Fujimori/ Castillo: Las estrategias de los candidatos peruanos a un mes del balotaje

Los candidatos presidenciales Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, y Pedro Castillo, de Perú Libre, saludan a sus partidarios antes de un debate en Cajamarca, el 1 de mayo. Foto. Reuters

La líder de Fuerza Popular ha ido avanzando en los sondeos y se encuentra solo a cinco puntos del candidato de Perú Libre de cara a la segunda vuelta del 6 de junio. Mientras Keiko Fujimori ha buscado desmarcarse del fujimorismo, Pedro Castillo hizo una alianza con la izquierdista Verónika Mendoza.


Cuando falta poco menos de un mes para que se realice la segunda vuelta de las elecciones en Perú, el próximo 6 de junio, la candidata Keiko Fujimori sigue acercándose a su rival Pedro Castillo y la diferencia en la intención de voto se redujo a cinco puntos porcentuales.

Así lo dio a conocer ayer un sondeo de la encuestadora Datum, publicada por el diario Gestión, que señala que el respaldo a la líder de Fuerza Popular avanzó a un 36%, mientras que el apoyo al candidato de Perú Libre, un profesor de primaria y exlíder sindical, se redujo a un 41%. La diferencia entre ambos era de nueve puntos porcentuales en un sondeo previo difundido el 30 de abril. Ahora la intención de voto de la hija del encarcelado exmandatario Alberto Fujimori aumentó dos puntos y Castillo perdió dos.

Otros sondeos publicados antes también habían mostrado que la ventaja se acorta de cara a la segunda ronda electoral, en la que los votos de los indecisos son clave para definir la presidencia. En ese sentido, la encuesta de Datum reveló que el porcentaje de peruanos que no sabe por quién votar o que anulará su boleta de sufragio se mantuvo en un 22%.

La candidata presidencial Keiko Fujimori saluda a sus partidarios en un mercado de frutas y verduras, en Lima. Foto: Reuters

Fujimori subió en todas las regiones del país, excepto en Lima, que concentra la mayor plaza electoral, donde el respaldo se redujo a 48% desde un 50%. En tanto, a nivel de estratos sociales, la candidata de derecha sigue fuerte en los sectores considerados mas ricos y el postulante de izquierda en los sectores más pobres.

En la carrera electoral peruana está lo que llamo la guerra de los antis. Keiko Fujimori se enfrenta al antifujimorismo que es muy fuerte, ella contribuyó mucho en estos años a eso. Y Pedro Castillo se enfrenta al anticomunismo, a la antiestatización, que también tiene mucho rechazo en Perú. En esa confrontación, inicialmente él ganaba porque era un personaje poco conocido que surgió súbitamente al final de la campaña de primera vuelta. Pero ahora que ya se le conoce un poco más, el anticomunismo y antiestatismo comienza a crecer y el antifujimorismo comienza a ceder, porque es una disyuntiva entre esos dos antis. El anti que sea más fuerte va a perder y el anti que ceda va a ganar. Entonces en esa correlación, que no es de ellos mismos sino que la hacen los electores, allí va teniendo avances Keiko, ha acortado las ventajas. Entonces, ella ha avanzado”, explicó a La Tercera el director de la encuestadora Vox Populi, Luis Benavente.

El sábado pasado, ambos candidatos se enfrentaron por primera vez en una suerte de debate improvisado en la plaza de armas de la ciudad agrícola de Chota, de 47.000 habitantes, en la región de Cajamarca, donde nació y vive el candidato de izquierda, 900 km al norte de Lima. En el encuentro ambos contendores coincidieron en prometer vacunas de Rusia mientras el país sufre su peor fase de la pandemia, pero cruzaron ataques por sus profundas diferencias ideológicas. El estudio de Datum mostró que para un 44% de los peruanos ganó el debate Fujimori, de 45 años; mientras que para un 32% venció Castillo, de 51 años.

Los debates en general, no solo el debate del sábado pasado, son un campo favorable a Keiko Fujimori, ella tiene mucha más facilidad en la discusión pública en la oratoria, en los medios. Pedro Castillo es muy escaso en su oratoria, en su discurso, comete muchos errores cada vez que habla. Él es consciente de eso, por eso evade las entrevistas y el debate. Respecto al debate mismo, ella tuvo un desempeño mucho mejor, lo ha arrinconado, ha aparecido la imagen simbólica de ella yendo desde Lima, atravesando todo Perú, para encontrarse con su adversario político. El debate está teniendo un peso bastante fuerte en la decisión de voto”, añadió Benavente.

Pedro Castillo, de Perú Libre, y la excandidata presidencial de Juntos por el Perú, la izquierdista Veronika Mendoza, levantan la mano durante una reunión en Lima, el 5 de mayo. Foto: AFP

Moderación del discurso

La prensa peruana ha señalado que la estrategia de Keiko Fujimori en la campaña de cara a la segunda vuelta ha sido desmarcarse de cierta forma del fujimorismo. Es más, la líder de Fuerza Popular ha dicho que, de llegar a la presidencia, su gabinete ministerial estaría conformado por personas que no son fujimoristas y ha enfatizado que conservará el modelo económico y que mantendrá la economía.

“En el caso de Keiko hay algunos lineamientos estratégicos como el tema que mencioné, el anticomunismo, eso a nivel de mensaje, de discurso. Creo que ese es un elemento claro que se ha visto en esta campaña”, advirtió Benavente.

Expertos citados por el diario La República, señalan que ha sido posible también observar una moderación en el discurso de Fujimori. Para la politóloga Paula Távara, que fue consultada por el periódico, la candidata se ha demorado en hacerlo en comparación con Castillo y asevera que tiene un problema de credibilidad y legitimidad.

Aún se equivoca con la autocrítica y, ahora, decir que vas a tener un gabinete no fujimorista, nadie lo cree. ¿Qué pasa si ese premier es alguien de las mismas ideas de derecha que siguen representando para los votantes de Castillo más de lo mismo? No cambiaría su discurso. El gran problema de ella ya no es su padre, sino su legitimidad”, comenta Távara.

La experta estima que en el caso de Fujimori su estrategia de moderarse no alcanzaría, por ahora, para llegar a la presidencia. Tampoco funcionarían sus propuestas de cambio debido a la baja credibilidad que mantiene.

Los candidatos presidenciales de Perú Keiko Fujimori del partido Fuerza Popular y Pedro Castillo del partido Perú Libre, asisten a un debate de candidatos presidenciales, en Cajamarca, Perú, el 1 de mayo. Foto: Reuters

“Esa garantía aún es tibia y poca para lo que ella necesitaría. La tiene bien difícil. Ha prometido más de una vez cambios y no los ha cumplido. Eso debe venir acompañado de algunas acciones que intenten reforzar su palabra”, añade.

Castillo, por otro lado, no tiene un panorama muy fácil. Así, en un afán de ampliar su respaldo, el candidato de Perú Libre ha tomado distancia del secretario general de su partido, Vladimir Cerrón, y del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. De igual forma, ha desautorizado a otros miembros de su agrupación para hablar de un eventual gobierno suyo.

El miércoles en la noche, Pedro Castillo firmó un acuerdo político con la excandidata de la coalición Nuevo Perú-Juntos por el Perú, la izquierdista Verónika Mendoza, para “cerrarle el paso a las fuerzas autoritarias y corruptas”, en referencia a Fujimori. La alianza fue denominada “Por la refundación de nuestra soberanía, justicia e igualdad”. Así, Mendoza ha mostrado su apoyo a la candidatura de Castillo con el objetivo de “poner freno a la mafia de la corrupción” y para “construir una patria nueva”.

“Los votantes de Verónika Mendoza sin que ella haga nada o diga nada, deciden por quién votar, sin que el líder les diga. Creo que la mayor parte de los votantes de Verónika ya habían decidido darle el voto a Castillo. Tiene un efecto simbólico porque ella tiene una mejor imagen que Castillo y en el espectro ideológico no está tan al extremo como Castillo. Podría tener un efecto simbólico ya que algunos indecisos se inclinarían por Castillo al considerar que Verónika avala a Castillo”, señaló Benavente.

El experto indicó que hasta ahora no ha visto “mucho profesionalismo en la campaña del candidato de Perú Libre, ni en la primera vuelta como en la segunda”. “Él se vio favorecido por circunstancias que fueron favorables a su candidatura, pero no veo claramente en su accionar una campaña con objetivo estratégicos claramente definidos. No se logra ver la estrategia. Es un candidato un poco tímido, lo que es un contrasentido. Un candidato tiene que ser alguien que proyecta una imagen, un discurso, una propuesta a un país, a una sociedad y lo tiene que hacer con mucha seguridad. No es el caso de Castillo”, concluyó.

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