El futuro que espera a la “generación pandémica”

¿Cuánto afectará a niños y jóvenes el haber vivido más de un año en un contexto de encierro? Las proyecciones hablan de un grupo dependiente de lo digital y con menos capacidades de enfrentar contextos sociales. ¿Lo positivo? Mayor valoración por el ahora y el otro.


En 1951 el escritor Isaac Asimov publicó un cuento de ciencia ficción titulado The Fun They Had (La diversión que tenían) ambientado en el año 2157, que relata cómo unos niños que aprenden individualmente en casa a través de un profesor mecánico, encuentran un libro que describe una época cuando se estudiaba con otros en un lugar llamado escuela.

En el cuento los protagonistas hablan sobre cómo debe haber sido estar junto a una persona real como profesor y “la diversión que tuvieron” esos niños y niñas al aprender con otros.

Si bien son muchas las incógnitas que se tienen sobre los efectos de estos meses en las generaciones más jóvenes, ya se habla de una “generación pandémica”, similar al relato de Asimov, con YouTube, Zoom y Meet en vez del colegio.

“Hasta aquí hubo muy pocas oportunidades para el desarrollo de habilidades sociales. Si niños y jóvenes están frente a una pantalla, cómo lidian con la resolución de problemas sociales o de interrelación”, se pregunta Jorge Gaete, psiquiatra y codirector del Centro de Investigación de Salud Mental Estudiantil de la Universidad de los Andes. Por eso, advierte que si los jóvenes y sobre todo niños no practican la regulación o la empatía, “van a ir generando ciertos retardos, especialmente los más pequeños, de prekinder a 2° básico, en su construcción de primeros elementos de habilidades de autorregulación y manejo de emociones”.

De hecho, expone que esto podría traer a futuro “dificultades en la convivencia escolar, aumentos de bullying, ansiedad social y cómo me desenvuelvo con otros. Vamos a tener impactos en la salud mental, en temas de ansiedad y ciertos temores en la población más pequeña”.

FOTO: PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA

Pedro Acuña, presidente del Colegio de Psicólogos de Chile, aporta otra mirada y señala que “los jóvenes ya tenían esta costumbre de mucha red social sin necesidad presencial” y que los efectos no van a estar marcados solo por la pandemia, sino que en la reacción que han visto en sus padres. “Hay que considerar que jóvenes y niños tienen mejor capacidad de adaptación y a los adultos nos afectó más”.

“Va a haber marcas negativas y positivas, como entender cuál es la importancia de relacionarnos con las personas hoy, no mañana. En las consultas percibo que se va entendiendo la importancia de ciertos aspectos que estaban perdidos, por eso digo que mucha gente y esta generación puede salir fortalecida”, añade.

Sobre lo negativo, aventura que si no se empieza desde ya a tratar el desorden que ha generado la pandemia, se va a ver “gente con depresión, patologías relacionadas a los estados de ánimo y más presencia de angustia. También nos hemos despreocupado del sueño y van a aparecer trastornos”.

En el año 2157, según el cuento de ficción de Isaac Asimov, los niños aprenderán individualmente en casa a través de un profesor mecánico, algo similar a lo que ocurre hoy.

Desde la óptica de la educación, María Victoria Peralta, Premio Nacional en 2019, expone: ”El mundo se cerró, pero si vemos lo positivo hay otros aprendizajes, quizás más necesarios que los tradicionales que están en los libros. Aprendizajes de valores, de felicidad, bienestar, afecto, de preocuparse de los demás y de la naturaleza, que le pueden jugar a favor a esta generación”.

Generación pantalla

Si algo caracterizará a quienes vivieron la pandemia es el uso de la pantalla.

Jorge von Marées, sociólogo de la Universidad Católica, analiza: ”Se sabía que la generación nacida después de 2010 iba a ser la primera 100% digital, pero hoy no solo tenemos la digitalización de las redes sociales, sino que la atomización de las relaciones físicas”. Por eso, asegura, lo digital pasó a ser lo basal y por ende, esta generación puede desarrollar competencias para un mundo donde no necesariamente la relación física es lo esencial, sino que el cómo se desenvuelve en la realidad digital. “Esto muy probablemente genere nuevos trastornos que aún no conocemos”, dice.

Humberto Soriano, pediatra de la UC, es tajante: ”En la consulta veo niños más gordos, adictos a la pantalla, vienen alterados. Hay que sacarlos de ahí y volverlos al colegio lo antes posible”. Explica que si esto no ocurre, las consecuencias podrían ser graves.

El psiquiatra Gaete señala que “las pantallas han generado muchas dificultades para los desafíos sociales, porque si algo no anda bien los niños o jóvenes llegan y apagan la pantalla y qué haces con eso. Si solo practicas con tus hermanos de 4 años las habilidades sociales, qué oportunidades tienes para desarrollarlas”.

Advierte, además, sobre los riesgos de las horas de exposición a las pantallas: “Cuando hablo con una persona por video o teléfono estoy imaginando cuál es la cara del otro y su comunicación corporal. Cuando tienes esa relación cara a cara ves al otro, ganas mucha información y el cerebro se cansa menos”.

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