecen unos guantes de plástico transparente para comer el pollo con las manos, simplemente no estaba de ánimo para tanta faena.

Y como alguna vez me enseñaron que donde fueres haz lo que vieres, de acompañamiento pedí papas fritas ($4.900) más una limonada ($4.900). Curiosa limonada. Primero, porque tal como me indicó el garzón, estaba preparada con agua con gas. ¿La verdad? No quedaba nada de mal. Sin embargo, el problema es que la sirvieron en una botella larga -no en un vaso- y con una bombilla que poco servía. Al final no me quedó otra que pedir… un vaso. ¿Y el pollo frito? Que demoró en llegar, algo seco y con muy poco sabor agridulce, salvo los trozos que tenían un poquito de piel crocante del pollo. ¿Las papas? De esas congeladas, una verdadera decepción para un local que -se supone- está especializado en frituras. Al final, lo mejorcito del almuerzo fue la limonada. Además, hay que reconocer que las porciones eran gigantes, por lo que dos personas comían perfecto con lo que pedí.

Ahora bien, mientras esperaba la cuenta miré a mi alrededor y noté que -salvo una señora que almorzaba con su hija o nieta- yo era por lejos el más viejo del restaurante. Había pantallas con videos musicales -supongo- coreanos y en las mesas lo que primaba era juventud adolescente a alto volumen, ropa en tonos rosados y calcetas blancas muy largas. En una de esas, más que problemas de cocina aquí el tema fue generacional y simplemente no encajé. Como sea, ganas de volver no me quedaron. Aunque esos contres fritos me siguen dando vueltas en la cabeza.

CONSUMO TOTAL:

$26.300

DIRECCIÓN:

Santa Magdalena 163, teléfono 232852490, Providencia.

HORARIO:

Lunes a sábado 10 a 23 hrs. Domingo 11 a 20 hrs.

ESTACIONAMIENTO:

No tiene.

PÚBLICO:

Todo público.

EVALUACIÓN:

✮✮

Calificaciones:

✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver