El nuevo impulso de la telemedicina

ILUSTRACIÓN: CÉSAR MEJÍAS


La crisis sanitaria del Covid-19 ha evidenciado la importancia de innovar en el área de la salud, para responder a las dificultades expuestas por el distanciamiento social, la necesidad de detectar el virus a tiempo y la baja disponibilidad de suministros básicos para la prevención del contagio y la propagación. En este contexto, la pandemia ha generado un fuerte impulso en el desarrollo de tecnología específica para el desarrollo de soluciones de salud que permitan la continuidad de diferentes tratamientos y atenciones médicas a distancia, así como la creación de entornos públicos más seguros para las personas. Es paradójico que una pandemia haya sido una oportunidad para el despegue de la telemedicina, pero durante este tiempo se ha hecho evidente la importancia de la digitalización de consultas y soluciones médicas que pueden realizarse de manera remota, pensando en aquellos pacientes que necesitan continuar con sus tratamientos o conseguir medicamentos con receta médica en un contexto que exige quedarse en casa. Desde el comienzo de esta crisis, esta práctica ha dado pasos agigantados y se ha desplegado exitosamente en el mundo público y privado. Según datos de Global Market Insights, se proyecta que el mercado global de la telemedicina, actualmente avaluado en US$38,3 billones, crezca a US$175 billones al 2026, potenciado por el desarrollo de las redes de telecomunicación, oportunidades en zonas aisladas y la evolución del coronavirus. En el caso de la implementación de medidas sanitarias, el uso de dispositivos tecnológicos también ha incrementado y su habilitación será crucial en el inminente desconfinamiento. Un ejemplo de esto son las cámaras térmicas, capaces de registrar la temperatura de miles de personas en pocos minutos, con el objetivo de detectar individuos con fiebre y controlar su acceso a edificios y hospitales. Éstas ya han sido instaladas en el aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago y el Terminal de buses San Borja, como un complemento a las aduanas sanitarias establecidas. Hoy como compañía estamos trabajando en su implementación en nuevos puntos de la capital y su uso en espacios públicos se proyecta a corto plazo, sobre todo pensando en disminuir el riesgo de propagación de esta enfermedad que ha transformado totalmente nuestra cotidianidad. Y, en la medida que evolucione la tecnología surgirán nuevas soluciones. En el futuro, las redes 5G serán habilitadoras en el campo de la salud gracias a una disminución significativa de la latencia en la transmisión de datos. Este aspecto técnico será fundamental, ya que permitirá que en los próximos años la cirugía a distancia sea una realidad y los médicos puedan controlar equipos que están a cientos de kilómetros de distancia. Con el despliegue del 5G también veremos la masificación del Internet de las Cosas, sensorización que dará paso, por ejemplo, a las ambulancias inteligentes, las cuales fomentarán el desarrollo de la Inteligencia Artificial, permitiendo que el paciente cuente con un diagnóstico antes de llegar al recinto hospitalario. El Covid-19 nos ha puesto en un escenario muy incierto, pero es indudable que también está siendo el gatillante de una nueva ola de innovación en el campo de la salud, en donde la integración tecnológica avanzará en forma acelerada, incorporando las lecciones y falencias del sistema actual, desatando un potencial que hasta ahora sólo habíamos imaginado.

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